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La investigación de la muerte de Nisman pasó a manos de la justicia federal

La declaración de Stiuso: "A Nisman lo mató un grupo relacionado al gobierno anterior"
23/03 – 10:10 – Lo resolvió la Cámara del Crimen, que no descartó que se haya tratado de un homicidio; críticas a la fiscal Fein.

Por: Paz Rodríguez Niell
La causa que investiga la muerte del fiscal Alberto Nisman cambiará de juez y de fiscal. La Cámara del Crimen ordenó ayer, con un fallo unánime, que el expediente deje la justicia de instrucción para pasar a los tribunales federales de Comodoro Py.

Firmaron la sentencia los camaristas Marcelo Lucini, Rodolfo Pociello Argerich y Mario Filozof, quien compartió la decisión pero con fundamentos propios.

Fue un fallo muy duro. Además de disponer el cambio de fuero, los camaristas ordenaron que se investigara la actuación de la fiscal Viviana Fein y del juez Manuel de Campo, el primero que intervino en el expediente y que estuvo en Le Parc la noche en que Nisman fue encontrado muerto. Ambos fueron denunciados por “un sinfín de groseras desprolijidades” cometidas en las primeras horas de la investigación.

En el caso de Fein, además, la acusaron de demoras, de haberse manifestado más cercana a la hipótesis del suicidio y de haber sido responsable de una “gran cantidad de anomalías” que, según los camaristas, “han afectado de manera directa la causa”.

El cambio de fuero había sido pedido por las querellas que representan a la familia de Nisman, que pretendían que la Justicia declarara que fue un homicidio. Ayer los camaristas no llegaron tan lejos. Argumentaron que “la hipótesis de máxima” que debe investigarse es el homicidio, que hay elementos “más que plausibles para poder dar crédito” a la posibilidad de que a Nisman lo hayan matado y que, por ende, debe investigar la justicia federal. La ley establece que ese fuero es el que interviene ante crímenes cometidos por o contra funcionarios públicos en relación con su trabajo. Hoy la Cámara Federal debería sortear qué juez recibe el expediente.

“Resulta imposible con las actuales constancias del legajo afirmar o descartar, con la certeza que todos reclaman, que la muerte del fiscal Alberto Nisman haya respondido a su decisión de quitarse la vida o a la intervención de terceros”, afirmaron Lucini y Pociello. ¿Por qué? Porque según ellos, los informes y videos en los que se apoyaron las partes “no cuentan con solidez suficiente” y porque la “deficiente” investigación “generó más incógnitas que certezas”.

Pociello y Lucini dijeron que ninguna de las versiones sobre cómo ocurrió la muerte es “convincente”.

En cuanto a las querellas, los camaristas destacaron varios datos que ponen en duda su versión y una contradicción: ellas dicen que una prueba clave es la falta de rastros de pólvora en las manos (lo que probaría que el disparo lo hizo alguien más), pero al mismo tiempo su perito y el video de animación que presentaron en la causa sostienen que Nisman sí se disparó, pero con la mano del asesino sobre la suya. Con esa “doble empuñadura” Nisman debió haber tenido rastros de pólvora en la mano.

En cuanto a la “versión oficial” (de los peritos de la Corte y la Policía), a la que adhiere la defensa de Diego Lagomarsino, los camaristas advirtieron, por ejemplo, que no hay una “respuesta fundada” que explique cómo el arma terminó debajo del hombro de Nisman ni cómo la alfombra de baño que él habría estado pisando cuando se disparó nunca se movió a pesar de que las piernas de Nisman terminaron extendidas sobre ella.

Pociello y Lucini afirmaron además que “el contexto” de la muerte de Nisman no era “un dato menor”: acababa de denunciar a la ex presidenta. También advirtieron que Nisman estaba siendo vigilado (“Entra delta main, sale delta main”, informaba el prefecto apostado en la puerta de Le Parc reportando sus movimientos), y que su teléfono y computadora habían sido manipuladas. Un capítulo especial dedicaron a los custodios, que con “llamativa desidia” tardaron muchas horas en dar con Nisman.

Los camaristas también se ocuparon del “inusual registro de comunicaciones” que se sucedieron cuando Nisman ya estaba muerto, pero todavía nadie lo sabía. Entre los que cruzaron llamadas están Antonio Stiuso, Alberto Mazzino y Fernando Pocino (tres ex directores de la SIDE); el entonces jefe de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin, y el ex jefe del Ejército César Milani. “Estas comunicaciones -dijeron- requieren necesaria explicación ya que nada justifica que en un apacible domingo de enero haya existido tan inesperado movimiento.”

Por último, los jueces hicieron referencia a “irregularidades”, de las que culparon a Fein y a De Campo. En cuanto a De Campo, que llegó primero, dijeron que “todos lo describen con un comportamiento más social que funcional” en Le Parc.

Los fundamentos del voto de Filozof fueron más cortos. También cuestionó a Fein y tampoco se pronunció por ninguna hipótesis, pero dijo que el caso debía pasar a federal y habló de dos posibles motivos de la muerte: lo advertido en otra causa sobre la “abultada suma de dinero, bienes y su correspondiente origen, lo que tiene íntima vinculación con los servicios que prestaba Nisman”, y “las delicadas funciones” que cumplía.

Pociello y Lucini incluyeron en su voto un planteo poco habitual en un fallo: dijeron que debería crearse una “policía judicial y científica moderna” y revisarse el procedimiento penal para evitar que se repitiera lo ocurrido. Solicitaron que la Corte y los ministerios de Justicia y de Seguridad lo consideraran y confeccionaran “protocolos” para un “trabajo profesional” en las escenas del hecho. (La Nación)

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