(Por: Rubén Lasagno) – Desde que tengo uso de razón, una parte del periodismo ha sido una espina en el zapato de gobernantes y candidatos y otra parte de la prensa un aliado incondicional del poder.
Para quienes en la universidad alguna vez nos hicieron leer la definición de Humberto Eco cuando a la función del periodista la catalogó como “La función del cuarto poder es, sin duda, la de controlar y criticar a los otros tres poderes”, se nos dificulta tragarnos el sapo de otro periodismo que no sea contrapoder, porque en la concepción de quien esto escribe, cualquier cosa que no critique, ni investigue, ni cuestiones al poder, independientemente de quién lo tenga transitoriamente, es otra cosa, pero no periodismo; puede ser propaganda política, partidaria o sencillamente un servicio pago de comunicación, pero está muy lejos del periodismo en su esencia fundacional como concepto.
Esto viene a colación de un fenómeno, a mi entender criticable desde lo profesional, que parte en dos la visión existente de nuestra profesión y es la entrega de los nobles fines del periodismo clásico, a los gobiernos de turno.
En las últimas dos décadas critiqué denodadamente a la prensa goebeliana del kirchnerismo, la cual defendía, justificaba y encubría (y aún lo sigue haciendo) la corrupción y la mentira de Néstor, Cristina, Fernández y Massa. Detrás del negocio de los medios, se arriaban las banderas del periodismo más elemental, para transformarlo en discurso político, que blindara al gobierno de las críticas y demoliera cualquier opinión en contra del poder K.
El kirchnerismo dejó formalmente el poder y aquella parte del periodismo embanderado en la lucha frontal contra la corrupción K montado en la excusa de promover un cambio, terminó embanderado primero con Mauricio Macri y ahora con La Libertad Avanza. Entonces la pregunta retórica que surge es: ¿El periodismo es bueno o malo según el sector político que apoye?. No, el periodismo siempre es malo, cuando apoya a algún sector político, deja de ser imparcial y cumple con un objetivo de posicionamiento o justificación, es mi respuesta, precisamente, por los fundamentos que Eco definió y plantó ecuménicamente como premisa profesional.
Los ensobrados de MIlei
El presidente Javier Milei, quien no mide las palabras ni las circunstancias de que es el máximo referente del poder nacional, habla y ataca a todo el mundo, pretendiendo que nadie lo contradiga. Uno de sus máximos dislates es atacar a los medios y a los periodistas que lo critican, tildándolos ofensivamente con todo tipo de improperios, pero lo más icónico de sus ataques dialécticos, fue la palabra “ensobrados”, para insultar a los periodistas que no piensan como él y por ende, no hablan bien de su gestión.
Con relación al último despilfarro de popularidad que hizo el presidente, quedando comprometido (innecesariamente) con un sospechoso fraude con un negocio de criptomonedas, sin duda la prensa crítica y la oposición política, aprovechó para caerle con todo al jefe de Estado y ahora le resultará muy difícil revertir ante la opinión pública un traspié de quien ha hecho su popularidad sobre la lucha contra “la casta” (¿?) y entonces aparece “la prensa independiente” que atenta a “la búsqueda de la verdad”, corre complaciente a la Casa Rosada y anuncia con bombos y platillo que TN pondrá al aire “una entrevista” de Jonatan Viale al Presidente en las próximas horas.
Vuelvo a la consigna inicial sobre la definición de periodismo que hizo Humberto Eco, partiendo de aquella vieja y demodé concepción del periodismo como un poder aparte. Si el periodista resulta un transmisor de buenas noticias, si disculpa y justifica a un gobierno o si opera en favor de una ideología o un partido, hay dos cosas de las que estoy seguro: no hacen periodismo, ni lo hacen gratis. (Agencia OPI Santa Cruz)
Tremenda verdad
Todos dicen una cosa en campaña
hace todo lo contrario una vez que llegaron al poder
asco!!!
digamos C5N la maffia de Kristina, Kristobal, Klaudio y ahora recien nos enteramos
Una vergüenza con la prensa adicta que tienen los gobiernos
Les hacen mas mal que bien
Parece que no se dan cuenta
somos boludos todos menos ellos
Este parásito es un chanta de primera hay lo tienen al corrupto este
Sólo acuden a los mercenarios “ensobrados”
Según Realpolitick, el “periodista (??) Viale cobro 350.000 u$s facturados por su empresa por el reportaje. Si esto es verdad, el último que apague la luz porqué este país no va más!!!