En medio de una crisis económica profunda, la dinámica laboral ha experimentado transformaciones significativas en el último año. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), durante el segundo trimestre de 2024 se registró la alarmante pérdida de 160.356 puestos de trabajo asalariados formales en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta caída no solo refleja una disminución en el empleo formal, sino que también pone de manifiesto un aumento considerable en el empleo autónomo y en el sector informal, que se han convertido en opciones viables para quienes enfrentan la precarización laboral.
El informe del INDEC destaca que, en el mismo periodo, se generaron 154.579 puestos de trabajo no registrados, de los cuales 113.432 corresponden a trabajos por cuenta propia y 13.461 fueron absorbidos por el sector público. Estos datos evidencian un crecimiento en la economía informal, donde muchos trabajadores buscan sostenerse mediante la autoempleabilidad y la creatividad económica ante la falta de estabilidad en el mercado laboral.
Las políticas económicas implementadas, especialmente el llamado “Plan Motosierra” del gobierno de Javier Milei, han tenido un impacto considerable en este panorama. Este plan, que busca reducir el tamaño del Estado, ha promovido una disminución del empleo público y ha alentado el desarrollo de iniciativas privadas y autónomas como motores de generación de empleo. Sin embargo, estas medidas se han dado en un contexto de crisis ocupacional y bajos salarios en el sector privado, lo que ha llevado a un creciente número de personas a optar por trabajos informales y autoempleo para sostener sus ingresos.
Además, según la Encuesta de Indicadores Laborales de la Secretaría de Trabajo, el empleo privado registrado en empresas con más de diez empleados experimentó una caída del 0,1% en agosto, en comparación con el mes anterior. Esta contracción indica las dificultades que enfrentan las empresas para absorber mano de obra en un entorno de desaceleración económica, lo que alimenta el crecimiento del empleo informal y autónomo.
El análisis de ingresos revela otra dimensión de la crisis. Durante el primer semestre de 2024, los hogares de menores ingresos han mostrado una leve recuperación, a pesar de que los deciles más altos han experimentado caídas. En el primer trimestre, los tres primeros deciles sufrieron una contracción ocho veces mayor que el decil de mayores ingresos. Sin embargo, en el segundo trimestre, esta diferencia se moderó, con una reducción promedio del 12% en todos los deciles y un leve repunte en los ingresos de los sectores más vulnerables. A su vez, la tasa de empleo ha mejorado entre las mujeres y los jóvenes, quienes han mostrado un aumento en la participación laboral, posiblemente como respuesta a la necesidad de ingresos adicionales en los hogares y al crecimiento de oportunidades en sectores como el comercio y los servicios. (Agencia OPI Santa Cruz)
