En medio de tensiones y polémicas, cientos de manifestantes desafiaron el sábado la prohibición impuesta por las autoridades para marchar en el centro de París en protesta contra la violencia policial. Esta movilización tuvo lugar una semana después de los disturbios desencadenados por el asesinato de un adolescente en un suburbio de la capital francesa.
La marcha, inicialmente convocada por la familia de Adama Traore, un joven francés negro que falleció bajo custodia policial en 2016, había sido prohibida por las autoridades locales argumentando riesgos para el orden público y la seguridad. A pesar de esto, los manifestantes se congregaron en la Plaza de la República de París, donde fueron dispersados por la Policía. Sin embargo, varios centenares de personas continuaron su marcha pacíficamente por el bulevar Magenta.
La prohibición de la manifestación en París se sumó a la cancelación de otra marcha en la ciudad de Lille, mientras que en Marsella se realizó una manifestación con una ruta modificada, ordenando a los participantes abandonar el centro de la ciudad.
Las autoridades y los políticos franceses, incluido el presidente Emmanuel Macron, han negado la existencia de racismo institucional dentro de las fuerzas del orden del país. Sin embargo, el caso del asesinato de Nahel M, un joven de 17 años que fue disparado por un agente durante un control de tráfico el 27 de junio, ha puesto en tela de juicio la actuación policial y generado un escrutinio sobre su conducta.
La lucha contra la violencia policial y la discriminación racial continúa siendo un tema relevante en Francia y en otras partes del mundo. Aunque las protestas en París desafiaron la prohibición, aún se desconoce si los organizadores impugnarán la nueva prohibición impuesta por las autoridades parisinas.
El caso del agente investigado por el homicidio voluntario de Nahel sigue siendo objeto de investigación, y su abogado ha declarado que el disparo fue realizado en respuesta a una situación en la que el agente se vio amenazado.
La movilización del sábado refleja la preocupación y la demanda de justicia por parte de la sociedad en relación con la violencia policial y la discriminación racial, así como la tensión existente entre los derechos de expresión y reunión y las medidas de seguridad implementadas por las autoridades. (Agencia OPI Santa Cruz)
Con Información de NA
