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¿Puesta en escena?, a 4 meses la tecnología de superficie no es eficaz para localizar al ARA San Juan


09:30 – (Tercera y última parte) – (Por Javier Walter Sofía, exclusivo para OPI Santa Cruz) – Es difícil ser sintético con un tema tan sensible como este, por ello a cuatro meses del incidente invito al lector, abusando de su paciencia, a compartir este último reporte.

La fractura ¿intencional? de la información pública sobre el submarino parece señalar a funcionarios con intereses direccionados que hacen uso del acallamiento de los medios masivos y la deformación de los contenidos en beneficio propio.

En Argentina esto no es nuevo y desde 1826 hasta hoy ninguna administración ha conseguido pararse frente a los ciudadanos, sin asuntos ocultos que tarde o temprano han salido a la luz como el propio lector podrá investigar si es de su interés.

Todas las administraciones, algunas más corruptas o más mentirosas que otras, han actuado en relación a algún tema de interés público (como lo es el incidente del ARA San Juan) con un dejo de autoritarismo propio de personas sin honor ni dignidad.

¿Iguala la pérdida de vidas en el submarino y el dolor de las familias en la figura de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, la responsabilidad inexcusable de la Dra. Kirchner por las reparaciones y alta operativa de la nave con la del Ing. Macri por la omisión de fiscalización técnica adecuada y la designación de su misión donde terminó perdiéndose?.

¿Cómo saberlo?, tal vez ellos y quienes estuvieron a su cargo sabrán lo que hay en sus conciencias y será el tiempo y la historia, y tal vez sus nietos, quienes los juzguen pues no parece en el presente que se vaya a tener justicia para los 44 tripulantes y sus familias.

Una tras otra administración en lugar de comportarse con humanidad, inteligencia y honestidad, lo hacen guiándose por los susurros al oído de dudosos asesores extranjeros, ignorantes y desinteresados de las necesidades y realidades locales, ¿cuáles serán sus propias agendas?.

Realmente tiene poca importancia que los tripulantes del submarino hayan sido militares, primero y principal eran ciudadanos argentinos como otras tantas miles de víctimas que han caído y caen principalmente por la omisión de los tres Poderes del Estado.

De esto han tenido que ver estos tres artículos: del valor por la vida y de los deberes obligados de aquellos a quienes todos le pagamos por cuidarla y hacerla más próspera; y del respeto que todos nos merecemos.

¿El incidente del ARA San Juan representa la cobardía, la mediocridad y la indecencia de quienes tienen la responsabilidad indelegable de velar por nuestra seguridad, cohesión social y desarrollo integral?; tal vez, pero lo que seguro no representa es la seriedad de un Estado en el siglo XXI.

Notas previas

Los informes previos El Juzgado de Caleta Olivia no tiene medios, capacidad, formación ni jurisdicción para actuar en el incidente del S-42 ARA San Juan y Omisiones y silencios del Estado: el ARA San Juan se perdió en el área geoestratégica más compleja del Atlántico Sur se sientan sobre documentación verificable y hechos fácticos, pero no tienen eufemismos y por ello no han sido del beneplácito de algunos despachos.

Estos tres artículos no pretenden ser críticas, sino espejos que pueden permitir a los responsables cambiar de verdad y hacer las cosas como se debe.

¿O vamos a tener que esperar que la tragedia nos golpee nuevamente?, tal vez con nuevas inundaciones o incendios, tal vez con nuevos derrames de cianuro, tal vez con el derrumbe de algún puente añoso y sin mantenimiento como el del río Santa Cruz, tal vez con la caída de algún avión como los que patrullan el mar argentino, o tal vez con algún incidente en las instalaciones polares que hace décadas no se renuevan.

Miremos para donde miremos, ya en Río Gallegos donde las aguas negras de las cloacas corren -literalmente- por las calles desde hace meses, o en Ciudad de Buenos Aires donde la calle parece pertenecer a los moto chorros y asesinos, desde un extremo al otro del país los Poderes Ejecutivos, Legislativos y Judiciales aparecen como ausentes e inútiles.

Para considerar la pérdida del S-42 en este enfoque es necesario abordar un tema final que tiene que ver con su proceso de búsqueda y con el lugar donde esto debe hacerse.

Tercero: particularidades relativas al fondo marino

Olvídese el lector por un momento de todo lo que los medios masivos le “enseñaron” sobre el fondo marino en el área donde se perdió el submarino; la inmensa mayoría de los datos publicados una y otra vez estos cuatro meses son de relleno, parciales o deformados para ocasionar un impacto visual o psicológico en la audiencia.

Su producción ha entremezclado mucha incapacidad para informar, una enorme cuota de ignorancia periodística y algo de direccionamiento informativo para distraer, intencionalmente tal vez, de los temas de importancia central.

Lamentablemente los niveles de audiencia han retro alimentado el proceso, lo que es ni más ni menos que un fenómeno de las redes sociales en la era digital.

Para ser prácticos, 1) el fondo marino de interés para Argentina se extiende hasta las 350 Millas Náuticas (MN) y no solo hasta las 200 MN, este último número es el referente que ha sido tenido en cuenta por medios de prensa, funcionarios, FF.AA. y FF.SS. en relación al submarino; así nuestra Zona Económica Exclusiva (Z.E.E.A., la “A” es por “Argentina”) llega hasta las 350 MN desde el 11/3/2016 (Fig. 1).

Esto no es solo sobre los derechos pesqueros respecto de los cuales la actual administración ha hecho nada, sino también sobre el suelo y subsuelo marino; sobre estos últimos curiosamente en Diciembre 2017 se lanzó la exploración offshore “Ronda 1” (“Ronda 2” sería en 2019) hasta las 350 MN (Ver Fig. 2).

¿Tenemos previsto como país contratante asistir a las empresas a las cuales se les han asignado las áreas de exploración offshore ante eventualidades en una zona donde el mar tiene profundidades que superan los 2000 metros?, ¿o si pasa algo solo vamos a ofrecer una recompensa?, ¿o vamos a dejar que se las arreglen por su cuenta y riesgo?

¿A alguien se le ocurrió que tenemos que tener prevista una contingencia como la ocurrida con la plataforma Deepwater Horizon en el 2010 en el Golfo de México, y estar equipados para evitar una catástrofe ambiental en el Mar Argentino?, actualmente Argentina solo puede descender hasta la profundidad que lo hagan sus buzos profesionales, ¿90 metros tal vez y solo en ocasiones?.

La pregunta es: ¿por qué no se ejercen los mismos derechos sobre la pesca cuya rentabilidad es mayor en forma instantánea? , es simple, porque parece que la actual administración no quiere conflictos internacionales y prefiere dejar que los países ladrones que son varios se engorden con nuestra riqueza a cambio solo de una “buena imagen” global; y cuidado!, aquí no hay “herencia” para usar de bastón..

Argentina es el único país en el mundo que es sumiso con su riqueza pesquera, y esto de “quedar bien” frente al mundo nos está costando decenas de miles de millones de dólares, para el caso las fanfarrias de la captura de tal o cual pesquero ilegal son casi burlas pues por cada uno apresado, perseguido o intimidado con disparos hay cientos cuyos delitos quedan impunes.

Para que quede claro: toda la pesca hasta las 350 MN (370 en algunos puntos) es argentina, e invito al lector a preguntarse qué haría China, Corea, Japón, España o cualquier otro de los países que pescan ilegalmente en nuestras aguas, si un pesquero argentino “le tirara el barco encima” a uno de sus guardacostas en su jurisdicción marítima.

Solo para tener en cuenta sería bueno que alguien revise entre otros los principios de “reciprocidad” y “cumplimiento de los deberes de funcionario público” para este caso, porque queda claro que estamos quedando como el “tonto del pueblo” frente al mundo entero.

Algunos países, como recordatorio, que pescan ilegalmente en nuestras aguas llevándose ilegalmente nuestros recursos naturales pudieron aportar algo para la búsqueda del submarino y lo omitieron; China por ejemplo, una potencia con una tradición naval de 2000 años, casi un centenar de submarinos y casi un millar de barcos militares solo se limitó a emitir un quedado comunicado de acompañamiento.

Pregunto con respeto: ¿somos “buenos socios” solo cuando damos algo a cambio?, o ¿tal vez estuvieran esperando hasta ahora para enviar sus mejores naves como aporte a la búsqueda del S-42?.

2) En este juego de poderes geoestratégicos y geopolíticos en los que se vio involucrado el submarino por su sola presencia en el área donde se perdió, pareciera que alguien sabe más de lo que está diciendo.

La pesquería y otros recursos naturales del Mar Argentino son tan importantes para muchos países del mundo que su carencia podría provocar crisis internas en los mismos de características impredecibles tales como desequilibrios en el acceso alimenticio para sus poblaciones, distorsiones financieras e imprevisión futura de desabastecimiento energético entre otras.

Las naciones suelen armarse para la defensa de sus recursos naturales en sus territorios, y también para la usurpación de estos mismos recursos en territorios ajenos, esto no es nuevo y en América tiene precedentes desde el siglo XVI cuando países europeos salieron de su miseria con el oro, la plata y las gemas americanas, y salieron de su hambruna con las papas, el maíz y otros productos de América después de un genocidio de pueblos originarios del cual la historia no tiene precedentes.

Lo mismo ocurrió en la península Arábiga, especialmente en la guerra de Irak por el petróleo; pasa hoy mismo en Siria por los enormes yacimientos de agua fósil que guarda su territorio; y pasa en la guerra silenciosa por la madera, los minerales y la ocupación para campos de labranza que están deforestando toda la extensión de la selva amazónica que ocupa varios países.

La pregunta es ¿Por qué esto no podría pasar hoy mismo en nuestro Mar Argentino con los enormes recursos y fortunas que están en juego allí? , ¿Alguien podría hacer uso de armamento para asegurarse la depredación ilegal de nuestros recursos, o para sentar una posición territorial, o para “enviar un mensaje”?.

Sin duda el uso de embarcaciones pesqueras, organizadas y coordinadas como flotas de obstrucción del tránsito de nuestros guardacostas, sumadas a la acción de ariete naval con buques pesqueros ilegales como arma con intenciones de hundimiento de los mismos, y la complicidad internacional de protección de estas flotas ilegales, son una clarísima muestra de que esto sí está ocurriendo en nuestra jurisdicción marítima.

Pregunto, ¿hasta donde serían capaces de llegar estos ladrones y sus cómplices?, y ¿Tenemos presentes los Acuerdos de Madrid que obligan tanto a Argentina como a Inglaterra a informar el tránsito de buques militares con anticipación?, ¿O con las mafias internacionales de la pesca, principales operadores de los “mercados negros” del mar de los cuales nuestra jurisdicción marítima es proveedora ciega de recursos?.

Como sea, Argentina en este juego de poderes ejecuta su papel como “la Cigarra” de la fábula “La Cigarra y la Hormiga”, quien en la historia original muere de hambre al llegar el frío del invierno.

3) Los gráficos e imágenes usados por la prensa para representar la profundidad del mar en el área donde se perdió el submarino son falaces y deforman la perspectiva del público en relación a la conformación física del fondo marino.

En uno de los más usados (Ver Fig. 3) las proporciones muestran profundidades superiores a los 700 Km, pendientes verticales inexistentes y perfiles de imagen exagerados en exceso.

Incluso el mapa 3D confeccionado por la Comisión de Límites para la Plataforma Continental (Ver Fig. 4) posee algoritmos aumentados aunque en mucha menor escala; si bien esto es para permitir una perspectiva visual acorde a una visión panorámica, las proporciones no representan con fidelidad la realidad.

En otros se muestran gráficos escalares con pendientes tan pronunciadas que para el ojo desatento la distancia es igual a la profundidad (Ver Fig. 5 y 6) en cientos de kilómetros.

El tema es que la profundidad de la Z.E.E.A. va de unos pocos metros, en muchos lugares la distancia comparada al ancho de una casa promedio unos 10 metros, hasta profundidades que rondan los 6200 metros y más, por ejemplo para Río Gallegos desde la ría hasta el aeroclub (Ver Fig. 7) y para Ciudad de Buenos Aires desde el Riachuelo hasta el Obelisco (Ver Fig. 8).

Por otro lado, el área donde desapareció el submarino ronda los 700 metros de profundidad (Ver Fig. 9), por ejemplo para Río Gallegos desde la entrada de la ruta hasta el estacionamiento del aeropuerto (Ver Fig. 10) y para Ciudad de Buenos Aires el contorno de la Plaza de Mayo (Ver Fig. 11).

En contexto esta profundidad es menor que la altura del edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa en Dubái con 828 metros en el que las fuerzas estructurales en juego son similares a las altas presiones en el fondo del mar; y no olvidemos que los primeros hábitat submarinos son de hace medio siglo, y que hoy existe tecnología segura para acceder en submarinos tripulados hasta los puntos más profundos del océano; lo que quiero decir con esto es que con la actual tecnología es totalmente factible emprender una exploración exitosa del fondo marino en busca del submarino si es que se quiere hacer (Ver Fig. 12).

Así, la relación de distancia (700 kilómetros, ó 700.000 metros, desde la costa en Comodoro Rivadavia) y la profundidad (700 metros) del área donde se perdió el submarino es de 1000 a 1, representar esto no es difícil salvo que se busquen imágenes de coyuntura, deformadas innecesariamente como las que mencioné.

4) Esto que digo no es una novedad aunque sí vale aclararlo pues con fecha 10/12/2017 la Armada Argentina informó que “la complejidad de la zona deriva no sólo de su pendiente sino de un sistema de cañones submarinos llamado Almirante Brown, que son muy abruptos, muy irregulares y con numerosos tributarios”, agregó que “en esa zona hay siete de estos cañones con sus respectivos tributarios” y además que “estos cañadones hacen que las sondas multihaz empleadas tengan rebotes, falsos ecos e, incluso, dependiendo de la dirección del relevamiento, que algunas cosas puedan verse en una pasada y que al hacerlo en otro sentido queden enmascaradas”. (Ver Fig. 13, 14, 15, 16 y 17).

El contenido de ese “parte oficial” fue de importancia sin igual para el entendimiento de la búsqueda del submarino pero su contenido fue “olvidado” casi inmediatamente por los grandes medios.

La pregunta es: ¿si esto ya se sabía hace cuatro meses por qué no se contrató equipamiento adecuado para la búsqueda?, y ¿por qué, considerando la enorme complejidad de búsqueda en el área, la recompensa ofrecida es tan escasa que puede no resultar atractiva para los pocos que disponen de tal tecnología?.

Esperar que alguien, cualquiera, pueda decidir mañana mismo o tal vez nunca arriesgar suerte en una búsqueda de alto costo por menos de u$s 5 millones mientras los familiares de la tripulación están solicitando el aporte público para contratar una búsqueda por su cuenta, es indigno de un país como el nuestro con la enorme riqueza que posee.

5) En el mismo “parte oficial” la Armada Argentina expresó que en “la erosión del suelo también se pueden ver objetos con los sensores que pueden tener las características de lo que se busca pero que al inspeccionarlos resultan ser afloramientos rocosos”.

Esto parece indicar que se busca al submarino en una pieza y se espera que los sensores entreguen información comparativa a perfiles, volúmenes y formas razonablemente similares a las de la nave íntegra.

Con la profusión de rastreos realizados hasta hoy la pregunta es: ¿no habría que dejar de presuponer que el submarino está “entero” y que puede localizarse desde superficie?, y ¿no es hora de cambiar la estrategia de rastreo por sensores y hacerse de equipos que sin importar el costo pueden ponerse en operación en días y que serán una inversión tecnológica para nuestro país? (Ver Fig. 18).

6) El área donde se perdió el submarino ha sido estudiada cientos de veces desde hace casi un siglo; estos estudios han tenido y tienen que ver con la investigación del entorno oceánico y el fondo marino, por distintos medios y para diferentes fines.

Actualmente las áreas pesqueras argentinas están saturadas de sensores que desde los buques pesqueros y las embarcaciones de alta velocidad que le sirven de asistencia, buscan las concentraciones de especies marinas.

Pero no cabe duda que la empresa que más ha invertido en el relevamiento del fondo marino fuera Y.P.F., en 60 años desde 1930 (Ver Fig. 19) hasta su privatización la empresa invirtió un promedio anual de u$s 250 millones que arroja una cifra en bruto de u$s 15.000 millones para, entre otras, las cuencas Austral, del Colorado y del Golfo San Jorge hasta más allá del área donde se perdió el S-42.

La producción de cientos de miles de documentos técnicos con datos preciosos de yacimientos, topografía submarina, composición del fondo marino, flujos sedimentarios y curvas batimétricas de los cañones submarinos entre muchas otras cosas fue el botín de guerra de su privatización, estos datos en la década de 1990 se vendían al mejor postor en el extranjero (Ver Fig. 20).

Incluso el enorme proceso de datos del fondo marino realizado por la Comisión de Límites para la Plataforma Continental (Ver Fig. 21, 22, 23, 24, 25 y 26) queda pequeño frente a los relevamientos internacionales de los que Argentina no ha participado desde 2016 para atrás fuera de las 200 MN, ni participa hoy fuera de las 350 MN y en las zonas de exclusión y litigio internacional insulares del Atlántico Sur.

Casualmente estos últimos estudios del fondo marino se dispararon en todas direcciones exponencialmente a partir del año 2008 cuando fuera reactivada la Cuarta Flota de la Armada de los Estados Unidos que había permanecido inactiva durante 58 años (Ver Fig. 27).

Esta reactivación se debió a los cambios de escenario geopolítico, polarización de aliados históricos (donde no estamos incluidos) y la expansión táctica hacia el hemisferio sur de naciones como Rusia y China entre otras cosas (Ver Fig. 28 y 29); asuntos de los que la Argentina parece ni haberse enterado en la última década (8+2 años) más que para el dispendio de nuestros recursos naturales, decisiones insólitas y obras inciertas.

7) Pero por mucho la tarea de relevamiento del fondo marino más notoria, y que fue la primera en incluir un desarrollo pormenorizado de los cañones submarinos, fue la de los investigadores Lonardi y Ewing, y se reflejó a través de las publicaciones del Observatorio Geológico Lamont (a partir de 1969 “Lamont-Doherty”) de la Universidad de Columbia de los EE.UU.

Tan importantes fueron para nuestro país como estudio del fondo marino y los procesos asociados a las ciencias de la tierra, y estamos hablando ya desde la década de 1940, que una de las terrazas submarinas del talud medio frente a las costas bonaerenses lleva hoy el nombre de Terraza Ewing (Ver Fig. 30).

Pocos saben esto, y tampoco que esta terraza está cortada por un cañón submarino denominado Cañón submarino Mar del Plata en el cual entraría cómodamente toda la Ciudad de Buenos Aires.

Un extraordinario (aunque histórico) documento impreso en Londres y cuyas isobatas (curvas que representan puntos de igual profundidad) están dibujadas en su totalidad a mano hace 47 años, muestra con claridad los cañones submarinos en el área donde se perdió el submarino (Ver Fig. 31, 32, 33, 34, 35, 36 y 37).

Así, la relación de conocimiento del fondo marino de hace medio siglo contrapuesto con la necesidad actual relativa a la zona de búsqueda, no habla bien de la experiencia argentina en materia de primicia de datos, tecnología aplicada en campo en el Mar Argentino y en la formación política, cultural, periodística y de educación y entendimiento general del área de búsqueda y por extensión de nuestro espacio oceánico.

Las FF.AA. y FF.SS., aún con todos sus recursos, no son la excepción a esto y ello tal vez ha sido uno de los motivos de la dificultad de comunicación pública al respecto del submarino, y de los constantes cabeceos que el tema ha dado entre lo militar, lo político y lo civil.

Estos y otros productos científicos coordinados y desarrollados por la Universidad de Columbia eran conocidos por Argentina, tuvieron incluso participación en los estamentos gubernativos, académicos y sociales de nuestro país durante más de 80 años.

Nadie entiende en el mundo cómo es posible que Argentina no conozca mas al detalle su fondo marino, los procesos que en él se desarrollan y las particularidades que pueden llevar a una búsqueda subacuática exitosa en su propio territorio.

En el horizonte de las posibilidades esto seguirá siendo así pues no se ven decisiones de alta política de estado ni en las previsiones, ni en las acciones prácticas, ni en el discurso; y esto quiere decir lisa y llanamente que este incidente del ARA San Juan podría repetirse en el futuro con cualquier otra unidad naval o aeronaval del país.

8) Pero entonces ¿cómo es concretamente el fondo marino en el área donde se perdió el submarino?, es un laberinto sumergido de cañones, hondonadas, planicies, cumbres y abismos barridos por poderosas corrientes y sometidos a colosales presiones y gélidas temperaturas.

Posee nichos entre los cañones de aguas “calmas” por debajo del nivel general del fondo marino y angostos desfiladeros vinculados a una compleja red de canales tributarios menores.

Pero el fondo marino en el sitio de la desaparición del S-42 también es un paraíso submarino donde la vida prospera y donde aún existen especies que no se conocen y mecanismos naturales que no se han estudiado; también las planicies abisales inexploradas esconden los secretos de la circulación oceánica global, el clima planetario y sus incidencias sobre la vida sobre la Tierra pues son un área de circulación y concentración de las aguas polares gélidas y en extremo salobres.

Falló la Armada el 10/12/2017 al describir “en estos cañones la profundidad puede aumentar desde una decena de metros hasta 200 metros, en una profundidad de 1000 metros podríamos entrar a uno de estos cañones y llegar a los 1200 metros”, pues existen casos en los cuales en un entorno de fondo marino de 1400 metros o menos, el cañón submarino llega a los 2150 metros como ocurre con uno de estos cañones (o “cañadones”) en la Terraza Perito Moreno en 44º44’ S y 59º14’ W Ver Fig. 38, 39 y 40).

También falló en explicar que la zona donde se perdió el submarino comprende dos grandes sistemas de cañones submarinos, el Ameghino (no mencionado) y el Almirante Brown cuyas secciones longitudinales están dispuestas en sentido Noroeste/Sudeste y se superponen entre los 44º S y los 45º S con el área de búsqueda (Ver Fig. 41) .

Fue llamativo en la exposición de la Armada sobre los cañones submarinos la última imagen mostrada el 10/12/2017, donde muestra una zona con forma de “martillo” (Ver Fig. 42) localizada entre los 45º20’ S y 45º60’ S, la misma se ve “en blanco”; esta zona sumergida que forma parte de la plataforma continental (antes de ingresar al talud) y que se encuentra a profundidades cercanas a los 200 metros, figura en muchos de los estudios de fondo marino como “sin datos” (Ver Fig. 43 y 44).

La pregunta es, viendo la posición de ese “vacío” justo al frente del Golfo San Jorge, ¿por qué la Argentina no posee datos de una zona donde los recursos pesqueros y de hidrocarburos son enormes?; ese solo espacio en blanco desnuda la falta de contracción de Argentina al conocimiento completo de su espacio territorial.

No quiero hacer una apología de la incompetencia, pero pareciera que si no vienen de otros países científicos con tecnología y el desarrollo de proyectos, aquí no se piensa en tomar la iniciativa; digo esto porque la tarea nacional independiente es mínima y acaso siempre hay alguien que “viene de afuera” y “hace punta” como si fuéramos niños pequeños en eterno aprendizaje.

De hecho esto le pone gravedad a la falta de tecnología existente en Argentina para estos asuntos, que se suma a la falta de inversión e indudablemente a la falta de interés; esto a pesar que nuestra calidad en recursos humanos es altísima pero lamentablemente se encuentra empantanada en los celos, la eterna falta de presupuestos y a las decisiones políticas con una visión similar a los cuentos de hadas.

Esta clase de estudios del fondo marino posee diferentes clasificaciones, habitualmente los reportes militares, industriales, mineros y otros suelen ser confidenciales aún realizados en territorio extranjero, pero otros suelen publicarse para satisfacción curricular de los profesionales.

Dentro de las muchas investigaciones públicas del fondo marino en el área donde se perdió el S-42 se encuentran “Geología de la plataforma continental argentina y margen de estudio aeromagnético” (EE.UU., Argentina) ; “Hacia un enfoque nuevo e integrado para la investigación de cañones submarinos” ( Inglaterra); “Geomorfología y estructura poco profunda de un segmento de la Patagonia Atlántica” (España, EE.UU.); “Estilos de sedimentación del margen continental” (Alemania); “Un primer enfoque para evaluar el impacto del fondo, Pesca de arrastre sobre ecosistemas marinos vulnerables en el los mares altos del Atlántico suroccidental” (España); y “Sedimentación marina profunda en el margen continental argentino: revisión y estado de conocimiento” (Argentina).

La enorme cantidad de documentos podrían llenar varias bibliotecas, pero de todos ellos dos en particular se destacan si queremos entender la topografía submarina en el área donde se perdió el ARA San Juan.

Uno es del año 2010 y se titula “Formación y evolución de cañones submarinos en el margen continental argentino entre 44°30′ S y 48° S” (España) y fue realizado por la “Univ. Barcelona, el Inst. Español de Oceanografía y la Sec. Gral. del Mar”.

Es excelente allí la presentación digital de los relevamientos y por coincidencia muestran el fondo marino justamente en el área donde se perdió el submarino (Ver como ejemplo Fig. 45, 46, 47 y 48), de tal forma que se puede tener una gran aproximación a cómo es en realidad el área de búsqueda.

Estas imágenes hablan por sí mismas de la complejidad del fondo marino, y en cuatro meses no se ha mostrado nada parecido por medio alguno al país, ¿Por qué?.

Y el otro del año 2016 titulado “Minería submarina. Depósitos de acumulación asociados al complejo alóctono Patagonia” (Argentina et al.), estudio iniciado en 2014 por “Q & S.I.T. Labs.” que utilizó para el relevamiento del fondo y subsuelo marino (principalmente al interior del lecho de los cañones submarinos) dispositivos UUV-AUV (acrónimos en ingles de “vehículo subacuático no tripulado” y “vehículo subacuático autónomo”).

La entrega por etapas de datos mostró entre varios detalles hasta ese momento desconocidos que: primero el entorno y morfología de los cañones submarinos es cambiantes y sobre ellos indicen varios factores como la circulación de sedimentos, movimientos sísmicos, procesos volcánicos y cambios estacionales de los flujos oceánicos.

Segundo, que existen zonas donde dentro de un mismo sistema las presiones y temperaturas varían en función del método de medición.

Tercero, que existen dentro de los cañones submarinos fracturas y cavidades horizontales estables, con enorme complejidad para el trazado de su morfología.

Y cuarto entre otros, que dentro de los cañones submarinos el desplazamiento de los flujos oceánicos es estable en diferentes rangos de profundidad, pero que en su relación con la dinámica de las corrientes marinas se forman flujos de inserción y turbulencias transversales cuya incidencia llega incluso hasta la superficie redistribuyendo las nutrientes y dando diseño a la congregación de especies en la pesquería del Mar Argentino.

En algunos sitios directamente arriba de los cañones submarinos estas turbulencias ganan velocidades cinco veces superiores (e incluso mayores, similares a la del viento golpeando un rascacielos) que la Corriente de las Malvinas cuyo promedio de desplazamiento es de 1,9 Km/h (Ver Fig. 49).

La operación de búsqueda del submarino debe basarse en estudios del fondo marino desde profundidad y no solo desde superficie.

Consideraciones finales

Mientras el país todo reclama “los 44 presentes!” todos aquellos que se enriquecieron y se enriquecen a costillas del Estado, todos aquellos que juegan a “invertir” como en la época de la “plata dulce” y todos aquellos que fantasean con el próximo cargo de los interminables años electorales, están ausentes.

El ARA San Juan se perdió en el peor lugar en el que podía hacerlo, se precipitó al vacío en otro de los peores momentos de la historia argentina donde prima el “salvase quien pueda” y dónde “el otro importa solo si está de acuerdo conmigo”.

Pero no cayó solo al abismo, se llevó consigo la insensibilidad de una sociedad superficial y podrida hasta sus cimientos donde la mitad juega para sí misma el juego hipócrita del cambio mientras se para a hombros de la corrupción pasada, y la otra mitad corroída de odio solo espera poder volver para tomar revancha.

En medio muchos están perdidos, buscando un horizonte de honestidad y valores morales verdaderos, sin encontrarlo.

Y entre todas las miradas, lavadas de manos y silencios, 44 familias miran el mar desolado en el interior de sus corazones donde solo pueden navegar quienes han transitado la desgracia de perder a uno de los suyos.

Hacer un verdadero esfuerzo por encontrar al submarino es un acto de honor y de piedad, alguien bien nacido no abandona a los deudos de las víctimas a tal vez nunca saber y a decir sus oraciones frente a tumbas vacías. (Agencia OPI Santa Cruz).

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