Según publica La Nación Las operaciones aumentaron 5,2%, más de dos puntos porcentuales por debajo de la inflación mensual prevista (7%); alertan sobre retrasos en la actualización de los límites.
Por: Joaquín Lanfranchi
La escalada inflacionaria confirmaría su impacto en una de las principales modalidades de consumo de la clase media: las tarjetas de crédito. Consultoras privadas como First Group Capital informaron que las operaciones en pesos durante marzo registraron un saldo de $2.443.898 millones, lo que significa un aumento de un 5,2% nominal respecto del cierre del mes pasado, equivalentes a unos $ 121.774 millones por encima de febrero, cuando los movimientos habían aumentado solo un 1,4%.
En tanto, la medición interanual del consumo en el tercer mes del año a través de plásticos llegó al 81,8%, cifra que tampoco alcanzaría los niveles de la inflación interanual estimada que, de confirmarse el alza del 7% para el tercer mes del año, engrosaría la cifra interanual de 102,5% alcanzada en febrero, arrojando en consecuencia una baja de la cartera en términos reales.
“A pesar del incremento de los precios de los bienes que se adquieren con tarjeta de crédito, observamos que los saldos financiados no crecen en el mismo ritmo”, aseguró Guillermo Barbero, socio de First Capital Group. Y explicó: “Varios factores influyen para que se dé este fenómeno: una menor oferta de cuotas por parte de las entidades financieras debido al alza del costo de los fondos para las mismas, una autolimitación por parte de los consumidores a comprar en cuotas debido a los mayores costos por financiamiento, un parque de tarjetahabientes que tiende a achicarse por el incremento del riesgo crediticio y, por último, límites de crédito que no crecen con la frecuencia y en el importe necesarios para absorber los mayores gastos”.
Este relevamiento surge de los datos informados por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) respecto del stock disponible al cierre de marzo. Sin embargo, más allá del incremento del consumo con tarjetas de crédito, aunque relativo, si se toma en cuenta la evolución del índice general de precios al consumidor, expertos consultados por LA NACIÓN recomiendan esperar a que finalice el procesamiento de las operatorias con tarjetas de débito, código QR y plataformas como Mercado Pago, que son los nuevos hábitos de pago profundizados tras la pandemia y que antes solían canalizarse a través del financiamiento crediticio.
En diálogo con este medio, Barbero expresó: “Nosotros trabajamos con los saldos que informa el BCRA, que son globales para todas las tarjetas de crédito. Sin embargo, ya podemos recoger que hay una baja del consumo en muchos rubros. Lo que pudimos ver es que baja el saldo financiado y, lo más importante, que desaparece la cantidad de cuotas que se ofrece a los consumidores porque para las entidades es muy costoso entregar cuotas”.
Por otra parte, advirtió que los clientes, cada vez con mayor frecuencia, están advirtiendo lo costoso que resulta financiar una compra en cuotas, lo que muchas veces los estimula a no realizarla. “Otro aspecto a destacar son los límites de crédito, que [las entidades bancarias] no los están analizando con la frecuencia, la rapidez y el volumen que se necesitan para que los tarjetahabientes puedan aprovechar al máximo sus límites de crédito”, agregó.
Consultado acerca de si en la consultora consideran que este aumento del 5,4% en marzo acaso no podría haber sido aún más relativo, dado que se ha caracterizado históricamente como un mes de alto consumo en los rubros educación e indumenaria por el inicio de clases y cambio de estación, que a su vez redunda en alta inflación, Barbero dijo: “El mayor gasto se tendría que haber producido en febrero porque en realidad en muchas jurisdicciones las clases comienzan en esa fecha, por ejemplo en CABA, que tiene mucha incidencia”. Sin embargo, el consumo en dicho período aumentó solo un 1,4% en comparación con enero.
“Lo que asombra es que no haya aumentado el saldo del financiamiento justo en los meses en los que son necesarios mayores financiamientos porque los bolsillos vienen flacos después de las vacaciones y se requiere más crédito para iniciar los gastos del ciclo lectivo y poner en orden cosas por los cambios de estación”, sumó el especialista.
Consumo en dólares
En cuanto al uso de las tarjetas de crédito para compras en dólares, en First Capital Group aseguran que en marzo se registró una suba interanual de 2,7% (USS$227 millones), aunque con un comportamiento mensual irregular. Así, hubo una disminución del 22,5% respecto de febrero, marcado por la temporada de verano.
De acuerdo con la consultora, el saldo de marzo refleja una significativa caída que comenzó hace cuatro años. “En marzo de 2019 el saldo alcanzaba los US$357 millones y en marzo de 2018, los US$586 millones, cabal demostración de la caída del uso de este producto en su versión en moneda extranjera a lo largo de los últimos años”, argumentaron.
Respecto de las razones del fenómeno, Barbero arguyó el actual tipo de cambio diferencial para compras con tarjetas, que desalienta el consumo. “Si uno no puede pagar todo el consumo de tarjeta en ese mes, se le aplica a su vez una tasa de interés diferencial, entonces es más barato hacer las compras con dólares en efectivo o pagar en dólares la cuenta con la tarjeta de crédito, en lugar de esperar la cancelación de los dólares con pesos, tratando de evitar todo lo posible los consumos en dólares”.
Y concluyó: “Cuando querés hacer consumos en dólares, a través de plataformas como Marketplace o paquetes turísticos, y consignás que sos de la Argentina, no te admiten la compra directamente, lo que te restringe la posibilidad de hacer compras en el exterior”. (La Nación)