A raíz de los continuos aumentos de sismos generados en la región en los últimos años, especialmente con epicentros cercanos a El Calafate (Chile y cordillera de los Andes), la villa turística se ha visto conmocionada por una sucesiva cantidad de “réplicas” o movimientos telúricos, que, por el momento, no superan los 3 o 3,5 puntos en la escala de Richter, catalogados de “baja intensidad”, pero demostrando la potencialidad que tienen las placas subterráneas de generar en cualquier momento, un incidente de mayores proporciones y ocasionar un verdadero daño a la población.
Ante esta posibilidad natural impredecible, nos dedicamos a averiguar qué medidas tiene implementada la ciudad de El Calafate, para sortear un evento catastrófico de una magnitud que comprometa la salud y la seguridad de la población y las fuentes consultadas nos hicieron una llamativa aclaración: ninguna.
En la búsqueda de información relacionada con las previsiones y alternativas que el Estado le da a la gente de El Calafate, ante una posible contingencia que ponga en peligro la vida y los bienes de los ciudadanos, dado que no hay ninguna certidumbre que los temblores no sean cada vez más recurrentes y más fuertes, llegamos a la conclusión de que no hay un plan de contingencia ni evacuación.
Nunca existió en El Calafate la difusión de un instructivo sobre qué hacer en caso de colapso de las estructuras, qué elementos se deben tener a mano en caso de quedar aislados (comida, botiquín, agua, elementos de supervivencia) e inclusive cuáles son los elementos de los cuales las personas se deben alejar cuando hay un sismo o cómo ayudar a quiénes sufran pérdidas materiales o peligre su vida; dónde se deben desplazar (rutas de evacuación, forma de movilizarse, lugares de encuentro y jefes de evacuación por manzanas, entre otros); no hay determinado un lugar donde alojar personas y familias, etc. No existe conciencia pública ni política de que allí puede sobrevenir un desastre.
El ejemplo muy cerca
Si uno ingresa a las localidades chilenas en la región de Magallanes (Punta Arenas o Puerto Natale), rápidamente nos damos cuenta que las autoridades municipales y provinciales tienen todos los medios preventivos alistados para que la población pueda tener una reacción rápida ante la posibilidad de desastres. Chile contempla todos esos cuidados preventivos relacionados con el avance de las aguas del mar por efecto de los tsunamis que hace algunos años pusieron en peligro la zona costera chilena.
Punta Arenas y Puerto Natales, tienen sus calles perfectamente señalizadas y marcadas con flechas muy visibles las direcciones en las que deben evacuar las personas en caso de un Tsunami, esencialmente hacia los lugares más altos; avisos de hasta dónde se puede avanzar con vehículos y donde se debe continuar a pie; sistemas de detección de tsunami y alertas tempranas a la población y un instituto de Defensa Civil, coordinado con Carabineros, Prefectura y un sistema sanitario preparado para dar respuesta a una emergencia de este tipo.
Calafate librado a su suerte
En El Calafate, una localidad turística por naturaleza, la población permanente y transitoria carece de información fehaciente que eventualmente prepare al habitante para enfrentar estos eventos naturales, los cuales, por el momento, son inocuos, pero nadie puede asegurar que no puedan agravarse.
Las fuentes en materia de seguridad que hemos consultado, radicaron el éxito de cualquier acción tendiente a preservar a la población de estos desastres en cuatro cuestiones fundamentales, que en Santa Cruz no se cumplen: inversión en seguridad, capacitación, infraestructura y coordinación.
“Acá en El Calafate, fuera del temor a un sismo que seria un desaste total, en el aeropuerto que más personas y vuelos moviliza en la Patagonia Austral, no hay un plan de contingencia que reduzca el tiempo de respuesta, ante un accidente en pista – afirmó nuestros especialista en la materia – todo se vería afectado y no habría respuesta rápida y eficiente. Sencillamente conste observar que nunca hubo un simulacro de rescate, evacuación y salvataje de víctimas de una tragedia en pista en el “Comandante Armando Tola”. No sabemos si hay capacidad para apagar incendios, suficientes ambulancias para evacuar cientos de heridos, ni hospitales, personal médico e infraestructura para atenderlos. Los simulacros sirven para sacar conclusiones, aproximarse a la capacidad de respuesta que tenemos ante un hecho irremediable y corregir fallas en nuestra capacidad de respuesta rápida para minimizar la pérdida de vidas”, concluyó.
OPI tomó conocimiento de la existencia de un plan preventivo de desastres en El Calafate, que data de algunos años atrás y cuando fue propuesto por sus autores, nunca fueron tenidos en cuenta por las autoridades municipales ni los diputados por El Calafate. (Agencia OPI Santa Cruz)
SEEEEE RECUERDO ESA PROPUESTA DE LOS BOMBEROS Y FUE BELLONI EL QUE NO LE DIO BOLA
Esperamos que OPi lo publique asi nos desasnamos
hay que apretarle los huevos a los concejales que se rascan el higo
jajajaja si se abre la tierra los traga a todos y el unico que se xsalva en el javi está tan gordo que no va a entrar en la raja jajajajaja
Lo peor de la sociedad está en la clase política santacruceña.
Son una manga de vagos, mentirosos, cómplices de ladrones y mediocres, pero eso si, excelentes para la lengüita con la que engatuzan a la gente. Se meten en política porque son unos inútiles en el ámbito privado, para tratar de robar como lo hicieron los Kirchner y sus secuaces.