En un ambiente de profunda tensión y denuncias de fraude, manifestantes opositores al gobierno de Nicolás Maduro tomaron las calles de las principales ciudades de Venezuela para expresar su rechazo a la reciente victoria electoral del actual mandatario. La convocatoria se centró en realizar asambleas populares de una hora para evitar disturbios y represión policial, pero los enfrentamientos resultaron en un saldo trágico de al menos 11 personas fallecidas.
El descontento popular se evidenció especialmente en Caracas, donde el candidato presidencial Edmundo González Urrutia y la líder opositora María Corina Machado encabezaron una multitudinaria movilización frente a la sede de Naciones Unidas en la avenida Francisco de Miranda. Machado llamó a los ciudadanos a “no caer en provocaciones” y a defender la victoria de González Urrutia de manera pacífica, afirmando que “se huele libertad en Venezuela”. En su discurso, Machado enfatizó la necesidad de cobrar la victoria en las calles de manera cívica y rechazó cualquier intento de negociación sobre los resultados electorales, proponiendo solo una transición pacífica con garantías para todos.
La jornada de protesta se tornó violenta tras la denuncia del secuestro del dirigente de Voluntad Popular, Freddy Superlano, un hecho que fue capturado en video y difundido ampliamente en redes sociales. Los violentos enfrentamientos que siguieron dejaron al menos 11 muertos, entre ellos dos menores de 15 y 16 años. Según datos proporcionados por cuatro organizaciones no gubernamentales, cinco personas fueron asesinadas en Caracas, dos en el estado Zulia, dos en Yaracuy, una en Aragua y otra en Táchira.
En medio de este caos, el partido Voluntad Popular afirmó en su cuenta de la red social X: “El pueblo venezolano no tiene miedo. Ganamos en las urnas, defendimos las actas en los centros electorales y estamos listos para cobrar nuestra victoria, en la calle, pacíficamente”. También destacaron la realización de más de 250 asambleas en las principales capitales de estado y municipios, a pesar de las amenazas de violencia y represión.
La crisis política en Venezuela continúa escalando mientras la comunidad internacional observa de cerca, con llamados a respetar la voluntad popular y la autodeterminación del pueblo venezolano. La situación sigue siendo crítica y la posibilidad de más enfrentamientos preocupa tanto a los ciudadanos como a observadores internacionales, que instan a una resolución pacífica y justa del conflicto electoral. (Agencia OPI Santa Cruz)