El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, juró este viernes por un nuevo mandato de seis años al frente del país, en medio de un clima marcado por la tensión y el rechazo a su legitimidad. La ceremonia se celebró ante la Asamblea Nacional en Caracas, donde Maduro asumió oficialmente su liderazgo, pero su retorno al poder ha generado controversias tanto a nivel nacional como internacional.
La ceremonia, que se llevó a cabo en la capital venezolana, fue presenciada por el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y representantes de Bolivia, Nicaragua, México e Irán, países aliados al gobierno de Maduro. Sin embargo, la presencia de estos líderes no fue suficiente para calmar las crecientes protestas que exigen el fin del régimen chavista. A lo largo de la jornada, el cuestionamiento sobre la legitimidad de las últimas elecciones sigue latente, dado que diversos sectores de la oposición y la comunidad internacional no reconocen los comicios como libres ni transparentes.
Uno de los focos de atención durante la jornada fue la llegada de Edmundo González Urrutia, líder opositor que se proclamó ganador de las elecciones del 28 de julio, las cuales considera fraudulentas. González Urrutia, quien se autodenominó presidente electo, había prometido regresar a Venezuela para tomar posesión de lo que él considera su mandato, un acto que podría reavivar las tensiones políticas dentro del país.
Por otro lado, la figura de María Corina Machado, otra de las voces más prominentes de la oposición, fue también un tema central en la jornada. Machado, quien había sido detenida brevemente por las autoridades el jueves tras participar en protestas en Caracas, tenía previsto este viernes ofrecer detalles sobre su detención. El hecho de que la dirigente fuera arrestada, aunque por poco tiempo, generó una ola de repudio tanto en Venezuela como en el exterior, lo que reflejó la creciente represión bajo el régimen de Maduro.
Las calles de Caracas, por su parte, amanecieron bajo una estricta vigilancia militar, en previsión de nuevas protestas en la ciudad. La presencia de efectivos de seguridad se intensificó en un contexto de creciente incertidumbre, donde los manifestantes que rechazan la asunción de Maduro podrían salir nuevamente a las calles para exigir la restauración democrática en el país.
Este nuevo periodo de Maduro al frente de Venezuela se da en un clima de polarización extrema, donde las acusaciones de fraude electoral, represión política y violaciones a los derechos humanos son recurrentes. Las protestas, tanto en Venezuela como en el exterior, continúan siendo una constante, y el futuro del país sigue siendo incierto ante una crisis institucional y un fuerte descontento popular.
Las repercusiones internacionales de esta asunción también mantienen al país en el centro de la atención global, mientras los opositores siguen buscando vías para hacer valer su posición frente al gobierno chavista. (Agencia OPI Santa Cruz)