El ex director del Departamento del FMI, Alejandro Werner, ha estimado que el Gobierno argentino podría negociar un nuevo préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por un monto que oscilaría entre los US$8.000 y US$10.000 millones. Werner sugiere que el país debería esforzarse por obtener este financiamiento para superar las actuales dificultades económicas.
En declaraciones radiales, Werner detalló que Argentina necesita cumplir con tres requisitos fundamentales para asegurar un nuevo acuerdo con el FMI. “La primera es dinero fresco, para poder llevar a cabo el retiro del cepo de una manera más acelerada. El segundo punto es reperfilar los vencimientos de deuda anteriores. Y el tercero es tener un marco de política que tenga credibilidad en los mercados y que avale el gran trabajo que está haciendo ya el Gobierno, sobre todo en la parte fiscal”, explicó.
El ministro de Economía, Luis Caputo, adelantó la semana pasada que el Ejecutivo busca negociar un nuevo acuerdo con el FMI, en el cual se incluya la llegada de nuevos fondos al país, aunque reconoció que las negociaciones podrían tomar tiempo.
Werner también subrayó que el FMI está interesado en un nuevo acuerdo, dado que la economía argentina, a pesar de haber mostrado algunas mejoras en los últimos seis meses, aún enfrenta desequilibrios significativos. “Todavía tiene muchos desequilibrios y muchos temas que resolver para que el país pueda entrar en un curso de crecimiento, desarrollo y creación de empleos, consolidar la baja de inflación hacia un nivel de entre 10% y 30% (anual) en los próximos 24 meses, normalizar aún con cepo la situación cambiaria para luego removerlo y tener una apertura en la cuenta de capitales”, destacó.
Además, Werner enfatizó la necesidad de ajustar y pulir el plan fiscal del país. “Es el ancla tan importante que tiene este programa, pero que claramente va a necesitar un acuerdo político un poco más amplio que implique tal vez algunos ajustes hacia adelante, con alguna recuperación en pensiones y un poquito más de gastos y de impuestos que el ajuste que se ha dado”, añadió.
Un tema crítico que Werner destacó es la definición de una política cambiaria y monetaria que facilite la transición hacia una apertura de la cuenta de capitales y una normalización de la política monetaria. Esta política debería permitir tasas de interés reales positivas, incentivando así la demanda por pesos y evitando la huida hacia otras monedas.
Werner también mencionó la importancia de enviar señales claras a los inversores sobre la capacidad de retirar su dinero del país. “Es muy importante para la tranquilidad de los mercados que se vea que el Banco Central tiene recursos para apoyar al peso en casos extremos”, afirmó.
Finalmente, Werner abordó la posible tensión entre el FMI y el Gobierno argentino respecto al uso de los recursos y la discusión sobre una eventual dolarización de la economía. “El Fondo no quiere hacer un programa bajo un esquema de tipo de cambio flexible y que luego los recursos se usen para dolarizar. Si el país quiere dolarizar, entonces el diseño del programa tal vez tendría que ser otro”, concluyó. (Agencia OPI Santa Cruz) Con información de NA