El fundador de SpaceX, Elon Musk, ha enfrentado una controversia después de revelar en su nueva biografía que Ucrania solicitó el apoyo de Starlink, el servicio de internet satelital de la compañía, para llevar a cabo un ataque contra buques rusos con base en el puerto de Sebastopol, en Crimea, en septiembre de 2022. La negativa de Musk a participar en esta solicitud ha generado una petición de investigación sobre SpaceX.
El empresario estadounidense tomó la decisión de rechazar la solicitud de Kiev con el objetivo de evitar que su empresa se convirtiera en cómplice de un acto de guerra y para prevenir una escalada en el conflicto. Esta revelación ha suscitado preocupaciones y preguntas sobre el papel de las empresas privadas en asuntos de política exterior.
La senadora de Estados Unidos, Elizabeth Warren, ha instado a llevar a cabo una investigación en el Congreso para esclarecer lo sucedido y determinar si existen mecanismos adecuados para garantizar que la política exterior sea dirigida por el Gobierno y no por un multimillonario. Su declaración subraya la importancia de la transparencia y el control gubernamental en asuntos geopolíticos sensibles.
Se informa que en el momento en que Musk rechazó la solicitud, SpaceX no tenía un contrato militar. Sin embargo, en los meses siguientes, el Ejército estadounidense financió y oficialmente contrató los servicios de Starlink, aunque los detalles sobre los costos y las condiciones no fueron revelados por el Pentágono.
El empresario sudafricano David Sacks, junto con Elon Musk, expresó su preocupación por las implicaciones del conflicto entre Ucrania y Rusia. Musk compartió su reconocimiento de que existen riesgos significativos para Ucrania si el conflicto se intensifica y se convierte en un tema de mayor envergadura en términos bélicos y geopolíticos. (Agencia OPI Santa Cruz) Con información de NA
