(Por: Rubén Lasagno) – No hay ninguna duda que lo ocurrido hace dos días en Buenos Aires, fue un típico intento de golpe contra el Estado, la Constitución nacional y las instituciones de la República, independientemente de si quien ocupa el gobierno es Javier Milei, Macri o quien sea, excepto ellos: los peronistas, kirchnerista y la izquierda colaborativa y destituyente que los apoya y le es funcional.
El montaje del conflicto se hizo desde las bases K sembradas en los equipos delictivos que operan en las barras bravas de algunos clubes, marcando una nueva operativa del caos: usar la mano de obra desocupada, organizada y violenta que se vinculan con los clubes de primera y durante el kirchnerismo, han recibido fondos públicos para sostener esas estructura mafiosas, como reserva destituyente, cuando se presentara la oportunidad; y esta semana esa oportunidad se presentó.
Javier Milei no es inocente. El presidente hace mucho para que estas lacras kirchneristas y de ultra izquierda se junten e infiltren grupos vulnerables como, en este caso, los jubilados que sufren el congelamiento de sus haberes desde hace más de un año, a instancias de un presidente que ahorra fondos ajustando a los que menos tienen y cobran.
Esa indignante verdad que tantas veces hemos dicho, legitima el reclamo de los jubilados ante gobierno nacional, pero la utilización criminal de este reclamo por parte de las bandas armadas organizadas y potenciadas por los golpistas K y de la ultra izquierda, ahora manifestadas por los propios clubes de fútbol transformados en narconegocios al mejor estilo colombiano en la épocas de Pablo Escobar y los hermanos Orejuela, le da un giro inédito al hambre destituyente de estos sectores abyectos de la política nacional.

A 8 años de las 14 toneladas de piedras en el Congreso, alentada, solventadas y organizadas por el kirchnerismo y la ultra izquierda nacional (FIT, PO, PTS, IS,MST) y las organizaciones sociales, verdaderas células del caos, unidades antidemocráticas que por años obstruyeron al sector social que trabaja y sostiene la economía nacional (incluyendo a ellos, los vagos organizados desde las propias estructuras políticas), asistimos a un nuevo intento por degradar las instituciones, amenazando la paz social y buscando “un muerto” para cargarle el costo político, en este caso al gobierno nacional, a la policía, a las Fuerzas de seguridad, etc, tal como sucedió con Kosteki y Santillán o la redundante y ordinaria mentira en la que se montó el teatro mal actuado de Santiago Maldonado.
La prueba palpable de la organización previa que hizo la izquierda destituyente kirchnerista, quedó plasmada en un volante donde realizaron un instructivoi de qué y cómo hacer la inflitración a la marcha legístima de los jubilados.
El origen los condena
No vamos a hacer hincapié en las capacidades de la izquierda vernácula, porque son grupos minoritarios que en Argentina jamás llegarán a gobernar, dado que la gente los identifica con simples revoltosos que pugnan por llegar al poder, para hacer lo mismo de aquellos a quienes critican, jugando a ser “antiburgueses”, pero viviendo como burgueses. Por lo tanto, viven sumidos a los padres del caos, es decir, el kirchnerismo radicalizado, que el miércoles dijo presente en la revuelta con figuras tan paradigmáticas como Horacio Pietragalla, Belligoni y otros cultores del golpismo nacional.
La rana y el escorpión
Pero el kirchnerismo es de naturaleza destituyente, inclusive de su propia tropa, cuando quien fue puesto allí por ellos mismos, en el caso paradigmático que configura Santa Cruz, decidieron removerlo por la fuerza y sacarlo del lugar donde habían llegado con el voto de la gente. Es la materialización de la fábula de la rana y el escorpión.
En Santa Cruz hay larga historia de sus acciones golpistas y anticonstitucionales: Del Val (gobernador), Sergio Acevedo (Gobernador), Carlos Sancho (vice Gobernador), Héctor Aburto (Intendente) Carlos Cantín (Intendente) Juan Carlos Villafañe (Intendente), solo por nombrar los más importantes, fueron bajados de sus cargos por su propio partido a pesar de haber llegado por el voto popular. Es decir, si ningún gobernador e intendente de su propio partido logró terminar su mandato ¿Que nos hace pensar que el kirchnerismo soporte que alguien que no es de su espacio, pueda hacerlo?; de hecho “el club del helicóptero” se fundó durante el gobierno de Mauricio Macri y asomó cuando Milei ganó la presidencia.
La movida destituyente se completó en las últimas horas con la liberación de los 114 detenidos por parte de la jueza Karina Andrade, cuyos argumentos son tan lábiles como engorrosos a la hora de justificar la aplicación de justicia a los delincuentes callejeros.
La ofensiva desestabilizadora de la oposición demoledora de instituciones, como es el kirchnerismo y la ultra izquierda argentina, se suma a una serie de errores y corruptelas propias de Javier Milei quien no solo usa la motosierra selectiva, sino que la pasa entre los propios, cuando tensa el corte de las relaciones con sus propios socios extrapartidarios, peleando con Macri y el PRO del cual necesita las manos y también los votos.
Milei no es plenamente consciente de que su fracaso es el triunfo de los golpistas. No para de ofender a los que no piensan como él y de incumplir todo lo que dijo en campaña.
Hoy su imagen cayó más de 10 puntos y mucho de aquel electorado que votó lo disruptivo y no convencional que representa, hoy mira con desconfianza en lo que se ha convertido y solo el sostenimiento y mejoramiento de la economía le puede dar sustento a su gobierno, pero el apoyo está fuertemente condicionado al bienestar social que pueda brindar a los sectores más golpeados por la falta de recuperación económica y eso, aún, está lejos de suceder. Todo esto, más los yerros políticos y de gobernanza, lo ponen al gobierno ante una coyuntura de debilidad, que es el caldo de cultivo para que los energúmenos de siempre y los desestabilizadores de la democracia, utilizan para generar el caos y soñar con la vuelta al poder. Pero yendo un poco más allá y sin importar si Javier Mieli pierde las próximas elecciones, el problema central acá es que si por su culpa o por acción de estas hordas destituyentes, el gobierno sale eyectado, vamos a volver a tener a los innombrables y corruptos de siempre, que todos conocemos, encabezados por la viuda doblemente condenada por chorra del Estado, organizando un nuevo caballo de Troya (como lo fue el golpeador y corrupto Alberto Fernández) dándole una nueva oportunidad a los de siempre, a los que han hundido al país y de lo cual no necesitamos recordar lo que ha sufrido el país. (Agencia OPI Santa Cruz)