Según publica Clarín La agrupación se juega el futuro en la provincia de Buenos Aires. Los principales nombres y las variantes que manejan.
Por: Federico Mayol
En la “madre de todas las batallas”, como señala el sistema político a la provincia de Buenos Aires por su fenomenal incidencia en el tablero electoral (casi 38% del total), La Cámpora pondrá en juego este año no sólo la banca de su fundador, el diputado Máximo Kirchner, sino también dos intendencias -una de ellas en el corazón del conurbano- y más de una docena de legisladores nacionales y provinciales.
Se trata de los territorios y los dirigentes puros de la agrupación liderada por Kirchner, que atraviesa un proceso de reordenamiento interno no exento de las tensiones que se apoderaron desde hace tiempo del Frente de Todos y que tiene en la Provincia su principal base de sustentación en alianza con un sector de los intendentes del conurbano, conducidos por Martín Insaurralde.
No fue casual, en ese sentido, el operativo lanzado en los últimos meses desde esas usinas para impulsar a Axel Kicillof a una eventual candidatura nacional. Para despejar el despacho de la calle 6 y la avenida 51, en La Plata, para un referente de ese sector. No hubo caso: la búsqueda de reelección del gobernador, que lidera las encuestas, es un hecho.
En ese contexto, y en medio de una crisis política interna que presenta dos particularidades para el FdT -la posibilidad cierta de que el PJ no consiga la reelección y un liderazgo escuálido del presidente Alberto Fernández-, La Cámpora deberá este año revalidar títulos.
Quilmes y Mercedes
En el esquema de la agrupación, Quilmes es una cucarda central. Mayra Mendoza, la intendenta, muy cercana a Kirchner, es una de las principales referentes. En el inicio de la gestión, pandemia mediante, le costó hacer pie. Después aseguran que repuntó: “Tenemos la mejor expectativa, se valora la gestión más alla de la situación económica”, dicen en el entorno de la ex diputada. A su favor, en Quilmes, la popularidad de Cristina Kirchner es altísima. Por eso el operativo clamor para que revea su decisión cobra sentido en el seno de la agrupación. También la postulación de Kicillof: el gobernador también conserva altos niveles de aprobación.
En el 2021, el kirchnerismo ganó en Quilmes las elecciones de medio término frente a Martiniano Molina, ahora enredado en la interna entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
En el distrito existe la misma inquietud que se desparrama por todo el conurbano, y que explica la insistente ofensiva K para desactivar cuanto antes la eventual postulación del Presidente: la imagen de Fernández está por el piso en el Gran Buenos Aires. “Alberto nos lleva a una derrota histórica”, resaltan fuentes de la organización.
Mercedes es el otro municipio camporista de la Provincia que, a menos que se produzca una catástrofe electoral, seguirá en manos de la organización. Está administrado por Juan Ustarroz, un apellido relevante en “la orga”: su hermano Gerónimo es el representante del Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura y es uno de los asesores jurídicos de la ex Presidenta.
Es un distrito con muchísima menos incidencia electoral que Quilmes, pero aporta un marcado componente emocional: se convirtió con el tiempo en uno de los refugios del cristinismo. La vicepresidenta pasó largos días allí, en los campos familiares de los Ustarroz, después del intento de asesinato de septiembre pasado. Kicillof también utilizó el lugar para despejarse. Son los pagos, además, de Eduardo “Wado” de Pedro. Cuando visitó la Argentina antes de volver a la Presidencia, Lula da Silva fue otro de los visitantes ilustres.
El kirchnerismo perdió en ese terruño hace dos años las elecciones de medio término. Noelia Ruiz, apadrinada por Rodríguez Larreta y Diego Santilli, se estableció como referente del distrito. En el 2019 habían ganado Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, pero Ustarroz se impuso en la intendencia.
De lo macro a lo micro
“Primero hay que ordenar lo nacional, después los distritos”, explicó a este diario un dirigente de La Cámpora. Se refiere a aquellos distritos en los que la organización aún no hizo pie, y a la necesidad de que se despeje la incertidumbre por las candidaturas presidenciales -de ahí la insistencia en torno al Presidente, la inquietud por el futuro de Sergio Massa y la ratificación de Cristina Kirchner- para después sí abocarse, por ejemplo, al armado de las listas.
En ese metié, tanto la vicepresidenta como el ministro de Economía, Kicillof y el jefe de La Cámpora, estarán sentados en la mesa de negociaciones. El albertismo, según circula, no tendrá ninguna silla. Dicen que Victoria Tolosa Paz es la única con expectativas. Su marido, Enrique “Pepe” Albistur, tiene buen vínculo con el camporismo y el cristinismo.
En ese sentido, el futuro de Máximo Kirchner todavía es desconocido. El año pasado, tras su renuncia a la jefatura del bloque en Diputados, trascendió que el jefe del PJ bonaerense podía buscar refugio político en Santa Cruz. La versión después se esfumó a medida que su interés por la provincia de Buenos Aires fue in crescendo. Se menciona la posibilidad de que busque renovar la banca en Diputados, pero surge la opción del Senado.
Además de Kirchner hay otros tres diputados nacionales, entre ellos Rodolfo Tailhade, a los que se les vencen las bancas. En el caso de la Legislatura provincial, hay al menos seis diputados puros tienen que renovar, más otros dos que están alineados con Andrés “El Cuervo” Larroque, el ex secretario general de la agrupación. A su sucesora, Lucía Cámpora, también se le vence el mandato pero en la Legislatura porteña.
En el caso del Senado bonaerense, son tres los dirigentes a los que se les termina el mandato. Entre ellos, Emmanuel González Santalla, de Avellaneda -Jorge Ferraresi nunca lo quiso cerca-, uno de los dirigentes más cercanos a Máximo Kirchner junto a Martín Rodríguez y Facundo Tignanelli. Tignanelli es uno de los principales armadores políticos del jefe de La Cámpora en territorio provincial. Y el causante, según un sector, de algunos malhumores y deserciones.
El futuro de La Cámpora es una incógnita. Tanto como el resto de la coalición, que navega en aguas inciertas. (Clarín)