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Un frustrado asalto militar en un cuartel eleva la tensión en Venezuela

Un frustrado asalto militar en un cuartel eleva la tensión en Venezuela
07/08 – 10:30 – Un capitán exiliado comandó un grupo de 20 hombres que intentaron tomar una armería; Maduro denunció un “ataque terrorista” y apuntó a la oposición; dos muertos y varios detenidos

Por: Daniel Lozano
Venezuela vivió ayer un nuevo día de zozobra luego de que una frustrada operación militar disparó todo tipo de rumores en un país cada vez más aislado por la instauración de la controvertida Asamblea Constituyente.

Un capitán exiliado en Miami en 2014 y viejo conocido de los servicios de inteligencia encabezó una operación al frente de 20 militares, milicianos y civiles para asaltar la armería del Fuerte Paracamay, en Valencia. La operación estuvo precedida de un llamado a la rebelión, subido a YouTube, y albergaba la esperanza de que se produjera un efecto dominó.

Si hubiera sido en Cuba, ya se estaría hablando de un miniasalto al Cuartel del Moncada bolivariano.

En el enfrentamiento, que se alargó durante varias horas, resultaron muertas dos personas. “Unos 20 mercenarios sorprendieron a la vigilia… En cuestión de minutos los soldados y oficiales reaccionaron, respondieron con los fusiles de la patria e hicieron huir a una parte. Vamos a atrapar [a los que huyeron]”, teatralizó Nicolás Maduro en su programa semanal.

De inmediato, el chavismo culpó a la oposición, e incluso el ex gobernador José Ameliach, ahora constituyente, aseguró que los detenidos estaban “cantando”. Un “ataque terrorista de tipo paramilitar” en el que sustrajeron las armas, más de un centenar según fuentes militares. “No es más que un show propagandístico, un paso desesperado”, aseguró el general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, que acusó a los atacantes de ser activistas de extrema derecha “en conexión con gobiernos extranjeros” cuando habían pasado pocas horas del asalto.

El asalto coincidió con la segunda sesión de la Asamblea Nacional Constituyente, que anteayer confirmó que Venezuela ha entrado en una nueva era de la revolución al sustituir a la fiscal rebelde Luisa Ortega y proclamar que se mantendrán al frente del país durante al menos dos años.

Las represalias no se hicieron esperar. El general retirado Miguel Rodríguez Torres, antiguo jefe de Inteligencia de Hugo Chávez y exministro de Interior de Maduro, denunció que la vivienda de su padre estaba siendo allanada.

La noticia corrió como la pólvora en un país que vive en desaliento. Incluso en las cercanías de la base un grupo de vecinos fue disuelto sin contemplaciones cuando se disponía a protestar. Un dirigente del partido Avanzada Progresista murió de un disparo en el pecho durante la represión de la Guardia Nacional.

Todas las unidades militares fueron acuarteladas, mientras se hacían evidentes esfuerzos para dar la sensación de militarización en Caracas, donde hubo pequeñas protestas dispersadas con gases lacrimógenos.

Al frente de la Operación David se situó un personaje enigmático, el capitán Juan Caguaripano, que desertó en 2014 tras sublevarse contra el gobierno de Maduro, que lo incluyó en el denominado Golpe Azul. “Exigimos la conformación inmediata de un gobierno de transición y elecciones generales libres”, arengó el rebelde, que apareció en el video junto con unos 15 hombres.

Este guardia nacional adscripto a la brigada antisecuestro también fue implicado en la Operación Jericó de 2015, que según denunció el chavismo incluía el magnicidio presidencial. Ninguna de las operaciones pudo ser demostrada de forma fehaciente en los tribunales, lo que no evitó las condenas para los acusados. Aquella supuesta conspiración, durante la cual fue acusado de traición a la patria y rebelión, mantiene en prisiones venezolanas a un grupo de militares y civiles. Una vez exiliado en Miami, Caguaripano, ya dado de baja por su rebeldía, se dedicó a criticar duramente al chavismo, mientras éste hostigaba a sus cercanos. Fue entrevistado por varios medios de comunicación y se convirtió en una especie de figura mediática en el exilio.

“El capitán ha trabajado en la clandestinidad, ha entrado y salido de Venezuela. Forma parte de un movimiento de militares activos y retirados, policías y civiles”, dijo a LA NACION una fuente que ha trabajado con el capitán en el exilio.

En el video, Caguaripano comparte el mismo credo del exilio y los más radicales de la resistencia, que ayer apoyaron la Operación David a través de las redes sociales: rebelión contra la tiranía asesina de Nicolás Maduro y disidencia contra la Unidad Democrática. “Ya pasó el tiempo de pactos ocultos entre tiranos y traidores”, recalca el capitán, un misil contra la Asamblea Nacional.

Miembros radicales de la resistencia aplaudieron la Operación David, mientras otros sospechaban de un nuevo “falso positivo”, creado por los servicios de inteligencia del chavismo para justificar nuevas detenciones.

“[La Constituyente] es el verdadero problema de la dictadura de Nicolás Maduro, no Fuerte Paracamay”, disparó la fiscal Luisa Ortega, que estuvo en el primer foro compartido entre los dos poderes usurpados por el oficialismo, fiscalía y Parlamento, al que se unieron opositores como el gobernador Henrique Capriles y disidentes chavistas como Rodríguez Torres.

“Queremos saber la verdad, que no nos vengan con cuento chino, con una cacería de brujas, que no nos vengan a culpar”, se defendió Julio Borges, presidente del Parlamento. “El libreto está demasiado claro: mucho humo para adormecer y distraer. La contraofensiva está funcionando en tanto diluya o disuada”, sentenció el politólogo Piero Trepiccione, del Centro Gumilla de los jesuitas. (La Nación)

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