Si Ignacio Torres aspira a ser candidato a la presidencia en el 2027, Guillermo Moreno es el abrazo del oso y Kicillof un corto camino al fracaso político

(Por: Giuliano Ventura para OPI Chubut) – Finalmente se reveló todo lo que habíamos adelantado ocurriría con Ignacio Torres, Gobernador de nuestra provincia, respecto a sus apariciones políticas, el énfasis que ponía en “diferenciarse” de su antecesor, el falso enfrentamiento contra el gobierno nacional y el sueño de trepar al escenario político nacional apuntándole a la Casa Rosada. Era obvio, todo cura sueña con llegar a ser Papa, el tema es qué hace para lograrlo.

El actual gobernador de Chubut empoderado por los minutos de fama que le dieron los medios nacionales, cuando parecía enfrentar al gobierno nacional amenazando con cortar la llave del petróleo, ante las decisiones tomadas por el presidente Milei, está en franca trepada para posicionarse en el 2025, pero con el objetivo puesto en las elecciones presidenciales del 2027; de hecho lo reconoció entre sonrisas forzadas y una cara de “¡Uy, se dieron cuenta…!”

Sin embargo, los compañeros de ruta que elige para asociarse no son lo mejorcito del menú político de la Argentina, tal es el caso de Guillermo Moreno un dinosaurio ordinario y patotero kirchnerista quien, marginado de la banda, asegura sostener “la doctrina peronista”. Es el mismo que tan bien supo lamerle las suelas a la condenada Cristina Fernández, ser el valet alfombra de la viuda y el patético funcionario de Comercio que llevó una vaca a Angola y al delincuente Jorge Castillo de “La Salada” representando al empresariado argentino. A este tipo, Ignacio Torres lo invitó a comer un asado en la provincia.

Moreno es la antítesis de la nueva política, un absurdo, autoritario, patotero y antidemocrático que se sirvió de los años en que el kirchnerismo corrupto hizo todo lo posible por sacarnos del mundo y ayudó a que la patota política de la cual formaba parte, embolsaran los dólares de un PBI completo para llevarlos a departamento de calle Juncal. Después se lo sacaron de encima, obvio, ni siquiera esta anomalía política llamada “Frente para la Victoria”, pudo sostener a este ignorante.

Ese personaje anacrónico y despreciable, es amigo de Ignacio Torres. El nefasto ex funcionario de CFK, que arremetía contra la prensa, insultaba a las mujeres, desalojaba las juntas del diario Clarín, deambulaba armado por las oficinas de Gobierno e insultaba a quien se le cruzara en los pasillos, es el alter ego de Ignacio Torres; una vergüenza, pero también una advertencia para tener en cuenta de aquí en más, a quienes arrastra en el derrotero que emprende el gobernador de Chubut, en su búsqueda por construirse como alternativa al 2027.

Y el otro ancla que elige Torres para hundirse en el mar del olvido y el rechazo social, es el piantavotos ultrakirchnerista Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires que con el aporte de 15 ambulancias para Chubut, se ganó el corazón y la lealtad del joven chubutense, quien lo va a recibir con los brazos abiertos en nuestra provincia con placet de “gran estadista”.

Nunca mejor aplicado el dicho “dime con quién andas y te diré quien eres”. La búsqueda de apoyos tan cuestionados, de gente con un Veraz político tan grande y con una base de votantes tan reducida (a Kicillof lo vota el kirchnerismo de Buenos Aires y a Moreno, nadie) contamina las únicas posibilidades de emerger que tiene Torres, como una propuesta nueva, en el concierto de la política nacional que pide y clama por una renovación.

La sociedad, cuando votó a Javier Milei, en realidad lo hizo en contra de esta mersa política de corruptos e innombrables. 

Si Ignacio Torres cree que podrá construir poder y consenso social, aliándose con lo peor de la década pasada, va a desperdiciar la gran oportunidad que tiene y será la propia gente en las urnas, quienes se lo van a hacer saber.

No es lo mismo ganar en Chubut, una provincia donde todos estábamos hartos de los Das Neves, Bussi, Arcioni y Cia y la opción fue renovar las caras buscando una alternativa para salir del estancamiento, la corrupción y el populismo K, que jugar en la liga mayor donde el principal capital que deberá tener un candidato en el 2027, será la transparencia y honestidad de sus actos, su vida y donde el electorado mirará con lupa, la calidad de su entorno.

Hay una sentencia lapidaria que dice “Nada distinto se puede conseguir, haciendo siempre lo mismo”. Ignacio Torres, repite la historia, rodeándose de estos personajes fracasados, encabezados por Axel, el nuevo títere de Cristina Fernández, quien sustenta, apoya y lo prepara para reeditar la mentira del “albertismo” del año 2019 en las próximas presidenciales y sumándole a su entorno, tipos como Guillermo Moreno, ambos, adalides del fracaso. 

Asi Ignacio Torres está dilapidando su futuro político y encasillándose en ese nicho de la política que en diciembre del 2023, el pueblo argentino decidió expulsar del poder y que hará pagar caro, a quienes pretendan arrastrarnos, una vez más, al mismo desastre que ya vivimos y conocemos de memoria. (Agencia OPI Chubut)