Si algo hay cierto y seguro, es que la libertad de prensa y de opinión en toda democracia, por más imperfecta que sea, son valores insustituibles intrínsecamente arraigados a los derechos humanos en cualquier parte del mundo. Por ese motivo, allí donde falta, como en Venezuela o Cuba, por ejemplo, está cercenado uno de los más elementales derechos de la persona: el de expresarse en libertad.
En esta línea, Argentina ha avanzado bastante, a pesar de los intentos por amordazar tanto al periodismo como a la oposición política, de acuerdo a quien detente el poder. Las redes sociales son la explosión underground de esa libertad que por inverosimil y peligrosa, cuenta con el descrédito de lo anónimo por lo perturbador que resulta una noticia, versión o información falsa (fake News), disparada a las plataformas sin ninguna responsabilidad ni responsable per se. Aún así, es parte de la libertad de expresión en la news age.
Digo esto, porque Julio De Vido habló sobre la política energética del actual gobierno y se me ocurrió sintetizar las bases del derecho a opinar y decir lo que uno quiere, lo cual queda reservado simple y llanamente a nuestros valores morales, ética y educación. En ese contexto es bienvenido que Julio De Vido, pueda hablar; el problema, para él, no para nosotros que lo tomamos como de quién viene, es lo que dice y desde qué lugar lo dice.
Obvio también debemos enmarcar el medio desde dónde se emite el mensaje, en este caso el ex ministro condenado habló en la radio ultra K AM 530 “Somos radio”, la emisora de Las Madres de Plaza de Mayo y la conductora del reportaje fue Sandra Ruso.
Ex panelista de 6,7,8 el programa operador de las políticas kirchneristas financiado por todos los argentinos en la TV Pública en la década perdida, actual “asesora” de Axel Kicillof, defensora a ultranza de la condenada Cristina Fernández, desvinculada de Radio del Plata donde denunció “censura”, como si la radio en la que está actualmente o 6,7,8 sean o hayan sido la panacea del periodismo libre.
Sandra Russo no es la voz más calificada para hacer una entrevista “objetiva”, nada menos que al monje negro del kirchnerismo ladreiprogresista que se fumó un PBI y se llevó miles de millones de dólares en bolsos, que Muñoz, Barreiro y Cia descargaban en la calle Juncal, donde vivía la jefa de Julio De Vido, achicando los bolsos para quedarse con “la de ellos”.
Por lo tanto, la “entrevista” de Russo a uno de los artífices de la debacle argentina y básicamente el fracaso que tendremos por décadas aún, en materia energética, conculca con el buen gusto, la ética periodística, la lógica política y se resume en un triste panfleto de propaganda deshilachada de lo que alguna vez fue un gobierno escandalosamente corrupto, inútil y patético.
Entrevistar a Julio de Vido en materia de energía, para que critique a la actual política que lleva adelante Milei (independientemente que éste gobierno esté sesgado y errándole feo en la gestión), es como crearle a Alberto Fernández el Ministerio de la Mujer y cederle la palabra para que nos ilustre sobre la forma en que se debe tratar a la pareja, algo que hizo en televisión cuando era presidente y amenazaba con el dedito a los hombres maltratadores y abusadores, arrogándose las políticas de género como el máximo logro y aspiración en su gobierno.
No vamos a reproducir aquí las cosas que dijo De Vido, solo nos preguntamos, ya que la tiene tan clara, por qué no lo hizo cuando tuvo la oportunidad de gestionar el superministerio de Planificación, desde donde se dedicó a vaciar al país de energía, de recursos y anular la capacidad de recuperación por varias décadas?.
“No hay una política energética nacional, la idea es tratar de conseguir dólares a cualquier precio, para sostener este esquema basado en lo financiero y no en los productivo; y el ingreso de divisas lo prevén a partir del extractivismo y la exportación”, dijo el ex ministro condenado por varios delitos en la función pública.
Claro, él sí la tenía clara en materia de política energética, especialmente cuando pagábamos 57 millones de dólares por barcos de gas licuado natural, que nunca llegaban a Enarsa ni ningún puerto del país, lo cual estableció el carácter de “barcos fantasmas” a los que “compraba” De Vido, pero nadie supo nunca dónde arribaron o si el Triángulo de las Bermudas tuvo un corrimiento geográfico y en aquellos años se ubicó en el atlántico sur.
Volvemos al inicio de esta columna; celebro que los argentinos hayamos logrado instaurar la libertad de expresión, de opinión y de prensa. Cualquiera puede decir cualquier cosa y de la misma forma en que hay libertad para hablar, existe la libertad para querellar a quien es ofendido por las palabras del otro. Entonces, no me sorprende ni molesta que Julio De Vido hable. Me molesta y por eso hago esta aclaración, que haya medios que replican tantas estupideces sin contextualizar la moral del personaje y haya periodistas militantes los cuales intentan incluir en un formato periodístico trucho, una operación política/militante de oposición con alguien sin autoridad moral, ética ni profesional, para opinar de lo que otros hacen tratando de remontar una parte del apocalipsis que dejó el kirchnerismo/peronismo en el país, como si fuera un redentor de una gloriosa época perdida donde vivíamos en la abundancia. (Agencia OPI Santa Cruz)
EXCELENTE OBSERVACION OPI. LOS MEDIOS DE ACA SE APRURARON AREPLICAR LAS PALABRAS DE ESTE SANTO Y UDS LE TIRARON EL MUÑECO BAJO EL CAMION. EXCELENTE
ALGUIEN LO TENIA QUE DECIR
La cana que tuvo este personaje como otros impresentables de la década ( y media ) perdida, no fue mas que un “chachá” en cola comparado con los por lo menos 40 años de prisión común que a todos estos delincuentes les debería haber correspondido por todo el daño hecho al país y, al final, termina cagándose de risa de todos nosotros en su “chacrita” de 5 hras. Justicia argenta…..
Que pena con la justicia que tenemos en este pais. No es casualidad que estermos asi