Marruecos se enfrenta a una tragedia de gran magnitud después de que un terremoto de magnitud 6.8 sacudiera el país, dejando más de 2,100 personas muertas y 2,421 heridas. El sismo, el más mortífero en más de seis décadas en Marruecos, ha causado estragos en la región y ha afectado gravemente al patrimonio cultural del país.
Muchas personas se han visto obligadas a pasar tres noches a la intemperie mientras la búsqueda de desaparecidos continúa en pueblos remotos y de difícil acceso en el Alto Atlas. Los trabajadores de socorro se enfrentan al desafío de llegar a las aldeas más afectadas en esta escarpada cordillera montañosa, donde muchas casas se han derrumbado.
Además de las vidas humanas perdidas, el terremoto ha causado daños significativos al patrimonio histórico de Marruecos. Se ha informado del colapso de una mezquita del siglo XII de gran importancia histórica, así como daños en partes del casco antiguo de Marrakech, que es Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO.
Los residentes de las áreas afectadas describen escenas desgarradoras de rescates desesperados y pérdida de hogares y seres queridos. La falta de comida, agua y electricidad ha aumentado el sufrimiento de las personas en medio de esta tragedia.
La Organización Mundial de la Salud estima que más de 300,000 personas se han visto afectadas por el terremoto en Marruecos. El país ha declarado tres días de luto, y el rey Mohammed VI ha convocado oraciones por los fallecidos en mezquitas de todo el país.
El epicentro del sismo se situó a unos 72 kilómetros al suroeste de Marrakech, una ciudad apreciada por su patrimonio cultural. El casco antiguo de Marrakech ha sufrido graves daños, y muchas familias han quedado sin hogar y temen regresar a sus casas dañadas.
Este terremoto es el más letal en Marruecos desde 1960, cuando un sismo mató a al menos 12,000 personas. La magnitud de esta tragedia representa un desafío significativo para el país en su proceso de recuperación y reconstrucción. (Agencia OPI Santa Cruz) Con información de NA