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Se desbarata el gabinete de Dilma y surgen críticas por su viaje a EE.UU.

Se desbarata el gabinete de Dilma y surgen críticas por su viaje a EE.UU.
22/04 – 10:40 – Se fueron otros tres ministros. Son del partido del vice Temer, que alienta el impeachment. Rousseff hablará de su situación en foros paralelos a Naciones Unidas.

Por: Eleonora Gosman
Dilma Rousseff llegará esta noche a Nueva York donde mañana pronunciará un discurso ante la Asamblea General de la ONU tras la firma del Pacto del Clima logrado en París en 2015. Los medios periodísticos locales especularon que ella iría a aprovechar el momento para denunciar “el golpe de Estado” por la vía parlamentaria, del que sería víctima. Pero sus colaboradores más próximos descartaron por completo que la jefa de Estado vaya a realizar un pronunciamiento “panfletario”. Asesores internacionales de Rousseff dijeron que ella hablará específicamente del clima y del acuerdo celebrado en la capital francesa. A lo sumo, indicaron, “hará menciones sutiles” a la crisis política brasileña.

En casa, la presidenta perdió hoy a otros tres ministros del partido de su vice, y ahora máximo enemigo, Michel Temer, con lo cual suman nueve las carteras dirigidas por interinos. La Presidencia informó de las renuncias del ministro de Minas y Energía, Eduardo Braga, del titular de la Secretaria de Puertos, Helder Barbalho, así como de la salida definitiva del secretario de Ciencia y Tecnología, Celso Pansera, todos del PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño), que rompió el mes pasado con el Gobierno, del que era el principal aliado. Mientras, Barbalho expresó su “solidaridad” con la mandataria en su carta de renuncia, Pansera –quien se opone al impeachment– decidió no continuar en el gobierno. Con estas salidas, apenas permanecen en su cargo cuatro ministros del PMDB de los siete que formaban la administración de Rousseff. La ida de la gobernante a Estados Unidos despertó los recelos del vice Temer y su grupo. Al punto que llegaron a presentar, con la firma de 14 partidos –la enorme mayoría, pequeñas agrupaciones de derecha– una demanda en la Corte Suprema para impedir la visita. También hubo miembros de la Corte Suprema que rebatieron el discurso de Dilma sobre la eventualidad de “un golpe” dado por el Congreso a través del proceso de impeachment. El ministro Celso de Mello, que está en la Corte desde 1989, cuestionó el “epíteto”. Para él, que desde que Rousseff asumió mostró una acendrada animosidad hacia la presidenta, ella realiza una caracterización de los acontecimientos políticos que “es un gran equívoco”. Declaró, aun sin saberse cuál será el tono discursivo de hoy de Dilma, que “resulta como mínimo extraño” que ella vaya a usar el foro de las Naciones Unidas para ventilar las críticas al procedimiento de juicio político de la que es objeto.

El más duro fue el senador del PSDB, Cassio Cunha Lima, quien dijo a O Globo que la denuncia del “golpe institucional” era parte de un intento de engaño masivo “comparable a la estrategia de comunicación del régimen nazi”.

Trascendió hoy que Dilma tendrá reuniones con la prensa internacional con base neoyorquina, y también aquellos que asistan a la asamblea de la ONU. Probablemente será esa la oportunidad de Rousseff para exponer nuevamente las razones por las que ella considera que hay “una conspiración” para “derribarla”. Los colaboradores de Dilma indicaron que ése será el foro en el que ella “irá a posicionarse” sobre la guerra política con su vice Temer. En cambio, sus palabras en la ONU serán para rescatar el papel que cumplió Brasil en las negociaciones del último acuerdo por el clima.

Hoy, también, el vice Temer se vio obligado a cambiar de estrategia. Originalmente pensaba quedarse en la capital paulista. Pero fue aconsejado por los suyos a no dar “argumentos” capaces de convalidar los dichos de Rousseff sobre que “él es el jefe de la conspiración”. Con esa desconfianza sobre el impacto de sus actitudes, Temer optó por viajar a Brasilia y hacerse cargo de la tarea a la que lo obliga la Constitución: la presidencia temporaria durante la ausencia de la presidenta.

También influyó, según dijeron sus adláteres, la manifestación que bloqueó las puertas de las oficinas del vice en la capital paulista. Fue un centenar de jóvenes que se apostó en típica pose de “escrache” con carteles que rezaban: “Fuera Temer, golpista”. Contaron los colaboradores del área de prensa que el vice deberá permanecer en su residencia oficial brasiliense, el Palacio de Jaburu, todo el fin de semana. (Clarín)

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