“Cuando dejé la provincia, había un plan para repatriar todo el dinero”

14/03 – 15:15 -El ex gobernador Acevedo criticó a Kirchner y la debilidad institucional de Santa Cruz
No parece estar resentido ni se le notan rasgos de revanchismo. Pero queda en claro que el ex gobernador de Santa Cruz Sergio Acevedo quiere despegarse de la historia de contradicciones en el manejo de los fondos de regalías petroleras de su provincia, que hoy están en una cuenta bancaria de Suiza.

“Cuando dejé la provincia, en marzo del 2006, había un plan para repatriar los fondos en bonos de la deuda argentina; habíamos traído 100 millones de dólares. Después, no puedo responder por ello. Lo único que digo es que toda esta polémica tiene que ver con un alto grado de desconfianza que hay en todas las instituciones que formaron parte del proceso de administración y control del dinero que estaba en el exterior”, dijo Acevedo.

El ex gobernador dejó el poder en medio de un fuerte enfrentamiento con el ex presidente Néstor Kirchner, y eso sí se le nota en la voz. “El ex presidente tiene un liderazgo mesiánico y hegemónico de poder”, expresó Acevedo a LA NACION en el lobby de un hotel porteño. Y aprovechó para cuestionar por partida doble a la presidenta Cristina Kirchner: “La política del Gobierno en materia económica reconoce la matriz del menemismo y se organiza en función de las ganancias de las empresas”.

-Usted anunció en 2005 que repatriaría todos los fondos y ahora el gobernador Peralta dice que están en Suiza. ¿Cómo se entiende eso?

-En marzo de 2005 anunciamos que íbamos a repatriar los fondos y unos meses después trajimos más de 100 millones de dólares por medio de bonos de la deuda argentina. Estaba previsto que todos los fondos volvieran como bonos de la deuda argentina por la sencilla razón que duplicaban o triplicaban los intereses que estaban dando en otros tipos de bonos o acciones. Además, dimos un préstamo para una planta de cemento a una empresa argentina. Después renuncié a la gobernación y no supe qué se había hecho con ese plan.

-¿El ex presidente Kirchner influyó en el manejo que hacía usted de los fondos?

-No. Yo tuve autonomía para manejar los fondos. Tenía un plan de largo plazo para repatriar los fondos que Kirchner compartía. Teníamos la intención de hacer toda una inversión sobre el río Santa Cruz, que demandaba 700 millones de dólares.

-¿Y por qué Peralta salió a decir que el dinero estaba en Suiza cuando Kirchner dijo el año pasado que estaba todo repatriado?

(Peralta contesta con la realidad.)

-¿No cree que lo contradice al ex presidente?

-No sé. No tengo una respuesta ni quiero hacer especulaciones. Lo que puedo responder es que yo no tenía objeciones de la decisión de llevar los activos financieros de Santa Cruz que estaban en su mayor parte en letras del Tesoro de Estados Unidos a títulos de la deuda argentina. Ahí Kirchner facilitó las gestiones con el Banco Central porque era un trámite muy burocrático.

-¿Se pudo haber usado para otro fin todo ese dinero?

-No lo sé. Es llamativo el hecho de haber constituido un fideicomiso, en el que la provincia perdía la administración de esos fondos. Pasaban a ser administrados por el fiduciario que no es precisamente la provincia. Pero desconozco el objetivo de ello. No me cierra para qué se formó ese fondo fiduciario que no apareció en los informes que dieron [Carlos] Sancho y Peralta a la Legislatura.

-¿Cree que el manejo de esos fondos es un símbolo del kirchnerismo y de la falta de transparencia en algunos aspectos de la gestión?

-Si uno analiza los resultados de gestión de esos fondos, fue eficaz porque el resto de las provincias que recibieron los mismos fondos, como Salta, Chubut o Neuquén, terminaron endeudadas. En Santa Cruz hubo un tribunal de cuentas con mayoría kirchnerista con facultad constitucional de controlar, una Legislatura con poder hegemónico que aprobó todo esto y, en definitiva, se tomaron decisiones que nunca se objetaron. Está claro que había un alto grado de desconfianza en todas las instituciones que formaron parte de este proceso de administración y control de los fondos. Esto debe asumirse como un error. Pero esto pasa en toda la Argentina, en las instituciones que tienen más gravitación en la vida política y también en el sector privado.

-Pero usted también estaba en el poder en ese momento…

-A mí me comprenden las generales de la ley y en esto no hay que ser hipócritas. Si no hubo controles o si hay falta de calidad institucional, a mí me corresponde parte de esa responsabilidad.

-¿Y por qué renunció?

-Por razones personales. No podía desplegar mi acción gubernamental de acuerdo a los tiempos y urgencias que eran para Santa Cruz y porque no podía llevar a la sociedad santacruceña a una tensión entre el gobernador y el presidente porque ello iba a implicar un retroceso para Santa Cruz.

-¿Cree que hay un poder hegemónico desde el Gobierno?

-Esta idea de poder mesiánico forma parte de la cultura argentina y de Santa Cruz también. Muchos vienen con ideas providenciales de que son los salvadores. Lo vimos con Alfonsín, con Menem, con Kirchner, que cree que si no se piensa como él, no vale. Kirchner es hegemónico. No quiere que se debatan ideas, y su política está dictada por asegurar la tasa de ganancias de las empresas o de los grupos concentrados de la economía. En el caso de las retenciones, no se perjudica a los exportadores sino a los productores. La política económica de este gobierno reconoce la matriz del menemismo y se organiza en función de las ganancias de las empresas.

-¿El actual gobierno, entonces, es la continuidad del menemismo?

-En algunos casos, sí: en energía, política petrolera… No hay una proyección para garantizar la seguridad y el empleo ciudadano. Se desdeña el rol de la oposición.

-Entonces, coincide con la idea de que hay un “doble comando”…

-Tanto la Presidenta como el presidente -perdón: el ex presidente- forman parte de una organización política que se lleva también al ejercicio de las decisiones gubernamentales. Eso es inevitable porque es la historia política y personal de ellos.

-¿Volvería con los Kirchner?

-No, porque las lealtades se construyen con ideas y creo que hoy no hay ideas reales de cambio. Había un alto grado de desconfianza en todas las instituciones que formaron parte de este proceso de administración y control de los fondos. Yo tengo una parte de responsabilidad en todo esto. (La Nación/OPI Santa Cruz)