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Caputo admitió que las tasas no podrán seguir en 40% a largo plazo


09:30 Para los ejecutivos de finanzas, no bajarían del nivel del 30% antes de fines de año

Por: Sofía Diamante
Hace menos de un año, cuando los directores de finanzas se reunieron en la convención anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), en Bariloche, el clima era de optimismo y de “percepción de menor riesgo”, como los mismos concurrentes habían dicho. Sin embargo, menos de ocho meses después, en el congreso anual realizado por el mismo instituto ayer, la sensación empresarial fue de “cautela”. “Se frenó la corrida cambiaria, pero la incertidumbre sigue”, indicó un ejecutivo en estricto off.

Miguel Kiguel, director de la consultora Econviews, había señalado en el primer panel de la mañana lo que la mayoría de los financistas decía en los pasillos: “La economía retrocedió un año. Se vienen dos trimestres de caída del producto. El consumo va a seguir deprimido y la economía no va a estar vibrante. Algo cambió”.

La sensación de retroceso se percibe en una inflación que, si el Banco Central logra encauzarla hacia una desaceleración importante en el segundo semestre, evitará superar por poco el 24,8% anual de IPC del año pasado, según los economistas y empresarios consultados. La expectativa de decrecimiento de los precios, por lo tanto, quedará pendiente para el año siguiente.

Por otro lado, el ministro de Finanzas, Luis Caputo , fue el encargado ayer de cerrar el congreso y explicó que el actual nivel de tasas, de entre el 38% y 40% anual, “es coyuntural y no podrá mantenerse a largo plazo”. Sin embargo, los ejecutivos son poco optimistas que baje del piso del 30% antes de diciembre, quedando aún por encima del 28,75% con que comenzó el nivel de política monetaria en 2018. El efecto de las tasas altas repercutirá directamente en la toma de créditos que, como el efecto inflacionario, impactará en el consumo y provocará menor actividad económica.

Caputo, además, defendió haber recurrido al Fondo Monetario Internacional (FMI), y dijo que no fue una “decisión apurada”, sino que “lo venía hablando con el Presidente hace varios meses”, como alternativa si la situación internacional se volvía más hostil para los mercados emergentes.

“De estas turbulencias uno sale fortalecido. Esto que pasó es para mejor porque le abrió los ojos a los argentinos de que la situación sigue siendo de tener cuidado. Hay que tener claro adónde se quiere llegar, pero no hay que confiarse nunca. No hay que perderle el respeto a los mercados, sobre todo cuando se está en una etapa de financiamiento”, respondió Caputo, ante la pregunta que le hizo José Del Rio, secretario general de Redacción de LA NACION, y moderador de los últimos paneles.

Entre otras consecuencias “positivas” que dejó la turbulencia cambiaria, los asistentes señalaron el tipo de cambio más competitivo y una aceleración de las reformas. Sin embargo, las próximas semanas de negociación con el FMI y el siguiente megavencimiento de Lebac mantendrán en vilo las decisiones de corto plazo del mundo financiero. (La Nación)

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