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JUSTICIA A LA CARTA. IMPUNIDAD PARA TODOS Y TODAS

SOLO LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES

(Por: Rubén Lasagno) – Cuando hablamos de una “Argentina inviable”, no nos referimos solamente a la destrucción de la economía y a los altos estándares de inseguridad y corrupción por los que transitamos los ciudadanos de este país, sino y fundamentalmente, por la destrucción de las instituciones; entre ellas la principal: la justicia. Un país sin justicia está rengo, vaciado de contenido y de libertad.

Hay muchos ejemplos de países sin justicia. Todos ellos son de la órbita socialista-comunista o como quiera se que encuadren sus déspotas gobernantes, que hacen de la concentración del poder y la licuación de las libertades de los pueblos, el objetivo de sus nefastas ambiciones personales y corporativas.

Rusia y China son la prueba más importante del uso del poder para aplastar a sus gobernados, sumirlos en la dependencia, en la pobreza y dominar desde sus cuerpos hasta sus mentes. Solo una elite presume de riquezas y beneficios. Con la máscara puesta de un “comunismo” de modé, sus líderes son los más acérrimos capitalistas que manejan el mundo, mientras juegan hacia afuera con el falso discurso  de la distribución social y toda esas pavadas, con que los ladrones travestidos en políticos simulan ser exactamente la antítesis de lo que son.

Después vienen países de menores recursos pero con gobiernos de energúmenos, generalmente asociado con estos dos grande imperios. Estos regímenes calcados pero incipientes, al pueblo le venden un “antimperialismo” selectivo (“Imperio” es EEUU, el resto, no), como también cuando hablan de “oligarquía”, obviamente se separan de “los ricos”, aunque ellos resultan ser más oligarcas que nadie. La diferencia radica en lo que esos gobiernos apuntan como oligarcas, generalmente suelen ser empresarios que la hicieron trabajando y ellos, en tanto, son ladrones profesionales quienes vienen robando al Estado desde hace décadas. Acá encontramos países como Venezuela, Cuba, Bolivia, Perú, Ecuador y Argentina.

La fórmula se repite: país pobre con políticos ricos. Pero para llegar a este estado, hace falta licuar las instituciones, destruir los cimientos de la República y someter todo al influjo dañino de los que tienen el poder centralizado. Entonces, el primer valor a  destruir es la Justicia. Y hacia ello vamos, con la reciente decisión de la jueza María Eugenia Capuchetti, que este jueves decidió, sentencia mediante, que los vacunados VIP, no cometieron ningún delito.

Nueva jueza en Comodoro Py: el Senado aprobó el pliego de María Eugenia Capuchetti para reemplazar a Norberto Oyarbide
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De esta manera y mediante su fallo, ordenó mandar al archivo un listado de 65 personas que saltearon todo tipo de espera, usaron el privilegio de pertenecer al gobierno o ser amigo del oficialismo y se vacunaron, inclusive, mintiendo en su declaración jurada, cuando como Zanini y Alberto Fernández (entre otros), figuraron como “Personal de salud”, sin serlo.

No vamos a repetir aquí la lista de los vacunados VIP que son miles. Digamos simplemente que este país no va a salir del pantano, si la gente que vota no lo hace pensando en el futuro y solo reacciona a los estímulos populistas que les proponen los mismos que nos han sumido y nos sumen en el lodo y ponen en peligro, no solo el presente, sino el futuro de nuestros hijos.

Esta jueza Capuchetti es un don nadie, es una marioneta más del sistema político corrupto, pero es el vivo ejemplo de cómo accionan los demagogos, cuando el poder es impartido desde sectores concentrado que han llegado para quedarse con todo, incluyendo el futuro de todos los argentinos, como pasó con Chávez y Maduro en Venezuela o los Castros en Cuba. Ellos ricos, llenos de oro y el pueblo sometido, hambreado, engañado, sojuzgado y sodomizado por cuatro atorrantes que desde el gobierno se eternizan y deciden su línea sucesoria.

Para ellos todos, a los “enemigos” ni justicia. Capuchetti es la prueba palpable y concreta de cómo se consigue hacer realidad aquella frase del viejo general Perón, una mente brillante, mal utilizada, cuyos émulos pretenden aplicar 60 años después, para cerrar el objetivo de quedarse con todo, hasta con el espíritu libre de la gente, las cuales pisan con sus malditas decisiones. Tomando el propio argot kirchnerista, digamos que Capuchetti hizo realidad los dichos del General, con una justicia a la carta e impunidad garantizada para todos y todas. (Agencia OPI Santa Cruz)

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1 COMENTARIO

  1. Pueblo decente: llegó la hora (por primera vez voy a estar de acuerdo con la Sra) HAY QUE SALIR A APRETAR A ESTOS JUECES CORRUPTOS, escracharlos por donde estén, ir a su casa a reclamarles, sacarlos de los lugares públicos en donde se encuentren, hacerles saber del descontento y si es posible CAGARLOS BIEN A TROMPADAS por sinverguenzas, No queda otra cosa, las marchas los banderazos y las cacerolas se las pasan por el orto y nos siguen tomando de idiotas!! BASTA ARGENTINOS LLEGO LA HORA DE JUGARNOS

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