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Indec: crece el temor a una vuelta de “la patota”

07:30 – Los trabajadores del organismo estadístico están en alerta por el posible retorno del kirchnerismo

Por: Francisco Jueguen

Una técnica de más de 60 años, a punto de jubilarse, se acercó en los últimos días a un delegado de ATE en el Indec. “Tengo miedo de que vuelvan. De que vuelva la patota”, le confesó al gremialista, que lejos está del proyecto político de Mauricio Macri, pero que reconoce que el oficialismo gana cada día más terreno entre el personal del organismo estadístico.

Ese dirigente recordó que entre los trabajadores pesan los tiempos en los que el Indec se convirtió en un lugar de “adoctrinamiento político” y “persecución”, donde los apóstoles del entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, entraban a las oficinas pateando las puertas: “¡Vamos! A marchar todos, que hay que bancar al proyecto nacional y popular”.

“No salgo de mi asombro”, afirmó el dirigente cuando comenzaron a circular en los últimos días los afiches digitales de la campaña del Frente de Todos. Uno de esos pósteres virtuales dice: “Estadísticas. El Indec es un termómetro. Vamos a tener uno que funcione bien”. La propuesta la firma “Todos”. Ayer, según supo LA NACION, los trabajadores de ATE Indec buscaron contactar al candidato de ese frente, Alberto Fernández, para tener una reunión y conocer su visión al respecto.

Pero Fernández conoce de muy cerca el desmantelamiento del Indec, la persecución a sus técnicos y la falsificación de las estadísticas, pese a que no fuera su ideólogo.

“Soy un soldado de Néstor y Cristina”, solía decir Guillermo Moreno, quien encabezó la intervención. Fernández era jefe de Gabinete y se reunió por lo menos tres veces con los trabajadores de ATE-Indec para firmar tres actas compromiso en 2007, año del desembarco kirchnerista en el organismo. ¿Su intención? Desactivar el escándalo que generaba el objetivo que Moreno se había fijado: que la inflación no sea un problema político en elecciones para Cristina Kirchner, por lo menos, desde los números oficiales.

Fernández perdió con Moreno, como así también el ministro de Economía que él había elegido para Cristina: Martín Lousteau. También fue derrotado en ese mismo terreno el reemplazante de Fernández, Sergio Massa. Ninguno frenó a Moreno, cuyos jefes directos eran Néstor y Cristina Kirchner. Pero ninguno se fue. Miguel Peirano fue el único funcionario que renunció a su cargo de ministro de Economía por lo que pasaba en el Indec.

La historia repite sus ironías. Como Martín Insaurralde fue obligado a presentar a Axel Kicillof como candidato a gobernador semanas atrás, fue Fernández quien tuvo que presentar el primer índice de precios al consumidor (IPC) trucho de Moreno. Fue en el Sheraton de Pilar en 2008. “Siento que después de un año de discusión estamos poniendo las cosas en orden, y quiero decir que, en materia de innovación, fuimos conservadores”, dijo acompañado entonces por Beatriz Paglieri, la interventora de Moreno, y de Ana María Edwin, en ese momento directora del organismo estadístico.

La historia después es conocida. Se falsificaron las cifras del índice de precios, los datos de crecimiento (incluso se pagaron cupones atados a la suba del PBI), se mintió con los números de desempleo, se manipularon los del comercio exterior (cuando empezaron a faltar dólares) y se barrieron debajo de la alfombra millones de pobres e indigentes. Esos números se dejaron directamente de publicar en 2014. Fue una decisión de Axel Kicillof, que anteayer dijo en CNN Radio: “Habría que medir mejor la pobreza para poder atacarla mejor”.

Kicillof afirmó primero que los datos no se difundían por “problemas de empalme”, una coartada que también difundía Jorge Capitanich, entonces jefe de Gabinete y que había celebrado que “la Argentina había prácticamente erradicado el hambre”. Kicillof afirmó luego que publicar la pobreza era “estigmatizante”. El reemplazo de Capitanich, Aníbal Fernández, dijo que en la Argentina había “menos pobres que en Alemania”, y el director del Indec, Norberto Itzcovich, que, como existían muchas formas de medir la pobreza, el Indec no publicaría ninguna. Itzcovich sigue trabajando con Guillermo Moreno.

Una de las más críticas con la falta de estadísticas de pobreza fue Victoria Donda. Kicillof entonces la mandó a ponerse “las plumas”. Hoy Donda hace campaña con Kicillof.

El Indec de Macri “funciona mejor”, admitió Fernández días atrás. “No tenemos que negar más la inflación y ocultar la pobreza”, admitió quien lleva de vice a la propia promotora de la intervención en el Indec. (La Nación)

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