11:00 – (Por Rubén Lasagno) – Cuando el “revolucionario” Hugo Chávez Frías visitó la Argentina y se dio una vuelta por El Calafate el 15 de mayo de 2009, ya había cerrado dos años antes el negociado con el entonces presidente argentino y su adorable esposa, que hoy luce desmemoriada, no conoce a nadie, no tiene idea ni dónde queda Venezuela y mucho menos, recordaría momentos de aquella visita ilustre a la Patagonia austral.
Con lo que no contaba Cristina Fernández es con la servidumbre de buchones que se destemplarían ante la sombra de las rejas y nunca pararon de hablar. Uno de esos casos fue el de Claudio Uberti. Este cómplice del proceso de corrupción más grande del continente e inédito en el mundo, confesó ante el juez que cuando Chávez compró 500 millones de dólares en títulos de la deuda externa nacional en el 2007, arregló una ganancia de 100 millones de dólares, resultado de un proceso especulativo con los títulos públicos y la diferencia en el precio (entre compra y venta) que se la guardaron los mentores de la estafa.
El “revolucionario” junto a su amigo que cuando asumió prometió “traje a rayas para lo que se corrompieran”, se repartieron esas ganancia que no figuraba en ningún registro, tomando cada uno la nada despreciable suma de 25 millones de dólares. Obvio, debían ser dólares o euros, ni a Kirchner ni a Chávez le gustaban los pesos y menos argentinos, que por confesiones de estos delincuentes se supo nuestro ex presidente pateaba los bolsos que contenían pesos por ser despreciables. Él era un “progresista Nac & Pop, antimperialista, estatizaba todo para cuidar la soberanía y promocionaba lo nacional desde la saladita”, pero le gustaba recibir los bolsos con Euros o los verdes con la cara de Washington.
Uberti siguió dando explicaciones del mecanismo de corrupción de los libertarios latinoamericanos que se llenaban la boca en “contra del imperialismo” y “los derechos humanos de los pobres” y contó que los 25 millones que le correspondían al inefable Néstor, fueron traídos en valijas desde Venezuela, de lo cual un vuelto estaba en poder de Antonini Wilson en aquella desafortunada noche donde el piloto del avión arribado de Venezuela en vez de girar para al derecha, giró para la izquierda y fue a parar al sector controlado de Aeroparque, donde estaba María Luján Telpuck, la estúpida joven que cumplía con su trabajo.
Uberti confesó lo que todos sabíamos y en OPI dijimos poco después de conformarse esta anomalía política del “repudio kirchnerista al Fondo Monetario Internacional”, lo cual claro está, encerraba un negocio de los Kirchner.
Cuando Néstor alardeó de “su desvinculación” del FMI y pagó los intereses por 10 mil millones de dólares, tenía un propósito que apuntamos en un análisis años después: Néstor y Cristina pagaron para tranquilizar a los acreedores extranjeros y salieron del FMI para evitar controles externos; entonces el próximo paso fue aliarse con el “revolucionario” Chávez y en el 2002 NK hizo la colocación de bonos más onerosa de la historia.
El FMI cobraba, por entonces, el 7% y Chávez nos cobró el 10,5% de tasa por la colocación de los 500 millones de dólares de los Boden que vencieron en el 2015.
Pero aquella operación era fundamental para el propósito de “el libertario bolivariano” y “el honesto pingüino”. Ello terminó con una comisión de 25 millones de dólares para cada uno; no está nada mal.
Después, estos verdadero héroes antimperialistas latinoamericanos, siguieron luchando por sus respectivos pueblos y crearon el fideicomiso argentino-venezolano en el 2004, una figura financiera que apasionaba a Kirchner por cuanto le permitía licuar fondos y quedarse con una parte, manejado en tandem por la petrolera PDVSA y el BDESV (Banco de Desarrollo de Venezuela) y empezaron a triangular negocios con petróleo y energía que se vio sacudido por la denuncia de Eduardo Sadous sobre la embajada paralela a cargo de Uberti.
Chavéz en Santa Cruz
Como dijimos, Hugo Chávez Frías y su familia arribaron a El calafate el 15 de mayo de 2009 y en ese momento nos llamó la atención que el matrimonio presidencial (CFK/NK) se “borrara” de la escena y evitara aparecer con el presidente venezolano en público. Es más, el propio Néstor Kirchner le pidió al entonces gobernador Daniel Peralta que se encargara de atender al bolivariano.
Las fuentes indican que la noche que llegó Chávez, el matrimonio presidencial cenó con él de manera privada en el Hotel Los Álamos y de ahí, tanto Néstor como Cristina se fueron para Buenos Aires. Chávez, entonces, estuvo rodeado de gente que hacía realidad sus caprichos y hasta se dio el lujo de manejar la camioneta Nissan que le habían asignado para que se trasladara junto a sus hijas, como consta en la foto obtenida por OPI, camino al aeropuerto.
Peralta, funcionarios municipales y provinciales acompañaron al revolucionario a admirar el Glaciar, el recorrido en el lago y el intendente Javier Belloni, férreo admirador del libertador contemporáneo de América, no dudaba en cruzar abrazos, sin estar enterado o tal vez si, que en Buenos Aires se habían cerrado los negocios millonarios que iban viento en popa (para Néstor y su esposa).
Chávez gozó de la gran obsecuencia ilustre en la tierra mapuche y nadie quería quedar mal con el hombre admirador de Perón que blandía la espada de la justicia social, la distribución de la riqueza y la onda Nac & Pop, enfundado en sus caros Armani y brillantes Rolex presidenciales quien llevó finalmente a Venezuela a ser lo que hoy es.
Él y Néstor tenían grandes planes para el futuro de sus respectivos países, pero gracias a Dios, la selección natural se hizo presente a tiempo y lo que no pudo conseguir la justicia, lo cortó la finitud de esta existencia precaria que todos tenemos y tanto Néstor como Hugo, partieron en poco tiempo hacia ese lugar común, donde nadie puede evitar, por más poderoso, avaro, ambicioso, coimero o corrupto que haya sido durante su efímera existencia.
Cuando se fue Chávez, abordó el Tango 01 que lo llevó junto a su hija a Buenos Aires y en el interior lo esperaba el matrimonio K. Y allí terminaba el tour semanal que le regalamos todos los argentinos y como dato curioso, que también se puede ver en las fotos de OPI, a su lado, como perro manso y obediente, sin mostrar acción propia y condicionado a la voluntad de su jefe, a la par corría de un lado para otro, un hombre que tiempo después de la muerte del “libertador bolivariano”, se haría cargo de completar su obra en Venezuela: Nicolás Maduro, devenido en dictador de baja moral, un genocida y un ladrón que hace un merecido honor a su inventor político: Hugo Chávez, el que estuvo en El Calafate y se robó con Néstor Kirchner 25 millones de dólares (solo de lo dicho por Uberti), mientras se reían a espaldas de sus respectivos pueblos, por lo incrédulo y estúpidos que fuimos argentinos y venezolanos, creyéndonos que estos dos tipos, tenían algo de sentimiento por la sociedad de sus respectivos países. (Agencia OPI Santa Cruz)
Me encantó eso de “la selección natural”, estas lacras creían que vivirían muchos años, nada es para siempre señores.
Ya, esta nefasta y reciente historia argentina debería comenzar a enseñarse en las escuelas.
Neshtor: Muerto.
Chavez: Muerto.
Lula: Preso.
Correa: Profugo
Porota: Con pedido de prision
Dilma: Destituida e inhablitada.
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