LOS AUTÉNTICOS DECADENTES

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(Por: Rubén Lasagno) – Juan Grabois y el Papa Francisco. Uno por mendaz, inútil, oportunista, transero y delirante kirchnerista inflado por la condenada, arremete contra viento y marea porque perdió la caja multimillonaria que habían dejado a su cargo con el curro del manejo discrecional de la pobreza y le quitaron las prebendas y los millones que discurrían en sus manos para que se enriquezca sin trabajar. El otro, un referente de la iglesia católica que tiene memoria selectiva, olvida cuando Bonaffini le cagaba en el altar de la Catedral, Néstor y Cristina lo basurear como Arzobispo, le ninguneaban los Tedeum y lo catalogaban como colaborador de las dictaduras, ahora como Papa, se horroriza por la coima de 30 mil dólares que pidieron en YCRT y no abre la boca por los cientos de millones de dólares que el kirchnerismo se robó en la misma empresa a la que fundió a través de los reiterados actos de corrupción.

Son dos impresentables. Son los auténticos decadentes de una época que ojalá nunca más vivamos, aunque a juzgar por el actual gobierno de Javier Milei, están haciendo todo para que aparezca el “remake” de la peor política nacional que vivimos entre el 2003 y la actualidad.

En vez de pagar justicia social, el gobierno (de Milei) pagó el gas pimienta”, dijo Francisco, haciendo un reduccionismo atroz y transformando lo que podría haber sido una crítica cierta y justa sobre el uso de gas pimienta en una manifestación de jubilados, es un chicana barata, impropia de su investidura. Claro, el Papa olvida las 14 toneladas de piedra de sus adeptos, la represión de Aníbal y Berni y los 130 mil muertos en pandemia por culpa del inútil, golpeador y abusador, llamado Alberto Fernández, su amigo. Eso sin contar que Bergoglio admira el régimen genocida de Maduro, a quien, obviamente, jamás condenó.

”El silencio frente a la injusticia abre paso a la división social, y la división social abre paso a la violencia verbal, y la violencia verbal a la violencia física, y la violencia física a la guerra de todos contra todos. Ahí está la cola del diablo”, dijo atinadamente el Papa, pero olvida que sus amados feligreses políticos peronokirchneristas, son los que han cultivado la mayor injusticia social y la división de los argentinos, incluyendo el sujeto con el cual se sacó la foto, que no trabajó un día para nadie, excepto para prenderse de los dineros públicos.

Pero la mayor contradicción del jefe de la iglesia, es cuando  cruza los dedos para espantar los malos espíritus de la corrupción del gobierno de Milei, por el pedido de coimas en YCRT, y olvida que sus protegidos están todos, sin excepción, condenados por corrupción en funciones y los que no han sido condenados, tienen graves causas abiertas por el mismo tema.

Grabois y el Papa, son los auténticos decadentes de una época en la Argentina. Uno, el inimputable de siempre y el otro, debería tener una mirada humana y no partidaria, haciendo uso de su poder y peleando codo a codo junto a los corruptos, para doblegar un sistema que es distinto al de ellos y que eligió (para bien o para mal) la sociedad, dentro de una democracia que ninguno de estos dos decadentes, reconocen ni defienden. (Agencia OPI Santa Cruz)

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