(Por: Rubén Lasagno) – Hoy lunes 25 de marzo, se conmemora el Día del Trabajador de Prensa de la República Argentina, para recordar que hace 80 años, en 1944, a través de un decreto, se puso en vigencia el Estatuto del Periodista Profesional de la Argentina, inspirado por Juan Domingo Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión.
La misma, en diciembre de 1946, se convirtió en la ley 12.908 y significó la conquista de derechos laborales tales como francos semanales, jornada de trabajo de ocho horas, vacaciones pagas y salario discutido en paritaria con la patronal, entre los más importantes.
Este es básicamente, el origen de esta fecha que año a año conmemora la conquista de los derechos de quienes hasta ese momento estaban desvinculados, separados y no eran defendidos ante los abusos de los grandes medios que en aquellos años, eran pocos pero muy poderosos y no valoraban la profesión del periodista ni de los trabajadores vinculados a la industria.
Años después y posterior al 25 de marzo de 1977 con el asesinato de Rodolfo Walhs, periodista montonero, se mezclaron los tiempos y las cosas; se “ideologizó” la fecha sobre el verdadero factor que dio lugar a esta verdadera revolución, instaurada por el propio Perón y pasaron a emparentar la reivindicación del día del trabajador de prensa, con la muerte de este controvertido personaje cuya biografía no es solo y nada más, que aquella con la cual lo pintan quienes pretenden ponerlo como un mártir, haciendo abstracción de otras cuestiones que evitan mencionar.
Como ocurre en todos los órdenes, durante los gobiernos K, Walsh fue exponencialmente impulsado casi en calidad de deidad para el uso del relato kirchnerista/montonero/erpiano, pero la verdadera y fundamental importancia del día del trabajador de prensa, va más allá de la anécdota de este personaje autor de “Operación masacre” y la bisagra se instala en la visibilización que hizo por el entonces Presidente Domingo Perón, de las miserias ocultas en redacciones, radios y lugares donde la prensa se ejercía con salarios miserables, horarios inhumanos y maltrato de todo tipo y en algunos casos casi en clandestinidad, cuando quienes la ejercían rozaban los nervios del poder.
Y es cierto que hoy toma mucha relevancia la fecha, por la enorme crisis que atraviesa la industria cultural en general y los medios de comunicación, en especial. Y más aún aquellos medios oficiales y oficialistas, que durante años vivieron, se sostuvieron y facturaron solo de la pauta oficial que distribuía el kirchnerismo a costa de todos los argentinos.
Lo que hoy se trasuntan en reclamos por despidos, baja de contratos y suspensiones de programas y publicaciones, no pone autocrítica para fundamentar de lo que reniega y porqué se generan, pues deja afuera la existencia de un plan, precisamente, que estaba destinado a cooptar y destruir a la prensa, mediante la distribución arbitraria de fondos para doblegar a los críticos y someter a esos trabajadores que hoy conmemoran su día.
Lejos de toda esa contaminación “ideológica” y pelea egoísta, partidista y oportunista de los sectores enfrentados en el plano político, abrazamos a todos los compañeros y colegas del país, que desarrollan esta actividad con la mayor vocación y honestidad, a veces mal paga y poco retribuida, con la cual siguen en la lucha diaria a pesar de todas las contingencias adversas que deben enfrentar. (Agencia OPI Santa Cruz)
El kirchnerismo todo lo pudre. la historia la ideologia la gente… todo
Es el fanatismo, por Perón, por Evita, por el Lupo, y por la Chorra de CFK.
Feliz día, gente de OPi. Gracias por tanto.