La inflación en diciembre de 2024 alcanzó el 2,7%, registrando un leve repunte respecto al 2,4% de noviembre, pero manteniéndose por debajo del umbral del 3%. Con este dato, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) cerró el año con un acumulado de 117,8%, marcando una desaceleración significativa en comparación con el 211% registrado en 2023.
El sector que presentó el mayor aumento en diciembre fue Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con una suba del 5,3%, impulsada por incrementos en alquileres y servicios básicos. Le siguió Comunicación, que registró una variación del 5% debido a los ajustes en servicios de telefonía e internet.
Por su parte, la división Alimentos y bebidas no alcohólicas tuvo una suba del 2,2% y fue la de mayor incidencia en el índice general, destacándose los aumentos en carnes, pan, cereales, y productos lácteos. En el Gran Buenos Aires, el protagonismo estuvo en la categoría de Restaurantes y hoteles, con una suba del 4,6%.
En contraste, los sectores con menor variación fueron Prendas de vestir y calzado (1,6%) y Equipamiento y mantenimiento del hogar (0,9%).
A nivel de categorías, los Regulados lideraron los incrementos con un 3,4%, seguidos por el IPC Núcleo (3,2%). Mientras tanto, los productos y servicios Estacionales mostraron una caída del 1,4%, reflejando una baja en algunos precios vinculados a factores climáticos y de consumo.
El balance anual de 2024, con una inflación de 117,8%, representa una desaceleración notable respecto a 2023, pero el aumento en diciembre genera incertidumbre sobre las políticas futuras, especialmente en torno al “crawling peg”, la estrategia de depreciación mensual del 2% que ha sostenido el gobierno.
Con la inflación aún en niveles altos y las divisiones más sensibles como alimentos mostrando subas recurrentes, el desafío del gobierno para 2025 será sostener la tendencia a la baja en un contexto de ajustes macroeconómicos y expectativas inflacionarias persistentes. (Agencia OPI Santa Cruz)