El papa Francisco se pronunció en contra de la reciente ley aprobada en Ucrania que prohíbe las actividades de la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica (UPTs), dependiente del Patriarcado de Moscú. Durante la oración semanal del Pontífice, expresó su preocupación por la libertad religiosa y el impacto de la legislación sobre los fieles.
El Papa afirmó que sigue con “dolor” el conflicto armado en la región y reflexionó sobre las leyes aprobadas que afectan a los cultos. En sus declaraciones, destacó que “surge el temor por la libertad de aquellos que rezan”, y enfatizó que “los que rezan de verdad siempre rezan por todos”. Según el Papa, “uno no comete el mal por rezar” y pidió que “ninguna Iglesia cristiana sea abolida directa o indirectamente”.
La ley promulgada por el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, busca restringir los vínculos de las organizaciones religiosas con la Iglesia ortodoxa rusa, estableciendo un plazo para que las entidades ucranianas rompan dichos lazos. Esta legislación ha llevado a la expulsión de clérigos, registros y agresiones en diversas regiones de Ucrania, incluyendo la sede principal de la UPTs en la capital.
El Papa Francisco subrayó la importancia de proteger la libertad de culto y el derecho de las personas a rezar en la iglesia que elijan, instando a las autoridades a no interferir en las prácticas religiosas de los creyentes. Su intervención subraya el compromiso del Vaticano con la libertad religiosa y la protección de las comunidades cristianas en medio de las tensiones geopolíticas actuales. (Agencia OPI Santa Cruz)