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De el “Vamos por todo” al “Aunque sea, vengan unos pocos”


14:00 – (Por Rubén Lasagno) – Casi como una continuidad a mi nota anterior “El último leprosario”, donde hacíamos una analogía entre la soledad que sentían y tenían los leprosos en la antigüedad y la que siente hoy Cristina Fernández a quien pocos quieren acercársele por miedo al contagio negativo de su imagen política, sigue ésta de hoy, que de alguna manera la complementa porque entre una y otra aparecieron datos casi premonitorios mencionados en la primera.

Sergio Massa se había desmarcado, Randazzo hizo lo propio, como lo apuntamos allí pero luego, el más acérrimo defensor del kirchnerismo/cristinismo en el Congreso, el senador Pichetto, no tuvo empacho en anunciarle a CFK que si es senadora deberá conformar su propio bloque, aludiendo a que no va a ser aceptada dentro del peronismo, como sueña la ex presidenta. Obvio, si lo usó, lo rompió y luego lo despreció. Ningún peronista “leal” podría aceptarla.

Claro, lo dice Pichetto; alguien con peso específico, pero con largo historial de obsecuencia kirchnerista, un oportunista político que no dudaría en volver a chuparle las medias a Cristina, si por algún designio del voto espasmódico en esta Argentina retorcida, logra trepar en octubre al podio y coronarse primera senadora. Todo hace pensar que eso no ocurrirá y que la jefa de la asociación ilícita (entre otras cosas) perdería, pero, repito: estamos en Argentina, el país de la imprevisión, la volatilidad política y una exasperante falta de justicia.

Cristina no puede reunir a nadie y es muy probable que en pocos días más ni D´Elía le responda orgánicamente, sin embargo, no hay que subestimarla. No por ella, que vive equivocando el camino en cada elección y estrategia que hace o arma, sino por la pléyade de oportunistas, adulones y fanáticos que la rodea, quienes están muy interesados en llegar al poder para tomar revancha, aplacar definitivamente las causas que penden sobre sus cabezas, llevarse los que se les olvidó con la salida imprevista en el 2015 y reinstalar el populismo ladriprogresista que tan buenos frutos le dio a la elite K por más de una década ganada, solo para ellos. Pero su mensaje se va achicando. Desde aquel poderoso desafío del “Vamos por todo”, hoy la jefa de la banda, se conforma con acercar a unos pocos.

Medios medios

Pero Cristina tiene dos aliados circunstanciales: el gobierno nacional y el periodismo de primera línea. Macri fue uno de los impulsores de su candidatura, sin duda; además, no hizo un inventario de gestión y nunca nos contó con precisión cuánto y cómo se robó el país el kirchnerismo. Los grandes medios, no dejan de hablar de CFK y en el mundo comunicacional de hoy lo importante es que hablen de uno. Esto es más grave aún, porque la ex presidenta jamás dio una sola entrevista y sin embargo, los medios se nutren de su Twitter para replicar las pavadas que dice, como si se tratara de la verdad nunca revelada por quien tiene que explicar muchas cosas, pero en la justicia; donde tampoco habla por decisión de los jueces.

Como si esto fuera poco, periodistas y conductores están desesperados soñando con una entrevista a Cristina Fernández. A veces pienso que nuestra profesión tiene un serio problema de maduración y hay importantes colegas que profesionalmente demuestran estar en la pubertad. Cristina no habló antes y jamás hablará ¿O no lo saben?. No lo hará porque no puede enfrentar un micrófono “abierto y libre”; no puede soportar una simple pregunta sobre sus causas, sobre sus apropiaciones, sus mentiras y sus acciones delictivas. A menos que arme un escenario como el de la rueda de prensa trucha de los últimos días, donde no había periodistas ni medios identificados. Jamás dará una entrevista, pero si los va a mantener “expectantes” como chicos con las babas en los labios, relamiéndose por un caramelo. Esta estrategia del objeto de deseo inalcanzable que propone la ex presidenta, solo puede atrapar a incautos, inocentes o boludos. Personalmente no me considero en ninguna de esas categorías; habría que preguntarle a tantos periodistas que les entregaron el Konex, qué idea tienen al respecto.

El otro gran tema que solo revolotea la imaginación del periodismo nacional y recalienta el ego de algunos políticos aprendices de brujos, es el debate de los candidatos con Cristina Fernández sentada en TN. Esto es el colmo de la incredulidad. Sin embargo, si se lo piensa como un desafío, para plantearla socialmente como incapaz de hacerlo, es positivo. Yo, personalmente, creo que no es así. Los colegas que lo proponen sueñan que CFK admita hacerlo e íntimamente desean anotarse este “gol de media cancha”, logrando lo que nadie ha podido y (esto lo digo yo) jamás nadie logrará. El verdadero motivo por el cual CFK nunca debatirá es porque ella es dueña del mensaje único y en ese dogma no existe la respuesta ni la contrarrespuesta y mucho menos la disidencia, la discusión y otro punto de vista. Pero por sobre todo esto, Cristina está impedida moralmente para enfrentar un debate con quienes le pondrían en la mesa una batería de antecedentes previos de su gestión que anularía sus argumentos críticos hacia la actual gestión de Macri y mucho menos podría fundamentar lo que hará si gana, cuando en 20 años no hizo lo que dijo.

La respuesta es simple: Cristina Fernández no puede hablar seriamente en un debate ni ante un periodista libre y sin atadura, con conocimiento y ductilidad para un reportaje de ese tipo, por cuanto no puede evadir ninguna de sus preguntas. No evadirlas significa contestarlas, aún con mentiras; y eso singnifica embarrarse más, quedar en videncia y finalmente sepultar el voto. CFK jamás se arriesgaría a tanto, teniendo un núcleo duro que le da un piso de relativa importancia.

Ella no puede decir la verdad al periodismo, porque esa verdad está en las causas que les siguen y distan de lo que ella relata o podría relatar. Recuerde el lector que ni siquiera pudo enfrentar las preguntas sin contexto en la universidad de Harvard y cuando respondió dijo barbaridades. En definitiva, está auto-impedida de hablar, por ello no habrá debate ni entrevista.

El entorno “comunicacional” de CFK, entonces, pensó en evitar un periodista de fuste, pero colocar frente a la dama a quien no estuviera alineado históricamente con el kirchnerismo para darle una pátina de “imparcialidad” al acto. De todos los males eligió el menor: un conductor, no periodista. Pero esto tampoco es bueno para ella, porque a veces el desconocimiento y la “naturalidad” de alguien no avezado en esta profesión, le puede jugar en contra a la propia entrevistada y una pregunta de Mirtha Legrand, de Susana Giménez o de Del Moro, pueden ser más lapidarias que las de un Jorge Lanata.

El otro gran problema, lo tendrá el entrevistador que elija Cristina, en caso que la desesperación por la baja en las encuestas le hagan cometer la locura de acceder a dar una entrevista con alguien que no sea “del palo”. De movida ese periodista o conductor va a estar sospechado de condicionamiento previo. Ni hablar si la nota es grabada. Si no es una nota en vivo, demás está decir que todo será sospechado de trucho, aún cuando el periodista elegido sea el más serio. Todos los esfuerzos que haga el colega en la pantalla para demostrar lo contrario, no serán suficientes. Cualquiera pensará que aquello está arreglado y si alguna de las preguntas más relevantes queda afuera, si no va a fondo, si no logra conmoverla, ponerla mal, nerviosa e inclusive no logra hacerla levantar de la silla, estará sospechado de no haber sido fiel a su profesión o de ser un inútil, condescendiente o pago por la propia ex presidenta.

Cristina no tiene retorno. No puede borrar lo que fue e hizo, pretendiendo hacer ahora lo que siempre detestó. No es creíble y quienes alientan esta movida pueden quedar sospechados de ser funcionales y proclives a dejar en un tarro de basura su prestigio, la seriedad y la historia profesional que haya construido todos estos años, enfrentando a un gobierno de truchos, mentirosos y corruptos. (Agencia OPI Santa Cruz)

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4 COMENTARIOS

  1. Luego de investigar muchos años, La Verdad.. se supo.

    El Carpintero Geppetto, padre de Pinocho, también es el padre de Cristina F. del Tuerto, Ella.. como no podría ser de otra manera, miente mucho mas que su hermanito, esta tarde mintió con ganas al periodista Luis Novaresio en el único reportaje pactado.

    Demostró que no solo sabe mentir, también que es excelente artista dramática, logro llenar sus hojitos de lagrimas al recordar las bolsas de dinero que Jose Lopez, olvido enviarle equivocadamente.

    A Pinocho le creció la nariz por mentiroso, a Cristina Kirchner, solo le crecen las causas acumuladas en distintos juzgados de Comodoro Py.

    Colorin colorado, este cuento.. no ha terminado

  2. Conclusión: Crápula, Hipócrita, Cínica, Mentiosa, Orgullosa, Vanidosa, Ladrona. Egolatra. El vamos por todo, que una vez le escuchamos decir,que es lo mismo que decir, vamos por vuestras vidas, se le
    quedo en la garganta; ahora la justicia le dice: Se le imputan delitos, algunos muy graves. Preséntese a declarar y así demostrale que los delitos cometidos no son ningún disparate.

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