9 de julio: la necesidad de volver a declarar la Independencia de la Patria

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(Por: Rubén Lasagno) – Hace 207 años el Congreso de Tucumán, con integrantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata corearon un “Viva la Patria”, grito ícono de la ruptura de lazos con la corona española, que se vislumbra y evoca cada 9 de julio, como la independencia definitiva de nuestro país el cual, por aquellos años, abandonaba el oprobioso rango de colonia y se convertía en una nación libre y soberana.

Pero desde entonces, nuestro país, a pesar de abandonar la categoría de colonia, comenzó a ser dependiente del orden interno y político, de sus propia organización política proceso el cual no estuvo exenta de sangre, convulsiones y muerte, casi como un doloroso parto de ese país inmaduro con potencialidades infinitas, a partir del resumen privilegiado que hizo de razas, idiomas y brazos fuertes, con inmigrantes muchos de los cuales no entendían ni hablaban el español, pero sabían que solo el trabajo los iba a hacer libres a ellos e independiente y grande a la nueva nación.

En 207 años hubo marchas y contra marchas, pero en cualquier país medianamente organizado y democrático, el balance siempre es favorable a lo largo de la historia, excepto para la Argentina, que desde hace no menos de 40 años viene cayendo en picada y en los últimos 20 desperdiciando todo lo construido por las esforzadas generaciones de fin del siglo XIX y principio del XX.

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La transformación social, política y sindical no ha sido compatible con el uso de los recursos, el aprovechamiento de las potencialidades propias de un país con todos los climas y todos los recursos minerales, ambientales, productivos y hasta el desarrollo cognitivo y los valores intelectuales de sus destacadísimos miles de ciudadanos, científicos, empresarios que pueblan el mundo, dando fe de que el argentino formado en el trabajo, el estudio y el esfuerzo, tiene brillo propio y posee el valor agregado de aquel viejo concepto del antiguo y perimido término del “crisol de razas”, que catalizaba lo mejor de cada procedencia y lo resumía en un hombre de esfuerzo y trabajo, capaz de superar obstáculos en la búsqueda de esa libertad individual y colectiva.

Este 9 de julio, como tantos otros en los últimos 20 años, la independencia que pedimos es más mental que física. Se requiere del ciudadano medio de este país, que sepa votar, que rompa las cadenas ideológicas, absurdas, limitantes y engañosas con las cuales políticos abyectos, oportunistas y demagogos nos hacen perder esa independencia que hace 207 años lograron precarios patriotas quienes con sus defectos y errores, co-fundaron una nueva Nación a la cual hoy, otros que se mueven en banda, tratan de anclar al atraso y llevar a la desintegración.

Estamos en las puertas de un cambio necesario, pero lamentablemente, en el espectro político nacional y provincial, la oferta política es paupérrima, insignificante y mediocre. Sin embargo, es necesario repensar el voto que no es ni más ni menos que nuestro destino en los próximos 4 u 8 años.

Los pueblos son dueños de su destino. Soy de aquellos que descreen en que los pueblos no se equivocan; de hecho, la Argentina es un tubo de ensayo donde se confecciona la alquimia de la confusión permanente y la derrota recurrente. Hay un país que teniéndolo todo, sufre su propias cadenas, las cuales a la Argentina no se las coloca un país enemigo o una concepción ideológica foránea (comunismo, troskismo) encapsulada en la cabeza del argentino medio, por el contrario, somos los sujetos que más nos gusta vivir en libertad, pero sufrimos el síndrome de Estocolmo y nos hacemos rehenes de delincuentes, voluntaristas y mentirosos propios, que nos hacen volver a 1816, solo que no colonizan nuestro espacio físico, lo hacen con nuestra cabeza, cerrándonos los caminos del buen juicio, el criterio y la conciencia, mientras nos roban el país que tanto nos merecemos.

Ésta es la independencia que debemos conquistar hoy. No es el yugo extranjero lo que debemos sacudirnos, es la opresión interna generada por nuestra propia elección, nuestra falta de razonamiento lógico para deshacernos de vividores, corruptos y desestablizadores, quienes nos quieren retrotraer a 1816, para volvernos colonias de sus intereses personales y corporativos. (Agencia OPI Santa Cruz)

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5 COMENTARIOS

  1. Claro. Todos los candidatos a algo deben ser al menos cuarta generación de argentinos. Caso contrario voleo en las nalgas.

  2. Yo creo que mas que nunca necesitamos un PODER ECONOMICO, que se sumaria a los 3 poderes que ya tenemos (Poder Ejecutivo-Poder Judicial-Poder Legislativo).

    Un poder económico que sea funcional a los intereses del Estado y no al interés del Gobierno como lo es hoy el Ministerio de Economía.

    Un poder económico que limite y niegue recursos al ejecutivo y fuerce a este a que busque un permiso por medio del Poder Legislativo o bien que vaya a la justicia en caso de tener negatividad del congreso.

    Un poder económico que nos permita ver los gastos on-line del gobierno y que nos permita definir en forma certera cual gobierno nos resulto mas barato o mas caro a los argentinos.

  3. SE HAN APROPIADO DE LAS FECHAS PATRIAS ADEMAS DE LOS DINEROS PUBLICOS, LA VOLUNTAD DE LA GENTE Y DE LOS VOTOS CON DADIVAS Y REGALOS PAGADOS POR TODOS NOSOTROS
    PPUUUUUAAAAAAJJJJ

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