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ARGENCHINA

La represas sobre el río Santa Cruz - Foto: Horacio Córdoba/La Nación
30/06 – 11:30 – ¿Qué le espera a Santa Cruz, con la llegada del los chinos para la construcción de las represas Cóndor Cliff-La Barrancosa?. Hemos visto el comportamiento cómplice del gobierno con el régimen comunista en Neuquén y salvando la distancia en el objeto del proyecto, la dinámica de trabajo que adoptarán los capitales chinos en la construcción de las represas, no se alejará de los cánones que se manejan en el mega país oriental. El problema, entonces, será cómo se va a vincular la mano de obra local con esos intereses chinos o si los chinos, tiene previsto (como ya se anunció) traer gran parte de su propia mano de obra a Santa Cruz. El otro problema es el cipayismo de las empresas que actúan y los intereses comerciales que se cierran alrededor de ellas. (Por: Rubén Lasagno)

¿Nos estaremos fusionando con los chinos? ¿Nos transformaremos en Argenchina en un tiempo más o si acaso el kirchnerismo se propaga cautro años más a través de Scioli?, son preguntas que no pueden menos que levantar, una expectativa preocupante en la sociedad argentina, acostumbrada a vivir anestesiada por la realidad cotidiana y alejada de los problemas que pasan sobre sus cabezas, pero que indudablemente, repercutirán en el futuro inmediato.

China es un país comunista en la apariencia y en su concepción militar y doctrinaria, pero tal vez, el más capitalista y racional desde la práctica económica. Su sistema de Trabajo es brutal y esclavista. El obrero trabaja extensas jornadas y cobra poco. Es un país donde se aplica el dumping, es decir, solventa la venta de los productos a exportar a otros países, por debajo, inclusive, de los costos de producción. Si bien alguien puede encontrar esto beneficioso para los países que importan mercadería china bajo esta modalidad de comercio, detrás del dumping coexisten bajísimos salarios, trabajo en negro, denigración del trabajador, pobreza y trabajo esclavo. Esto en China es de práctica usual y su régimen político, brutal y autoritario, hace impensable cualquier reclamo de los sectores defensores de la actividad laboral.

Dicho esto y recordando las declaraciones de los trabajadores de la central de monitoreo aéreo que instala China en Neuquén, difundido el domingo último en PPT, cabe preguntarse en Santa Cruz, donde próximamente van a empezar las obras de las represas Cóndor Cliff-La Barrancosa ¿Cómo se articulará el trabajo de los chinos, con el de los obreros nacionales?. Hay una cuestión que no pasa desapercibida: habrá mano de obra local, que se regirá por las leyes argentinas y habrá una mano de obra que traerán los chinos, aunque las autoridades provinciales y nacionales no lo digan.

De acuerdo a las fuentes consultadas, se espera que un contingente de obreros chinos llegue a Santa Cruz, beneficiado con autorizaciones especiales de residencia, ligados a la obra y que ya habría extendido el gobierno nacional. El número de operarios, excluyendo obviamente al personal profesional de planta (Ingenieros, arquitectos, técnicos especializados y mano de obra calificada), podría ser de unos 300 a 500, estiman las fuentes, pero el mayor problema radica en las condiciones laborales que lo harían.

Más allá del impacto poblacional y cultural que tendrá la llegada de esta gente, habrá que ver como se conectan las diametralmente opuestas formas de concebir el trabajo y cómo actuarán por fuera de las limitaciones del idioma y de la propia idiosincrasia que, como en otras partes del país donde se ha generado este fenómeno, ha conformado una grieta difícil de cerrar, que separa claramente la comunidad china de la criolla.

También las fuentes advierten que el contingente chino será traído a Santa Cruz, bajo fuertes condicionamientos del Partido y obligados a responder en todo momento a los lineamientos laborales que rigen en su país, donde las huelgas, los reclamos y las manifestaciones por los derechos laborales, están extinguidos, pero lo más inquietante, es que llegarían amparados bajo la legislación china, que les impediría, no solo reclamar, sino cobrar muy por debajo de cualquier CCT nacional.El impacto que tendría esto sobre los salarios del obrero nacional, sería desastroso.

Por tal razón, habrá que ver cuál es el comportamiento de los sindicatos locales, entre ellos la UOCRA, Gastronómicos y Camioneros que son los gremios más fuertes y que tendrán gran injerencia en la obra, acostumbrados a plantear reclamos duros y extender en el tiempo los conflictos e instrumentar medidas para profundizarlos, como cortes de rutas, bloqueos de accesos, paros, etc.

Sindicato simulado

En China esto es impensable. La Federación Nacional de Sindicatos de China (ACFTU, en sus siglas en inglés, un equivalente a la CGT nuestra) cuenta con 280 millones de afiliados, es el mayor sindicato del mundo, pero lejos está de defender a la clase trabajadora china. Su lema es “unir el Partido Comunista de China y los trabajadores, ejercer como apoyo social importante para el poder político del país y representar los intereses de los empleados”. Demás está decir que este sindicato funciona más como un control de Estado de la clase trabajadora, que como un sindicato natural que brega por el derecho de sus protegidos.

Superpoderoso políticamente y económicamente multimillonario, el sindicato chino es un brazo más del poder comunista y no duda en justificar cualquier desmán sobre la clase trabajadora, si los fines, es servir al Partido.

No es menor la preocupación mostrada por algunos sectores del sindicalismo nacional, con la llegada al país de estos trabajadores chinos. El propio Héctor Dáer, Secretario General del Sindicato de la Sanidad de la R.A, dijo hace poco que está preocupado de que se apliquen las leyes chinas a los trabajadores que procedan de ese origen y residan en este país.

Precisamente, el acuerdo binacional en el punto 6º establece que cada país va a tener para sus trabajadores la legislación propia. Es decir, que pueden traer trabajadores chinos bajo legislación china. “Esto genera conmoción y una gran preocupación”, dijo Dáer por Radio Continental.

“Si son migrantes, y vienen y trabajan con la legislación argentina, no habría problemas – señaló el dirigente por la emisora nacional – Argentina, en eso, es muy generosa. Lo que no podemos hacer es que vengan trabajadores y sean trabajadores de segunda, porque van a destruir el mercado de argentino”, remarcó el diputado nacional por el Frente Renovador.

Sindicatos en Argenchina

Teniendo en cuenta que tanto el gobierno nacional como el provincial, no les han contado a la población ni a los sindicatos, todo lo que en realidad conlleva este acuerdo con China, nos asiste el derecho de tender un manto de duda sobre, precisamente, lo que no se dice. Sabemos que el kirchnerismo hace del ocultismo político, un juego permanente. Firma cláusulas secretas, negocia a espaldas de la gente (Base en Neuquén, acuerdo con Iran, Vaca Muerta, Yaciretá, YPF, Represas, megausina, etc). Sabemos que detrás de cada acto de este tipo enjuaga millonarios negocios y también sabemos que le importa muy poco o nada lo que piense la opinión pública, excepto, próximo a la llegada de una elección. Sabiendo todo eso, tenemos pleno derecho a desconfiar sobre lo que pasará en la provincia, cuando se habilite la entrada indiscriminada de ciudadanos chinos a trabajar en un emprendimiento nacional, pero con reglas de excepción para los trabajadores de ese origen.

Nuestra fuente nos adelantó “los chinos no quieren tener más el problema de Neuquén, donde el atraso de la obra por razones sindicales, les insumió un año de demora. Ellos quieren asegurar que el trabajo básico se cumpla. El problema en Santa Cruz, es que son varios los sindicatos que van actuar en la obra y mientras en China los gremios no existen porque son manejados por el régimen, en Argentina no existen porque arreglan con el gobierno y se transforman en delegados de las empresas o en este caso, lo harán del gobierno chino”, expresó este ex dirigente sindical.

Cipayismo

En Neuquén hay serias denuncias de trabajadores de la UOCRA, por la indefensión que tienen, ante la propia dirigencia de un sindicato que los amenaza para que no reclamen. Tal como resulta del informe de PPT, Esuco SA, la empresa a cargo de los trabajos, se encargó de comprar la voluntad de los dirigentes de la UOCRA provincial, para evitar conflictos. De esta manera, quienes debieran ser defensores de los trabajadores, se transformaron en sus propios verdugos.

En ese marco, de los 300 puestos de trabajos que promocionaban para la construcción de la antena china, se constituyeron solo 200 y de ellos, el 60% es gente de Chile, Bolivia y Paraguay. Sapag, gobernador, es un cómplice más de esta trama donde el poder político, los sindicalistas corruptos y la empresa explotadora (ESUCO SA), propiedad de un amigo del poder, traccionan en conjunto para que los chinos puedan terminar su obra, la cual cerrará sus puertas, ni bien esté terminada, a cualquier argentino que quiera pisar las 200 Has que CFK les regaló para que hagan un pequeño Estado dentro de nuestro Estado.

Les cabe a los sindicatos de Santa Cruz, que se dicen defensores de los derechos de los trabajadores, velar por el futuro de cada uno de aquellos que trabajen en las controvertidas represas sobre el río homónimo. Esperemos que la UOCRA, Camioneros, Sanidad o Gastronómicos, entre quienes van a estar representados en los obradores, hagan cumplir los CCT y las normas que se les exigen por igual a otras empresas de menor porte, en el orden nacional y provincial. Allí estará Electroingeniería, otra constructora amiga del poder que tendrá las prerrogativas que tienen todas aquellas que comparten con el gobierno, intereses comunes.

Desde nuestro lugar, seguiremos en Argenchina, lo que pase dentro y fuera de esas empresas, con los trabajadores y con esta simbiosis extraña entre régimen chino, gobierno argentino y empresas amigas, todo bajo el paraguas de miles de millones de dólares, que hacen flaquear a más de una voluntad, sean éstas sindicales, políticos o empresariales. Veremos (y velaremos) entonces, para que Argenchina no se concrete, o al menos, intentaremos desde nuestro humilde lugar, denunciar a quienes la quieran fundar, sobre la base del esfuerzo y los derechos de quienes vivimos en estas comarcas. (Agencia OPI Santa Cruz)

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4 COMENTARIOS

  1. No nos hagamos los distraídos, desde hace rato los chinos hacen lo que quieren, ¿como es el asunto de Sierra Grande? Quién controla lo que se saca de allí? Donde están los controles laborales? Nadie sabe nada,imagínense, como bien dice OPI, lo que van a ser las represas, no vamos a poder pasar nunca por allí…..siga el baile, siga el baile…..

  2. Ante todo, ¡¡Felicitaciones O.P.I. !!

    Lanata elogio vuestro arduo y Valiente trabajo Periodístico ante millones de personas.

    Respecto a la nota de uds. y lo que informara P.P.T. el Domingo pasado, Cristina F. de Kirchner y su banda de delincuentes están Regalando nuestra soberanía y País a los Chinos sin consultar a nadie.

    En 1982 para recuperar las Malvinas fuimos a una guerra contra Inglaterra murieron 635 Patriotas defendiendo nuestro territorio y ahora esta Loka Tarada, regala nuestro territorio como si a ella le perteneciera.

    Argentinos, algo esta mal y nosotros continuamos contentos por poder flotar en un mar agitado, es hora de despertar y hacer algo contundente antes que sea demasiado tarde, si demoramos un tiempo mas, despertaremos un día tratando de hablar Chino Mandarín.

  3. La diferencia FUNDAMENTAL entre la antena satelital china en Neuquen y las represas es que a China le interesaba la existencia de la antena.
    Respecto de las represas ellos son proveedores de equipos y, genere electricidad o no lo haga, igual hay que pagarlos.
    Cuando la Megausina de YCRT funcione a gas habrá varios miles de trabajdores (sin trabajo) que se ofrecerán a cambio de una escudilla de arroz

  4. En Sierra Grande silencio, en Neuquen silencio, en Santa Cruz silencio y seguramente en otra provincia pasa lo mismo, que lastima estamos entregados y, los gobiernos son responsables por unas monedas , ya vieron amigos están enarbolando banderas y eso que quiere decir que nuestra soberanía esta siendo entregada por los que deberían vigilarla.

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