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La banda de la Aduana que contaba con protección política

Claudio Minnicelli sufrió un pico de tensión en Tribunales y esperan para indagarlo
Por: Hugo Alconada Mon
Claudio “Mono” Minnicelli pasó a la clandestinidad el 25 de octubre de 2016. Ese martes, el juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky ordenó su captura local e internacional por considerarlo miembro de una banda conocida como la “mafia de los contenedores”, dedicada al presunto contrabando agravado de mercaderías.

¿Cómo operaba? Según Aguinsky, la banda detectaba contenedores bloqueados o en situación de rezago con mercadería proveniente de China, les cambiaba el CUIT o el conocimiento de embarque y los reinsertaba en los canales oficiales para destrabar su ingreso al país, con destino final en La Salada.

Para lograrlo, contaba con la connivencia de agentes aduaneros. Eso le permitía falsear la información volcada en los formularios informáticos que presentaban en las áreas de control de la Aduana “o se habría presentado documentación apócrifa ante dichas dependencias con el objetivo de ingresar a territorio nacional las mercaderías que, se presume, conducían a una maniobra de contrabando”, según explicó Aguinsky al ordenar todos los arrestos.

¿Quiénes integraban esa supuesta banda? Además de Minnicelli, el fundador de Lo Jack, Oldemar Carlos “Cuki” Barreiro Laborda; Federico Tiscornia Salort, hermano del ex juez Guillermo Tiscornia, y el ex jefe de la Aduana de Buenos Aires Edgardo Paolucci, entre otros.

Para los investigadores, sin embargo, Paolucci, Barreiro Laborda y Tiscornia asumían los roles principales, mientras que “el Mono” se abocaba al trabajo “en el terreno”.

Tiscornia Salort confirmó esa hipótesis al acogerse a la figura del “arrepentido”. “Barreiro Laborda me decía que en caso de no poder comunicarme con él lo efectuara con Claudio Minnicelli, quien era su mano derecha”, declaró.

Aguinsky también detectó que la banda ocultó sus operaciones a la Justicia. De alguna forma, sus miembros sabían que había otra investigación penal en marcha contra ellos, en manos del juez federal Ariel Lijo, pero continuaron adelante, confiados en sus habilidades y su supuesta protección política.

“Por acá podés hablar tranquilo”, llegó a ufanarse Barreiro Laborda en una de las conversaciones telefónicas que interceptó la Justicia. “Además, a ver, soy el rey de la tecnología, como vos sos rey de la Aduana. Bueno, ya sabés, Mauro, soy el que fundó y el ex dueño de Lo Jack, el pionero de la tecnología en la Argentina. Si yo te digo por la radio [que] podés hablar tranquilo, podés hablar tranquilo”, afirmó.

El cuñado de De Vido también se mostró confiado gracias a la protección política de la que gozó durante décadas, desde que vivía en Río Gallegos. “Yo nunca voy a quedar detrás de las rejas porque saben que puedo abrir un cajón con los contratos de todos”, amenazó Minnicelli en otra escucha.

Esa supuesta cobertura se combinaba con coimas. Entre otros, según los investigadores judiciales, al entonces jefe de la Terminal Portuaria N° 5, Mauro Delmastro, o a la despachante de Aduana Vanesa Calamante.

“Ciertos pasajes de las conversaciones -explicó el juez Aguinsky- dan cuenta de los pagos que se les hacían a Calamante, Delmastro, a la persona a la que se le encargaba la firma de las multinotas «rectificatorias» e incluso al despachante que debía reclutarse a fin de que el montaje del engaño, es decir la «apariencia de licitud» de la operatoria, fuese completo.” (La Nación)

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