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La campaña de desarme pretende maquillar la incompetencia para disminuir la inseguridad

Inseguridad: un flegelo que nadie puede o sabe combatir
03/11 – 09:30 – El gobierno nacional largó una “campaña de desarme civil” que tiene tantos puntos obscuros como cuestionables. Las provincias adhirieron “de facto” con un resultado lamentable. El discurso político que se gestiona en cada lugar es ridículo y primitivo. Las excusas y las teorías que manejan los funcionarios que resaltan las bondades de la iniciativa tienen un nivel de precariedad que nos hace pensar que estamos como estamos porque la seguridad está en manos de quien está. Lo peor de todo es que nos siguen matando y la impotencia del gobierno para encontrarle la vuelta, lo hacen pensar que es mejor desarmar a la población civil, que quitarle el poder de fuego a los chorros.(Por: R. Lasagno)

Las razones de la inseguridad son multicausales, por lo tanto no es lógico aplicar el peso de la responsabilidad en una sola dirección; desde la situación socio-económica hasta el crecimiento poblacional, la migración interna, los cinturones de pobreza en las grandes urbes, la superpoblacion carcelaria y la irrupción del narcotráfico en nuestro país, avalado y potenciado desde muchos estamentos del mismo poder (nacional o provinciales), convergen para que la inseguridad se funda en este cóctel explosivo que tira en la calle a jóvenes de15 años o menos con un arma en las manos listos para matar a quien se le cruce o las pandillas que hacen de la muerte de inocentes, una suerte de pase a las jerarquías más importantes de su organización delictiva.

Esto así resumido, coronado por una justicia con pruritos a la hora de dictar sentencia, con jueces corruptos y otros que no tienen lo que se debe tener a la hora de enjuiciar y sacar de la calle a los delincuentes peligrosos, que usan el Código como mejor les conviene y cuidan más al ladrón o al asesino que al pueblo trabajador, remata con la complicidad política y de muchos encumbrados hombres del poder que hacen la vista gorda, mientras no les toquen los negocios que cierran alrededor de las campañas previas a una elección, o en el abonado camino a la compra de voluntades políticas o clientelismo que atraviesa barrios y asentamientos, que paga por un voto, aunque el costo sea brindar impunidad y declarar zonas liberadas en determinados lugares del conurbano o ahora, en la misma Capital Federal.

Como la situación de la inseguridad es un intríngulis que no puede resolver el Estado desde que volvió la democracia, sucesivamente los gobiernos han puesto la mano en cuanto “programa” o “campaña” tenga un impacto más efectista que efectivo y por ello desde hace un tiempo el gobierno nacional ha disparado una campaña de “desarme civil”.

En principio digamos que la idea si bien no es original, porque se aplica en varios países como forma de descomprimir el mercado ilegal de armas, tampoco es del todo mala. Es decir, se trata de recurrir al acto voluntario de parte de la población civil, para que entreguen las armas que suele haber en una casa o aquellas que siendo ilegales, puedan ser rescatadas por la vía de un incentivo económico. Sin embargo la disposición incluye cláusulas que la puede convertir en cómplice de delitos y crímenes.

Si mataste, entregá el fierro, nene

Las “condiciones” que explica el sitio www.desarevolutnario.goc.ar indica que la entrega de armas “Pueden hacerlo todas las personas que así lo deseen, tengan o no credencial de Legítimo Usuario, sea que las armas estén registradas o no y del calibre y tipo que sean”.

La misma “es anónima y voluntaria. No se exigirá presentación de documento de identidad alguno, ni para la entrega del arma ni para el cobro del cheque”.

Con respecto a las armas entregadas “se tomarán el número de serie del arma y marca, tipo y calibre con el fin de cotejar estos datos con los registros existentes y a fin de realizar un informe final de carácter público en el que conste el detalle de los materiales entregados y destruidos previsto en el artículo 11 de la ley 26.216”.

La reglamentación expresa que a quien entrega un arma no se le pregunta procedencia, ni se le toman datos personales y por el contrario se le abona una suma que va de $ 100 a $ 450,00 dependiendo del tipo de arma, en un cheque al portador, de manera que al llevar inscripta la leyenda “Ley 26.216” el banco no le pedirá identificación alguna y lo pagará sin más trámites.

Así concebida la “reglamentación” permite y admite que cualquier delincuente robe o mate a quien quiera con un arma y la entregue minutos después, desprendiéndose de la manera más segura de la prueba del delito y como si fuera poco sume algunos pesos más a su raid delictivo.

Quien diga que esto no es así (o que no puede darse esta situación) está mintiendo y engañando a la gente que confía en estos verdaderos sucedáneos “legales” que solo vienen a problematizar más aún un tema tan complejo como el de la inseguridad.

Pura cháchara

La inseguridad es una de las mayores preocupaciones en cualquier punto del país, sin embargo el Congreso no votó ninguna ley sobre el tema, lo que demuestra la enorme despreocupación que existe en la clase política, contraponiéndose con la Ley de Medios, Fondos previsionales, el subsidio a la niñez o la promocionada reforma política que tienen tratamientos privilegiados; es decir, que más allá de lo manifestado en (carísimos) spots publicitarios y los discursos vacíos de funcionarios nacionales y provinciales, la inseguridad es un tema pendiente.

Espasmódicamente el Congreso actuó en el 2004 endureciendo las penas, debido a la recriminación social que pedía por la cantidad de delitos violentos que se sucedían a diario y la participación de menores en crímenes mayores. Nada se logró, fue un amague aislado y de allí hasta hoy los legisladores miran hacia los problemas partidarios y las luchas por el poder dándole la espalda al pueblo que los votó.

El factor humano

La defensa por medios propios es un derecho consagrado en la Constitución Nacional. Los pueblos se arman cuando el Estado se encuentra ausente en una de sus funciones específicas y más clara: dar seguridad al habitante de un país.

En Santa Cruz la inseguridad es creciente. Los sucesivos gobiernos no han podido controlar ese incremento y hoy, ciudades como Río gallegos y Caleta Olivia tienen un altísimo índice de robos y asaltos a mano armada y va creciendo el delito con agresiones seguidas de muerte.

Los gobiernos (desde el nacional para abajo) han montado una realidad virtual sobre esta dolorosa realidad que le toca vivir al ciudadano medio, quien no circula con autos blindados ni flanqueado por seguridad personal o privada. En este esquema los Gobernadores han salido a disimular su ineficacia y su impotencia para luchar contra la inseguridad, avalando el “desarme civil” como si fuera una panacea, a partir del cual el índice de delitos va a bajar considerablemente. No obstante van más allá y cometen la torpeza de utilizar en su justificación argumentos realmente increíbles.

A mediados de octubre de este año el Gobernador de la provincia de Buenos Aires, siempre flexible a los dictados del gobierno nacional, inició una campaña de desarme, tal como lo explicó el propio Ministro de Justicia provincial Ricardo Casal “para lograr el desarme voluntario de los vecinos que deseen deshacerse de armas de guerra o de grueso calibre, indicando a continuación una frase con la cual pretendió impactar a la audiencia señalando “la armas son factores determinantes en la escalada criminal, que ha crecido en los últimos años en nuestro país” (¿?).

Lo que describe exactamente el objeto de estos simulacros sobre seguridad que hace el gobierno bonaerense se percibe en las palabras del funcionario dichas a Telam, cuando expresó “No ha crecido la cantidad de delitos, sí la calidad y peligrosidad por el uso de armas; el arma es el factor determinante en la tasa de escalada criminal. Un arrebato de un celular en la calle da bronca, pero un robo de un celular con un arma, da temor“.

Con estas palabras Casal dejó a salvo la responsabilidad que le cabe al gobierno sobre el control del crimen, pues a su entender “no creció la cantidad de delitos” pero sí el uso de armas en cada uno de ellos, por lo tanto el metamensaje es “nosotros actuamos rápidamente y le quitamos las armas a los ciudadanos que las tienen guardadas, ergo: nos ocupamos de bajar el delito”, pero claro, no dice absolutamente nada de quitarle el arma a los delincuentes, que es precisamente a quienes debería ir dirigida la medida de secuestro y supresión de armas.

Claramente es una medida demagógica, pues mientras desde el gobierno se percibe que el peligro está en el ciudadano que tiene un arma, se intenta despojar de ellas a la gente pacífica sin tomar ninguna medida con los que las trafican, hacen el comercio negro o las “alquilan” para cometer delitos.

A partir de esta premisa totalmente equivocada, se encienden discursos realmente ridículos de gente que no sabe absolutamente nada del tema, pero que encuentran un espacio para dilapidar tanta estupidez como las que expresan los fundamentos que apoyan el Proyecto de Ley de la diputada Paola Spátola “Expertos señalan que la inmediatez y facilidad en el acceso a las drogas y las armas configuran un condicionante fundamental de esta violencia, aun cuando sus orígenes pudieran ser eminentemente económicos y sociales”.

A la par, la población se ha armado generalmente con fines de defensa. No obstante, se empezó a comprobar que en un alto porcentaje, las víctimas de los hechos violentos ostentaron un arma frente al delincuente. Es decir que, en lugar de mayor protección, estar armado podría hacernos más vulnerables ante el delito.”

Esta premisa es falsa y con solo repasar la crónica diaria cualquiera puede ver que la vida de una persona, ante el perfil del delincuente actual, no está atada a ningún parámetro de este tipo. Uno puede ser atacado y muerto solo por parpadear. Es que la iniciativa de matar no hay que buscarlo en quien se defiende sino en quien ataca. Y para Spátola como para otros que sostienen la misma teoría, parece que el desencadenante siempre es la resistencia con armas, argumento absolutamente falso y justificador.

Sin embargo las palmas de la estupidez se los lleva el subsecretario de Prevención y Seguridad Ciudadana del gobierno santafesino, Diego Poretti, quien ante Adrián Marcenac, integrante de la Red Argentina para el Desarme (RAD) dijo que la campaña de desarme que llevan adelante intenta “concientizar sobre que las armas legales también matan”. Algo así comom haber descubierto que no hay “armas buenas” y “armas malas”.

Para no dejarlo solo y recurriendo solidariamente en ayuda de su funcionario estrella, la Vicegobernadora de Santa Fe “solicitó la colaboración para generar una política de persecución penal de las armas del delito y para modificar las políticas del Registro Nacional de Armas (Renar) para que tenga un sustento por parte del Estado y de esta manera, deje de ser financiado por quienes registran armas. Así, se alentará al desarme y se permitirá un mayor control sobre la población”

Pero no todos los laureles se los va a llevar Santa Fe, por el contrario, al comenzar su campaña de desarme la provincia de Corrientes la Subsecretaria de Seguridad Cecilia Gortari dijo “es un momento clave para que la provincia se sume a esta campaña y tome conciencia del riesgo que significa tener armas en las casas”. Después, la funcionaria agregó un dato más que alarmante y revelador. “En Corrientes vemos un incremento de accidentes con armas, suicidios cometidos con armas y la utilización de armas para cometer delitos. Con el RENAR –agregó- firmaremos un importante convenio para intercambiar información para saber exactamente con qué cantidad de armas contamos en la provincia”.

Hasta aquí la funcionaria puso de manifiesto que es peligroso tener armas en la casa, que éstas son protagonistas de accidentes y suicidios y por lo tanto ve necesario que el RENAR le diga cuántos ciudadanos tienen armas, seguramente para poder contabilizar cuántos accidentes y/o suicidios podrán ocurrir en el próximo año. Lástima que no pensó adecuar recursos para buscar junto a la policía las armas ilegales que corren por el submundo del mercado negro y que son las que verdaderamente se utilizan para cometer crímenes.

Como si esto fuera poco la funcionaria proclamó “hay que entender que las armas fueron hechas por el hombre para matar”. No hay dudas que Gortari hace un planteo eminentemente subjetivo sobre lo que es un arma, pues un arma es un aparato mecánico cuyo uso lo determina una persona, entre otras matar. En este sentido no es más peligrosa que un automóvil. Pues cualquiera puede usar el auto para pasear, ir al trabajo, correr carreras o atropellar gente y matarla. El hecho de que ambos sean ingenios mecánicos no lleva implícito que su uso sea ocasionar la muerte de nadie, pero ambos están en condiciones de producirla, de acuerdo a quien lo maneje.

Se comete un gravísimo error al pensar que con un arma se está más seguro porque eso siempre termina con algún integrante de la familia muerto por esa propia arma”, agregó la Subsecretaria y nos gustaría saber en qué datos científicos se basa para elaborar esa cuestionable teoría, pues hay muchas familias que no hicieron ni siquiera el mínimo amague de rebelarse ante los criminales y éstos terminaron matando a uno o más integrantes de ellos a sangre fría y sin motivos aparentes. En relación a que “siempre termina con algún integrante de la familia muerto por su propia arma”, es una frase no solo falaz, sino que puesta en boca de una funcionaria es sencillamente ridícula.

Otra de las frases que elaboró fue “los requisitos son cada vez más exigentes y los vendedores deben ser responsables de ver a quien venden sus productos”.

Para Gortari, indudablemente que los delincuentes no son quienes nos vienen a robar, sino los que tienen un arma para defenderse. Después, comete el inocente planteo de pensar que un delincuente va a comprar una pistola en una armería para robar en el quiosco de la esquina. Lamentable.

Para terminar la funcionaria correntina aseguró sin miedo a ruborizarse “la mayoría de las muertes ocasionadas por armas no es en un caso de delito sino en discusiones familiares”. Sin palabras.

Gortari no está sola

Clarín reprodujo manifestaciones de Juan Carr de la Red Solidaria. En primer lugar estableció que en Argentina, casi 3,3 millones de armas andan dando vueltas por el país. Están en manos de civiles y al menos 900 mil no están registradas en ningún sitio.

Sin ánimo de polemizar, le preguntaríamos a Carr de dónde saca los datos y ¿Cómo hace para saber con exactitud que 900 mil armas hay en el país sin identificación, precisamente si como dice él no están registradas en ningún sitio?.

El artículo de Clarín sigue diciendo “Desde Red Solidaria advierten que en uno de cada tres hogares argentinos hay al menos un arma y que la mitad de ellas están cargadas y listas para ser usadas. Así, se deduce que un millón y medio de adolescentes viven con un arma en su propia casa. Por otra parte, 107.000 armas están “perdidas” en este momento y tienen pedido de secuestro”.

Extraños datos conoce Red Solidaria y más raro aún es la forma en que puede establecer datos tan concretos y precisos como que en uno de cada 3 hogares hay un arma y la mitad “cargadas y listas para usar”, ¿No será mucho?.

En sintonía con las declaraciones del funcionario bonaerense, el santafecino y la Subsecretaria de Seguridad de Corrientes, Red Solidaria al momento de apoyar el plan de desarme dijo que “el 90 por ciento de las muertes por armas se produce en peleas, accidentes y suicidios, mientras que sólo el 10% de los fallecimientos ocurre durante asaltos”.

Para reforzar sus argumentos Carr y su Red Solidaria calcularon que “cada seis horas muere un argentino por un disparo y que una persona pierde la vida por un arma de fuego cada dos días en Argentina durante una simple discusión”.

Además, “aunque la mayoría de las personas dice tener un arma por miedo a la inseguridad, al defenderse en un asalto con un revolver aumenta en un 300% la posibilidad de morir en ese hecho. Un menor de 24 años muere cada día en nuestro país por un crimen cometido con un arma de fuego”.

La campaña de Red Solidaria explica “que en cada manzana de los barrios y de las ciudades de Argentina hay por lo menos siete familias que poseen armas, es decir, dos millones de grupos familiares argentinos”.

Sin embargo Carr puso la frutilla del postre cuando indicó que el estudio de su organización establecía que “una de las zonas que más se ve afectada por la cantidad de armas que hay en ella es la Capital Federal. Allí, muere una persona por día y la cifra supera al número de muertos que provocan los accidentes de tránsito en la ciudad.

Se contradice abiertamente con los datos oficiales extraídos de Accidentología Vial que pone a las muertes en las calles de Capital y la provincia como segunda causa de muerte y no menos de 4 personas fallecen diariamente en Capital Federal en las calles y autopistas debido a colisiones, vuelcos y atropellamientos.

La verdadera realidad (no la de los funcionarios)

Gustavo Carabajal realizó una nota en la Nación que es propicio reeditarla aquí, para bajar a estos cultores de las estadísticas truchas a la realidad cotidiana de los ciudadanos comunes, el editorialista señala:

De los 18 homicidios más resonantes registrados en lo que va del año en el área metropolitana, doce ocurrieron cuando las víctimas fueron sorprendidas por distintos grupos de delincuentes en el momento en que llegaban a sus casas o salían de ellas.

Según informaron fuentes policiales y judiciales, todos los hechos tuvieron otros denominadores comunes: las víctimas fueron elegidas al azar, los delincuentes no formaban parte de bandas organizadas y en el 90 por ciento de los casos hay menores acusados. Todos esos trágicos episodios, además, se caracterizaron por el alto grado de violencia de los asaltantes, que mataron a sus víctimas a pesar de que no se resistieron a los robos.

La sucesión de homicidios ocurridos este año comenzó en marzo, cuando el profesor de educación física Hernán Landolina fue asesinado en la puerta de su casa, en el momento en que estacionaba su camioneta. Dos semanas después, el farmacéutico Eduardo Fortier, de 54 años, fue asesinado cuando llegaba a su casa, situada en Boedo al 200, en Bernal, a dos cuadras de la vivienda de Carlos Fernández, por entonces ministro de Economía de la Nación.

En los meses siguientes, fueron asesinados Daniel Capristo, Daniel Alberto Bonasiolle, Héctor Quiroga, Maximiliano Robak, Osvaldo Benítez, María Elena De Césaris, Mariano Iannetta, Eduardo Moyano, Santiago Urbani, y Gonzalo Etcharrán,

A todos los mataron cuando entraban o salían de sus casas. De Césaris estaba embarazada de cinco meses de gemelos.

“Me pincharon toda”, llegó a decir De Césaris, mientras se desangraba, al vecino que llamó a la ambulancia. La pareja que la sorprendió en la puerta de su casa de Villa Ballester, en el partido de San Martín.

Tanto fuentes policiales como los representantes de las organizaciones de vecinos en alerta, consultados por LA NACION, coincidieron en que el momento en el que se toman las llaves para abrir la puerta de ingreso en la casa o en la cochera constituye el instante de mayor vulnerabilidad de las víctimas.

Si bien las policías Federal y bonaerense realizaron distintas campañas de prevención en los barrios para que los vecinos tomen algunos recaudos antes de entrar o salir de sus viviendas, no existen estadísticas oficiales que distingan las circunstancias en las que ocurrió cada homicidio.

“En las estadísticas, sólo se marcara la diferencia en el caso que haya sido un homicidio en ocasión del robo de un automóvil o por un asalto. Pero nada se menciona sobre otra característica del hecho”, explicó un funcionario del área de Seguridad de la Nación. (Agencia OPI Santa Cruz)

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10 COMENTARIOS

  1. excelente nota, ….. sin palabras, la verdad es que estaba pensando tirar mi colt 44 magnun por 450 mangos y comprarme una gomera, o estos se piensan que somos pelotudos, o son tarados en serio,… la verdad es que antes de entregarlo por la guita me parece que voy a hacer cagar unos 4 o 5 pelotudos que les tengo bronca, haa y al cartero hdp que me trae las cartas con vencimiento tarde tambien y yapa luego de sacarme elemento que me inculpa de los crimenes,… me dan 450 mangos,… negocio redondo no?. la verdad es que no se puede creer, jajaja

  2. DE ACUERDO CON EL AUTOR, LOS GOBIERNOS SON INCAPACES PARA CONTROLAR LA DELINCUENCIA Y NOS QUEIREN CONTROLAR A NOSOTROS QUE SOMOS VICTIMAS DE SUS MALAS POLITICAS. ES TODO CIERTO LO QUE DICEN ALLÍ. ESA SUBSECRETARIA O CARR O sCIOLI ¿QUE SABEN DE SEGURIDAD SI NUNCA LES HA TOCADO ENFRENTAR UNA DESGRACIA?. HABLAN POR HABLAR SON PATETICOS. ESTOY EN UN TODO DE ACUERDO Y RECURRO A LA GENTE PARA DECIRLES::::::: ARMENSE!!!!! ESTAMOS EN TODO NUESTRO DERECHO DE DEFENDERNOS PORQUE EL ESTADO NO HACE NADA ¡¡¡¡ARMENSE!!! HAY QUE TENER UN ARMA A MANO PARA VOLARLE EL ZAPAYO A ESTOS HDP—- HOY NO ES CARO COMPRAR UNA BUENA ARMA ¡¡¡¡ARMENSEEEE COMPAÑEROS!!!!!

  3. Claro… si yo voy a ser legítimo usuario para ir a entregarle las armas a Scioli (cara de pelotudo) o a Peralta y Gonzalez… no sean giles. Los que entregan las armas es para borrar huellas de cagadas que se mandaron. Claro que es para encubrir ccrimenes. Debería darle verguenza a lesgisladores y gobernantes que avalan esta impunidad. Como dice la nota: en vez de desarmar a los chorros nos quieren quitar las armas que nos defienden Burrroooooossssss

  4. ¿Se acuerdan cuando aki el profesor de malambo decía q ue la inseguridad era una sensacion???. Bueno todo sigue igual. LA INSEGURIDAD ES UNA SENSACION. hoy Barreto tiene sensación de que es Ministro, Peralta tiene sensación de que Gobierna y nosotros tenemos una sensación de que nos representan.

  5. este hijo de re mil putas de lupin lleno la ciudad de delincuentes, negros de mierda, chorros y drogadictos, mi gallegos no es el mismo en donde creci… lupo de mierda y esposa mal nacidos van a pagar todo en vida…. bastardos

  6. COINCIDO CON 4. PAVO SANCHO…… ES TODO UNA SENSACIÓN….. PERO……

    LAS ESTADÍSTICAS, SON NUMEROS QUE SUELEN SER UTILIZADOS POR ALGUIEN QUE QUIERE SER ( O PARECER ) ERUDITO, PARA DISTRAER O INFLUIR A SU PARECER SOBRE CUAL ES REALMENTE EL PROBLEMA.
    LAS ESTADÏSTICAS SON ESO, ESTADÍSTICAS.
    NUMEROS QUE DICEN QUE FUÉ LO QUE PASO EN UN MOMENTO Y QUE NI SIQUIERA SE PARECE A ESTA REALIDAD.
    FIGURACIÓN SOBRE TENDENCIAS, EN TODO CASO.

    EN DETERMINADAS SITUACIONES O POR EL ABUSO DE DROGAS DONDE SE PIERDE LA CONCIENCIA, SE POTENCIA EL USO DE CUALQUIER ARMA, ESO ES CLARO. PERO MAS SE POTENCIA EN LA IMPUNIDAD, TANTO SOBRE MENORES COMO EN MAYORES.

    EL MAYOR PROBLEMA NO ES QUE HAYA INSEGURIDAD, SINO QUE LAS AUTORIDADES NO SE ABOQUEN A PLANTEAR POLITICAS DE DEFENSA PÚBLICA DE LOS CIUDADANOS.

    EN TODO CASO, EL PROBLEMA DEBE SER RESUELTO POR LOS ESTADOS NACIONAL, PROVINCIALES Y/O MUNICIPALES, EN TOTAL AUSENCIA DE PROGRAMEJOS DE TELEVISIÓN QUE, MAS QUE INFORMAR, DIFUNDEN EL MODUS OPERANDI DEL DELITO.

    TODOS LE CREEMOS MAS A LOS IDOLOS DEPORTIVOS QUE A LOS POLÍTICOS.
    POR QUÉ?
    FACIL, POR QUE LOS IDOLOS NOS CUENTAN LO QUE QUEREMOS ESCUCHAR, EVADIENDONOS DE LA REALIDAD.
    LOS POLÍTICOS, NO ES QUE NO ENTIENDAN, DIRECTAMENTE NO SABEN NI TIENE IDEAS DE LO QUE ESTAN HABLANDO.

    LOS ENTENDIDOS DIRÁN QUE EL ABUSO DE ARMAS EN LA PRODUCCIÓN DE DELITOS SE INCREMENTARÁ LINEALMENTE, Y NOSOTROS DECIMOS QUE, SIN POLÍTICAS CRECERÁ EXPONENCIALMENTE.

    LAS ARMAS EN PODER DE CUALQUIERA, PROVOCAN TODO TIPO DE HERIDAS, DESDE EL MIEDO, LAS FOBIAS HASTA LA MUERTE.
    PERO CUANDO EL CIUDADANO, EN EL EJERCICIO DE SU LEGÍTIMA DEFENSA ( PARA EL , PARA SU FAMILIA O PARA UN TERCERO ), LAS PROVOCA, CASI TERMINA SIENDO MAS DELINCUENTE QUE EL DELINCUENTE, POR QUE DE ESO SE ENCARGAN ALGUNOS ABOGADOS O JUECES, EN LOS ESTRADOS. CALMA, QUE HAY DE TODO EN LA VIÑA DEL SEÑOR.

    COMO O QUIEN PUEDE DEFINIR “LEGÍTIMA DEFENSA” O “EXCESO DE LEGÍTIMA DEFENSA”,
    SI HAY ALGUIEN QUE LO SEPA, QUE NOS LO EXPLIQUE, PERO QUE NO LO SAQUEN DE UN LIBRO DE LEYES, ETC., ETC.,

    CREO QUE NADIE, POR PROPIA CULTURA, QUIERE ESTAR EN SU CASA O SALIR A PASEAR, O DE VACACIONES, O AL SUPER CON UN ARMA ENCIMA,
    Y NO ES POR ESO DE LOS ACCIDENTES.
    QUIEREN SOLUCIONES A LOS PROBLEMAS SOCIALES, CULTURALES, ECONÓMICOS……

  7. HAY QUE COPIAR LAS LEYES DEL PRIMER PAÍS DEL MUNDO : USA , LA PROPIEDAD PRIVADA ES SAGRADA , EL DUEÑO ES DUEÑO Y EL EXTRAÑO QUE SE METE EN LA CASA LO VES EN LAS PELÍCULAS NO … CON LA ESCOPETA , EL REVOLVER , LA PISTOLA LO HACÉS SONAR Y PAGA DIOS … Y EL MENOR … QUÉ MENOR … COMIENZA A LOS 8 ENTRANDO EN ESPACIOS REDUCIDOS … A LOS 12 YA ROBA , VIOLA Y MATA , A LOS 14 ES UN PROFESIONAL DEL DELITO … NO LOS TOCAN PORQUE EL TEMA ES POLÍTICO Y ADEMÁS SUMAN VOTOS : PODÉS SER EL PRÓXIMO … OJITO …

  8. Me parece que en el debate se oscurecen ciertas cosas que no hay que perder de vista. El incremento de la inseguridad es un hecho que afecta a todo el pais, pero a la hora de buscar soluciones no hay que centrarse en el uso o no uso de armas, en la baja de la imputabilidad de los menores, etc, Enfoquemos por favor la mirada en el incremento de la desigualdad , de la injusticia social, de la inseguridad laboral y veamos de qué manera enfrentar estos grandes problemas que nos aquejan como pais (todo encuadrado en el marco de la corrupcion y el distanciamiento entre los cuadros politicos y el pueblo… o los ciudadanos… o nosotros pobres perejiles que nos cegamos con cortinas de humo). En fin, discutamos estas cuestiones.

    Con respecto a la portación de armas, si bien los argumentos planteados por Lasagno son válidos y estos políticos hablaron sin profundizar en la temática y con una inconsistencia lógica increible, hay casos de sociedades en las cuales la cultura del uso de armas no esta generalizada y sus indices de criminalidad son bajos (Canada, Inglaterra: les recomiendo ver “Bowling for Columbine” de Michael Moore). Personalmente creo que disminuir la cantidad de armas que circulan en la sociedad, si bien no sería una de las primeras medidas a tomar para enfrentar la inseguridad, seguramente incide en el camino hacia una sociedad mas segura… Pero insisto, PREFIERO HABLAR DE UNA SOCIEDAD QUE BRINDA MAYOR SEGURIDAD SOCIAL A SUS CIUDADANOS.

  9. Querida Ciudadana del 8, estás en lo cierto – como dijo el Chavo – pero el problema mi estimada es que esos problemas “de fondo” que vos mencionás son problemas que JAMAS fueron resueltos y siempre profundizados. Por lo tanto es casi una utopía y mientras tanto la inseguridad aumenta, los crímenes son más comunes, los asesinos cada vez menores y disparar un arma es casi una actividad lúdica para estos tipos.
    Mientras todo eso pasa los que somos Legítimos usuarios de armas, legalmente reconocidos, responsables, inscriptos, investigados y otras tantas cosas más, somos puestos bajo la lupa, cuando en realidad a quienes deben meter preso es a los delincuentes.

    Coincido con el artículo y le pediría a OPI que diga algo con respecto a nuestra situación de L.U. creo que es una injusticia lo que nos pasa. Hoy es más fácil conseguir un revólver en el mercado negro que comprarlo en una armería… entonces, aquí lo que falla es el Estado en la prevención del delito y no se trata de invadir el derecho personal de comprar un arma, un autop, una silla o lo que a cada uno se le antoje.

  10. EXCELENTE EL ARTICULO, a nivel nacional y provincial estamos en manos de narkokriminales de mierda a quienes no les conviene que los ciudadanos decentes posean armas. Ni siquiera en los gobiernos militares se ejerció tanta presión sobre el tema armas en manos de civiles pero, sin embargo, se conbatía a la delincuencia. Todo ciudadano tiene derecho a poseer un arma y debe capacitarse para saber cuando y como usarla, es la única posibilidad que tenemos para defendernos del crimen organizado controlado y amparado por el poder ejecutivo, legislativo y judicial.

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