La polarización Milei-Cristina Kirchner marca el primer año de gestión libertaria

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La confrontación entre el presidente Javier Milei y la ex mandataria Cristina Kirchner se consolidó como uno de los ejes principales del debate político en Argentina durante el primer año de gobierno libertario. Entre insultos, chicanas y cuestionamientos cruzados, ambos líderes han utilizado la polarización como una herramienta estratégica para posicionarse ante sus respectivos electorados en una sociedad profundamente fragmentada.

La disputa comenzó a tomar fuerza meses después de la asunción de Milei, alcanzando uno de sus puntos más tensos con la publicación de una carta de ocho páginas por parte de Cristina Kirchner, titulada “Es la economía bimonetaria, estúpido“. En esta misiva, la ex presidenta realizó un análisis crítico de las políticas económicas del gobierno, enfatizando la escasez de dólares, cuestionando las medidas oficiales y señalando contradicciones en el discurso libertario.

Entre los cuestionamientos más destacados, Kirchner acusó al gobierno de Milei de intervenir y controlar la economía mientras promovía la libertad económica como bandera política. Según la ex mandataria, el único precio liberado “con limitaciones” es el de bienes y servicios, mientras que otros sectores permanecen regulados. Este argumento representó un golpe directo a la narrativa oficial y avivó aún más la confrontación.

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Por su parte, Milei no dejó pasar la oportunidad de responder. En septiembre, el presidente dedicó un acto en Mendoza y publicaciones en redes sociales a menospreciar las críticas de la ex presidenta, incluso ofreciendo una “clase ad honorem” de economía. Con frases como “Saludos, Cris, esto va para vos“, el mandatario buscó reforzar su imagen de opositor directo al kirchnerismo.

El enfrentamiento llegó a momentos polémicos, como cuando Milei afirmó públicamente que le gustaría “meter el último clavo al cajón del kirchnerismo, con Cristina adentro“. Este tipo de declaraciones han servido para consolidar las bases de ambos líderes, aunque también han generado rechazo en sectores moderados de la sociedad.

La estrategia de polarización parece beneficiar a ambos en el corto plazo: Milei utiliza a Cristina Kirchner como símbolo de “la casta” contra la que se ha posicionado, mientras que la ex presidenta intenta capitalizar el malestar social derivado de las políticas de ajuste implementadas por el gobierno libertario. Sin embargo, el éxito de esta táctica dependerá de factores más complejos.

Por un lado, Milei enfrenta la necesidad de mostrar resultados concretos para validar su discurso de cambio, especialmente en un contexto económico marcado por la pobreza y el aumento del desempleo. Por el otro, Cristina Kirchner deberá sortear las divisiones internas del peronismo y superar su alta imagen negativa en amplios sectores de la población para mantener su influencia política.

En este escenario, ambos líderes buscan consolidarse como las figuras centrales del oficialismo y la oposición de cara a los próximos años, mientras el país sigue observando cómo esta intensa polarización define el rumbo político. (Agencia OPI Santa Cruz)

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