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Otra explosiva revelación golpea a Trump: le entregó a Rusia información clasificada

Trump promete una ofensiva inmediata contra los ilegales
16/05 – 10:30 – The Washington Post informó que dio detalles que pueden comprometer la seguridad nacional al embajador y al canciller de Putin; fue durante una reunión, la semana pasada, en la Casa Blanca

Por: Rafael Mathus Ruiz
El presidente Donald Trump compartió información “altamente clasificada” con el gobierno de Vladimir Putin , una divulgación atípica que puede poner en peligro la seguridad del país y el acceso a inteligencia crítica en la lucha contra el terrorismo, y que dejó a todos atónitos en Washington.

La explosiva noticia, develada ayer por The Washington Post, sacudió al país y hundió en una nueva crisis al gobierno de Trump apenas una semana después del cataclismo que provocó el despido del jefe del FBI, James Comey, en medio de las sospechas que acechan a la Casa Blanca por el Rusiagate, el escándalo por la intromisión del Kremlin en la última elección presidencial.

Todo ocurrió un día después de echar a Comey, la semana última, cuando Trump se reunió en el Salón Oval de la Casa Blanca con el canciller de Putin, Sergei Lavrov, y el embajador de Rusia en Washington, Sergei Kislyak, cuyos varios encuentros con integrantes del equipo de Trump, antes de su asunción, han alimentado las sospechas sobre un posible pacto ilícito entre su campaña y el Kremlin.

“Me pasan inteligencia genial. Tengo gente que me informa inteligencia genial todos los días”, habría presumido Trump durante su encuentro con Lavrov y Kislyak, según una fuente anónima citada por el Post. Las revelaciones de Trump “pusieron en riesgo una fuente crítica de inteligencia sobre Estado Islámico “.

La información que Trump brindó durante ese encuentro no había sido obtenida por los servicios de inteligencia de Estados Unidos, sino por un gobierno aliado que no había dado permiso para compartirla con el Kremlin. Era considerada tan sensible que su difusión, incluso, estaba restringida dentro del propio gobierno estadounidense. Para casi cualquier otro funcionario hacer lo que hizo que Trump hubiera sido ilegal. Pero Trump, al ser el presidente, tiene autoridad para desclasificar información secreta.

Trump “reveló más información al embajador ruso de lo que hemos compartido con nuestros propios aliados”, señaló un funcionario citado sin identificar por el Post, que retuvo parte de la información a pedido de funcionarios preocupados de que una mayor difusión pusiera en riesgo la recolección de información.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, emitió un comunicado en el que, sin negar la noticia, dijo que Trump y Lavrov discutieron un “amplio rango” de temas, y puntualizó: “Durante el intercambio fue discutida la naturaleza de amenazas específicas, pero no se discutieron fuentes, métodos ni operaciones militares”.

Trump discutió con los enviados de Putin sobre una amenaza terrorista de la cual Estados Unidos se enteró gracias a las actividades de espionaje de un “aliado clave”. En su encuentro con los rusos, Trump habría revelado información que podría permitirle al Kremlin identificar el origen de la información o las fuentes o técnicas del Pentágono.

La historia promete abrir un nuevo frente de batalla entre la Casa Blanca y la comunidad de inteligencia, que goza de un amplio respaldo en el Congreso. “Si es cierto, es una bofetada en la cara de la comunidad de inteligencia”, reaccionó Mark Warner, vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado.

Otros demócratas optaron por el sarcasmo puro. “Consejo de profesional: no les des a los rusos información clasificada”, atizó Martin Heinrich, senador demócrata de Nuevo México.

El impacto de la revelación fue tal que se convirtió en la noticia con más cantidad de lectores por minuto de la historia en el portal del Post, desbancando otra revelación que también tuvo como protagonista a Trump: la grabación en la cual dice que puede “agarrar por la c…” a las mujeres gracias a su fama.

Ayer, en medio de las reacciones, algunos especulaban incluso en que la revelación no fue intencional, sino un descuido producto de la falta de experiencia o prudencia para manejar información secreta y sensible, o el desconocimiento de los riesgos que conlleva.

Otros alimentaron las suspicacias al recordar otro dato: la Casa Blanca no permitió a ningún medio local ingresar en el Salón Oval durante el encuentro de Trump con los enviados de Putin, ni siquiera para tomar fotografías, pero sí permitió la presencia de un fotógrafo de la delegación rusa, que tomó las imágenes que luego fueron difundidas por la agencias de noticias TASS.

“La difusión de inteligencia sensible a Rusia puede poner en peligro la seguridad y reforzar las dudas sobre la capacidad del presidente, y hacer que los aliados sean reacios a compartir información”, advirtió Richard Haas, presidente del Consejo de Relaciones Internacionales, el think tank de política exterior más importante del país. (La Nación)

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