La Casa Blanca intensificó su confrontación con la prensa al advertir que los medios que se niegan a utilizar el nuevo nombre del Golfo de México están difundiendo “mentiras“. En respuesta, prohibió el acceso de periodistas de The Associated Press (AP) a eventos presidenciales por segundo día consecutivo.
La controversia se originó después de que el presidente Donald Trump decretara que el cuerpo de agua que limita con México y Estados Unidos pase a llamarse “Golfo de América“. Sin embargo, AP anunció que mantendrá el uso del nombre histórico en su cobertura, lo que generó una represalia directa desde el Gobierno.
En una conferencia de prensa, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, defendió la medida: “Es un hecho que el cuerpo de agua frente a la costa de Luisiana se llama Golfo de América, y no estoy segura de por qué los medios de comunicación no quieren llamarlo así“.
La AP, por su parte, sostuvo que el nombre del golfo está reconocido internacionalmente desde hace siglos y que su decisión responde a criterios de precisión geográfica.
Varios organismos de defensa de la prensa reaccionaron con preocupación ante la postura de la Casa Blanca. La Sociedad Interamericana de Prensa calificó la medida como “un acto de censura e intimidación que viola la libertad de prensa consagrada en la Constitución de los Estados Unidos“.
El abogado Floyd Abrams, especialista en la Primera Enmienda, advirtió que excluir a AP por no acatar el cambio de nombre es “una afrenta a la libertad de prensa“.
Pese a las críticas, la Casa Blanca reafirmó su postura y argumentó que la cobertura de la Oficina Oval es un “privilegio” y que se reserva el derecho de decidir qué medios pueden acceder. (Agencia OPI Santa Cruz)