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“Mono”, el ex policía colombiano que lideraba en el país la banda del narco-arroz

“Mono”, el ex policía colombiano que lideraba en el país la banda del narco-arroz
22/10 – 09:20 – Decía ser representante de futbolistas y tenía un custodio personal. Lo procesaron junto a otros 12 acusados, cuatro de ellos argentinos. Estaban vinculados con el cartel Del Norte del Valle, de Colombia.

Por: Virginia Messi
El juez federal de Capital Sergio Torres procesó por tráfico y contrabando de drogas a siete ciudadanos colombianos, cuatro argentinos y dos ecuatorianos que habían sido detenidos a mediados de septiembre luego de que en un depósito fiscal de Rosario se interceptara un envío de cocaína impregnada en arroz que iba a salir de nuestro país con destino fiscal a Europa. A todos los imputados les dictó la prisión preventiva, por lo que seguirán presos, y un embargo de tres millones de pesos por cabeza.

Pero la calificación y los embargos son sólo una mínima parte de la historia que hay detrás de la causa 7650/14, cuyo principal detenido (hasta ahora) es un ex policía de Colombia que controlaba la organización desde el barrio de Palermo y se presentaba como promotor de jugadores de fútbol.

En las casi 300 páginas de resolución, Torres apenas puede sintetizar un expediente en el que hay de todo: desde un clan de hermanos colombianos (los Triana Peña) vinculado al cartel del Norte del Valle–que hizo base en Argentina para traficar y lavar dinero a gran escala– hasta las sospechas de que la banda trabajaba tan cómoda en nuestro país que incluso llegó a montar una cocina de cocaína en la zona de Don Torcuato, al norte del Conurbano.

Con 15 prófugos en una lista que está en manos de Interpol –y en la que figuran al tope Willians (33) y Erman (37) Triana Peña, actualmente “escondidos” en su país–, la investigación que Torres le encomendó a Gendarmería permitió trazar una ruta de la droga.

Esta comienza en Bolivia, donde la mujer de Edilberto Vargas Fernnández –uno de los prófugos– tiene la base de aprovisionamiento de cocaína (hangares incluidos). Santa Cruz de la Sierra es entrada a nuestro país por aire. De Argentina la droga sale a través de “mulas” (en cantidades de uno o dos kilos) o en cargamentos de ultramar, como el de arroz u otro de biodiesel –atribuido a la misma organización– cuya entrega se abortó en 2011.

Detrás de estas operaciones narco, sostiene Torres, está siempre la sombra de los Triana Peña y el cartel del Norte del Valle, la única organización importante que pudo forjar herederos, cosa que no lograron los hermanos Rodríguez Orejuela (cartel de Cali) ni Pablo Escobar (cartel de Medellín).

Tal vez por ser nacido en el Valle del Cauca –cuna del cartel del Norte del Valle–, tal vez por su experiencia como policía rudo y corrupto, los hermanos Triana Peña habrían delegado la organización local de la banda en el colombiano Carlos Olmedo Silva Cárdenas (47), el detenido más importante con el que cuenta la causa de Torres. Aunque se negó a declarar ante el juez, “Mono”–como le dicen a Silva Cárdenas– sí aportó algunos datos sobre su persona.

Por un lado reconoció haber pertenecido a una fuerza de choque dentro de la Policía Nacional de Colombia. En cuanto a su vida en la Argentina, se definió como “comerciante y promotor de jugadores de fútbol, con un salario mensual promedio de 25.000 pesos”.

Lo que el sospechoso no aportó fue agregado en la causa por los informes de Gendarmería muy detallados, al punto de que le atribuyen a Silva Cárdenas haber coordinado el envío de cocaína diluida en biodiesel detectado en el 2011 y haber cobrado medio millón de euros por ese trabajo que incluyó conseguir documentación argentina falsa para uno de sus laderos.

Los informes de inteligencia vinculan a Silva Cárdenas con el cartel del Norte del Valle, donde se lo señala como custodia de uno de sus capos. En el expediente de Torres se asegura que, en su país, “Mono” tiene iniciada una causa por lavado de dinero radicada en la Fiscalía N° 11 de la ciudad de Cali y también es sospechoso de un homicidio por encargo en la localidad colombiana de Palmira, Valle del Cauca, en enero de 2004.

De acuerdo a los informes de seguimiento realizados por Gendarmería, el colombiano “realizaba medidas típicas de contrainteligencia, como pasar por alto primero un negocio al que quiere entrar y dar una vuelta a la manzana para ingresar luego o caminar en sentido contrario al tránsito”.

Aunque parezca la escena de una película de gángsters italianos, al parecer Silva Cárdenas apenas usaba su celular para temas delicados: o iba a locutorios o viajaba directamente a Colombia a recibir instrucciones.

Para moverse en nuestro país, “Mono” había hecho venir a la Argentina a un antiguo colega policía, Nadin Eugenio Ardila Angulo (36), quien estaba viviendo en Chile pero se mudó a Buenos Aires para hacerle de chofer y guardaespaldas. Conocido como “El Chileno” porque había vivido muchos años en ese país, Ardila Angulo cayó preso con su jefe y también fue procesado por el juez Torres. (Clarín)

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