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Unos 60 detenidos por la violencia, los robos y los destrozos en el Obelisco

Unos 60 detenidos por la violencia, los robos y los destrozos en el Obelisco
14/07 – 09:35 – Alrededor de las 22, hordas de encapuchados se enfrentaron con la policía, destruyeron locales comerciales y obligaron a los hinchas que festebajan el subcampeonato a retirarse del centro porteño; la refriega duró más de tres horas.

La mayoría de los argentinos que se acercaron ayer al Obelisco para festejar el subcampeonato demoraron en darse cuenta de los incidentes que causaron grupos violentosorganizados que a partir de las 22 y hasta pasada la medianoche, generaron en la Plaza de la República una batalla campal con la policía, robaron y provocaron destrozos en negocios. Al cierre de esta edición había al menos 60 personas detenidas.

Mientras duraron los incidentes, jóvenes y adultos, la mayoría encapuchados, rompieron las veredas en las avenidas Corrientes y 9 de Julio, saquearon comercios en los alrededores, ingresaron al teatro Broadway, agredieron a periodistas y fotógrafos, robaron a automovilistas que pasaban por el lugar y golpearon a las ambulancias del SAME.

Todo se desbordó cuando grupos que se encontraban sobre las avenidas 9 de Julio y Corrientes comenzaron a saltar sobre los techos de las paradas del Metrobus y de algunos camiones de los equipos de televisión que estaban estacionados en el lugar. Enseguida, empezó una lluvia de botellas rotas, piedras y todo lo que los vándalos tuvieran a su alcance para empañar la celebración y enfrentarse con la policía.

En las corridas, comenzaron a romper vidrieras, contenedores y tachos de basura para armarse y utilizarlos como proyectiles. En el lugar, se encontraban familias con bebes en brazos, cochecitos o chicos que, sin comprender demasiado lo que estaba pasando, trataban de evitar los cascotes, los botellazos y la basura que volaban indiscriminadamente entre la policía y los manifestantes.

La policía intentaba controlar a los violentos encapuchados con gases lacrimógenos y agua, a la vez que trataba de evitar los proyectiles que les lanzaban para poder controlar el desborde.

En Lavalle y Cerrito, seis jóvenes trataron de violentar la persiana metálica de una sucursal del Banco Galicia, mientras que a pocos metros del Teatro Colón los manifestantes trataban de reorganizarse detrás de barricadas que improvisaban con los contenedores y los tachos de basura que prendían fuego.

Otros grupos aprovechaban a correr por la avenida Corrientes, Diagonal Norte, Carlos Pellegrini y Cerrito para romper señales de tránsito, paradores metálicos para romper las veredas y las paradas del Metrobus. También aprovecharon para robar a los automóviles que pasaban por el lugar y los comercios sobre la avenida Corrientes.

El SAME informó que hubo 20 personas heridas, entre ellas, 15 policías. La Policía Federal detuvo a unas 60 personas hasta el cierre de esta edición. Un hombre que nada tenía que ver con los incidentes mostró a las cámaras de televisión una herida cortante en el brazo. Alberto Crescenti, titular del SAME, informó que las ambulancias pudieron asistir a 7 heridos en el lugar porque era casi imposible desplazarse por la zona.

Los disturbios obligaron a familias con niños a correr para refugiarse en restaurantes o ingresar en los hoteles de la zona para protegerse del efecto de las bombas lacrimógenas.

“Del operativo sólo en la zona del Obelisco participaron 500 integrantes de la Policía Federal. El dispositivo planteó separar a los violentos del resto, dispersarlos y detenerlos selectivamente para minimizar los riesgos”, explicaron ayer a la nacion fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación. Pasadas las 23.30 se hicieron presentes en el lugar móviles y personal de la Policía Metropolitana para reforzar las tareas para intentar contener a los violentos, que no cesaban en intentar mantener los incidentes.

Según informó la agencia Télam, familias que se habían acercado al Obelisco para celebrar manifestaron que, durante todo el día, habían visto vendedores ambulantes que ofrecían alcohol sin ningún tipo de control en los alrededores de la Plaza de la República.

Quince minutos antes de la medianoche, pequeños grupos seguían causando destrozos y arrancaban árboles sobre la avenida 9 de Julio. Muchos de ellos vestían la camiseta con los colores de la bandera o agitaban la bandera mientras escapaban o se enfrentaban con el personal policial. Hasta ese momento, sólo intervenía la Policía Federal.

Desde el gobierno porteño, funcionarios explicaron a TN que “la Policía Metropolitana no pudo actuar hasta que recibió la orden de la Policía Federal”, pero fuentes de esta última fuerza negaron que esa orden fuese necesaria para intervenir. (La Nación)

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