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El kirchnerismo resuelve fácil la inseguridad. Insaurralde se va a vivir a Puerto Madero

El Diputado Martín Insaurralde junto a Jesica Cirio - Foto:
19/03 – 09:30 – Las cuestiones de inseguridad, no son el fuerte del gobierno nacional, porque precisamente, es su mayor debilidad, junto a la inflación, la corrupción y el narcotráfico. Digamos que para la población, el kirchnerismo (lease gobierno nacional, CFK, Scioli y barones del conurbano) no le encuentra respuesta, pero a los fines de resolver sus propias cuestiones de seguridad, tienen una amplia gama de soluciones. (Por Rubén Lasagno)

Está claro que en materia de seguridad, el gobierno nacional tiene una deuda impagable con la nación y especialmente con la sociedad que administran desde hace más de 10 años. Ya no pueden echarle las culpas al de atrás y cuando descargan sus males en el 2001 y en Menem, lucen ridículos.

Inflación, inseguridad, narcotráfico y corrupción, son los elementos que han jugado en contra del kichnerismo/cristinismo, para deslizarlos en picada en la pendiente rápida del humor social que le ha hecho perder a la presidenta, toda la confianza, la representatividad y los votos que contaban a partir del 2011 e impulsaba a los acólitos a repetir como loritos que la apoyaba el 54%.

Sin embargo, el krichnerismo, que no tiene receta política ni políticas públicas, para curar la inseguridad que padece el pueblo, es decir, la sociedad que los votó, encontró varias llaves a la hora de resolver los problemas propios para políticos y funcionarios, o sea, para ellos mismos.

Mientas muere una persona en manos de la inseguridad cada 30 horas en la provincia del kirchnerista Daniel Scioli, Isaurralde, que no es precisamente nadie sino un Intendente K del conurbano y candidato estrella del gobierno de Cristina, dijo que se va con Cirio a vivir a Puerto Madero, justamente, por esa falta de garantías que le da vivir en un barrio.

Otro de los mecanismos que utiliza el krichnerismo para sentirse al margen de la inseguridad, es una pléyade de guardaespaldas y custodios, hombres decididos a ponerse entre las balas y el funcionario, a pesar de que ganan poco y que si muere su familia quedará absolutamente desprotegida, porque si hay algo que hace bien el krichnerismo, es olvidar y dejar solos a quienes ha usado en su largo camino al poder o bien para sostenerlo (sino, pregúntenle a Oyarbide dentro de un tiempo).

Julio De Vido, Zanini, Icazuriaga y los secretarios y amigos más selectos del entorno de gobierno, combaten la inseguridad viviendo en barrios cerrados, de primer nivel, con valores de construcción y expensas por encima de los 5 mil dólares por m2 y claro, allí, si sumamos la vigilancia que sobre las casas tienen los policías federales adscriptos a la guardia familiar y pagos por todos nosotros, está claro que seguros, viven. Fíjense en la muralla china de Fabián Guitérrez en El Calafate o la chacra de Lázaro Baéz en Río Gallegos, solo por mencionar dos ejemplos de estos pagos.

Otro motivo para no sentir la inseguridad, son los flamante helicópteros que usan varios de ellos (algunos de su propiedad, como en el caso de Barreiro), para surcar los cielos del conurbano y la capital, o los taxis aéreos alquilados para evitar las rutas, lugares donde la piratería del asfalto y los asaltos al voleo, son tan preocupantes para algunos que no desean arriesgarse. El helicóptero, por ejemplo, es un medio de locomoción ideal que evita la inseguridad en las calles, por lo tanto, mal puede un funcionario del gobierno nacional entender la inseguridad, cuando no la vive.

También podríamos contar que combaten la inseguridad con otra metodología, como refugiarse en los campos que han comprado últimamente, tal es el caso de los adquirido por Máximo en provincia de Buenos Aires, o los que compró el “Bochi” San Felicce en San Martín de los Andes o en La Angostura. Atrincherarse en estos paraísos naturales, en la inmensidad de los campos de la pampa húmeda o entre los alerces de los añejos bosques neuquinos o rionegrinos, tiene su valor; difícilmente podrán llegar a ellos los que hacen entraderas en los domicilios de los barrios todos los días, los sicarios que matan desde las motos, los que les cortan los dedos a los colectiveros, los pungas que roban carteras en el subte y empujan a las mujeres bajo las vías, los violadores que acosan a las mujeres en descampados sin luces, cuando éstas vuelven a su casas o tampoco podrán sufrir las torturas que padecen los abuelos con delincuentes que entran para robarles la jubilación y los matan por dos pesos.

Indudablemente nuestra clase política ha logrado desenvolver y desentrañar los misterios de la inseguridad, sin que hasta ahora ninguno de nosotros se haya avivado que para combatirla, no tenemos que pedirles a ellos que cumplan las funciones para las que están allí o a los jueces que actúen como hombres y a los legisladores como seres humanos, sino, deberíamos comprarnos un campo, irnos a vivir a un country, a un barrio cerrado con vigilancia electrónica, hacernos imponentes casas con perímetro cerrado inundados de cámaras y vigilancia viva, comprarnos un helicóptero para evitar las calles atestadas de chorros y criminales o, como hace Isaurralde, irnos a vivir a Puerteo Madero.

Es muy fácil lograr esto, solo tenemos que pertenecer al krichnerismo y gobernar con ellos por algunos años. (Agencia OPI Santa Cruz)

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