El papa Francisco ofició una misa en Mongolia en el Steppe Arena de Ulán Bator, marcando un momento religioso destacado en su viaje a este país, donde la población católica es muy pequeña, aproximadamente 1.450 personas. La mayoría de los 3,3 millones de habitantes de Mongolia son budistas.
Durante la homilía, el Papa utilizó la imagen de los nómadas mongoles, quienes pastorean sus animales y siguen una tradición nómada. Comparó esta vida nómada con la búsqueda espiritual, afirmando que todos somos “nómadas de Dios“, en busca de la felicidad y sedientos de amor, y que la fe cristiana satisface esa sed.
La misa se celebró en mongol, inglés e italiano, y varios monjes budistas asistieron al evento. Además de la misa, el Papa también participó en un servicio interreligioso junto a líderes religiosos de diversas tradiciones, instando a todas las religiones a vivir en armonía y evitar el fundamentalismo ideológico que promueve la violencia.
Francisco elogió la libertad religiosa en Mongolia durante su viaje y, en comentarios no escritos al final de la misa, envió saludos a China y propuso aliviar las restricciones a la religión en ese país. El Papa citó a Buda y destacó la importancia de compartir la sabiduría y el enriquecimiento mutuo entre diferentes tradiciones religiosas. (Agencia OPI Santa Cruz) Con información de NA