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Sin tregua, México busca rescatar a los sobrevivientes del sismo


09:40 Los muertos ascendieron a 230 y 39 edificios se derrumbaron en la capital del país; por ahora se encontraron 40 personas entre los escombros; las tareas seguían en una escuela que se convirtió en el símbolo de la tragedia

Contra reloj, rescatistas, policías, bomberos y civiles buscaban ayer desesperados entre los escombros sobrevivientes del sismo más mortal en México en tres décadas, mientras la cifra de muertos ascendía a 230.

Los esfuerzos más vehementes eran en una escuela primaria y secundaria del sur de la Ciudad de México, que se derrumbó parcialmente y se transformó en el símbolo de la tragedia. En total murieron 21 chicos y cuatro adultos, pero los socorristas lograron ubicar a una chica entre los escombros y ayer intentaban rescatarla.

En medio de la tragedia, la solidaridad emergió en la capital de México, sobre todo en los barrios de Condesa y Roma, donde miles de personas se acercaron con agua y medicamentos y ayudaron a retirar escombros.

Hasta ahora el sismo de anteayer de magnitud 7,1, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por su sigla en inglés), dejó por lo menos 100 víctimas en la Ciudad de México, 69 en el estado de Morelos, 43 en Puebla, 13 en el estado de México, cuatro en Guerrero y una en Oaxaca. En honor a las víctimas, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, decretó tres días de duelo.

En tanto, el alcalde de Ciudad de México, Miguel Mancera, anunció que 39 edificios colapsaron y sostuvo que, salvo en unos cinco en los que se determinó que no había personas atrapadas, en los demás se mantenían las labores de rescate.

Mancera destacó que por lo menos 40 personas fueron rescatadas de dos de los edificios colapsados. Por su parte, la Secretaría de Gobierno de la capital informó que 800 personas fueron trasladadas a hospitales, 40 de las cuales requieren una estancia prolongada. En las calles de Ciudad de México, en medio de la angustia, decenas de personas esperaban noticias de familiares que aún no habían aparecido.

En el barrio de Condesa, en dos postes de luz fueron colocadas las listas de personas rescatadas. Sin embargo, en ellas no figuraba el nombre del hermano de Karen Guzmán, Juan Antonio, un contador de 43 años que estaba en el último de los cuatro pisos del edificio de oficinas. “Mi mamá lo está buscando en hospitales porque no confiamos en esas listas. A veces creo que nadie sabe nada”, dice en un vaivén de desesperanza y furia. “Tiene que estar vivo, yo sé que lo van a sacar”, añade con apenas un hilo de voz.

Muy cerca de ella, Marta Laura Hernández, de 39 años, aguarda noticias del padre de sus tres hijos, de seis, siete y 13 años. “Ya me dijo uno de sus compañeros que vio que él no logró salir y que se quedó atrapado junto con otras 50 o 60 personas, me contó también que el edificio se derrumbó casi al inicio del sismo, fue algo súbito”, alcanza a decir antes de quebrarse en llanto.

Continúan los rescates en una escuela de México

Mientras los familiares iban y venían de hospitales, en las redes sociales se organizaban brigadas de voluntarios con bicicletas, motos y a pie que pedían donaciones: maquinaria para remover los grandes pedazos de cemento y medicamentos que van desde analgésicos hasta morfina y oxígeno.

Además, varios estadios de la primera división del fútbol mexicano se transformaron en centros de acopio para ayudar a los damnificados por el sismo. Monterrey, Pumas, Veracruz, León y Pachuca anunciaron que sus inmuebles serán utilizados para recolectar alimentos, ropa y medicina para los damnificados.

Luego del sismo, que tuvo su epicentro entre los estados de Puebla y Morelos, se registraron numerosas réplicas. “Si no se sienten seguros, la recomendación es no quedarse en la vivienda”, advirtió Carlos Valdés, director del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).

Las clases fueron suspendidas hasta nuevo aviso mientras que empresas y oficinas públicas trabajan con el personal esencial. La energía eléctrica ya fue casi totalmente restablecida en Ciudad de México, así como en los estados vecinos de Morelos y Puebla, donde también prosiguen las labores de rescate. Al término de la audiencia general de ayer en el Vaticano, el papa Francisco elevó una plegaria por los mexicanos. “En este momento de dolor quiero manifestar mi cercanía y oración a toda la querida población mexicana”, dijo.

En tanto, el canciller mexicano Luis Videgaray tomó la palabra de forma imprevista el miércoles en la Asamblea General de la ONU para informar que la ayuda internacional estaba en camino.

El terremoto de ayer ocurrió exactamente 32 años después del sismo de 1985, que dejó unos 10.000 muertos en México (aunque las cifras varían según las fuentes). El 7 de septiembre pasado, un terremoto de 8,1 dejó 96 muertos en el sur del país. (La Nación)

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