Se refuerza la hipótesis del suicidio del cura

07/10 – 10:00 – Así surge de las últimas pruebas científicas; unas 5000 personas marcharon para pedir justicia

Por: Fabián López
Mientras que la investigación del fiscal del caso sumó nuevos elementos que convalidan la hipótesis de que la muerte del cura Juan Viroche fue un suicidio, miles de tucumanos marcharon ayer para exigir justicia, en el convencimiento de que el párroco fue, en realidad, asesinado por los grupos narcos a los que venía denunciando.

Así lo manifestaron a viva voz los fieles que concurrieron al sepelio del sacerdote, de 46 años, que apareció ahorcado anteayer en el interior de la parroquia de La Florida, a 16 kilómetros de esta capital.

Viroche fue velado hasta ayer al mediodía en la parroquia de la cercana localidad de Posse, donde tuvo lugar una misa celebrada por el arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca. Más tarde, los restos del religioso fueron trasladados en caravana hasta el cementerio de Cevil Pozo. Entre lágrimas, y al grito de “¡Justicia!”, los fieles despidieron al Padre Juan, como todos lo llamaban.

Esa misma consigna retumbó anoche en la plaza Independencia de esta capital, donde más de 5000 personas marcharon, rezando y haciendo palmas, para exigir el esclarecimiento de un hecho que sacudió a los tucumanos. “Justicia por Juan Viroche”, “Lo suicidaron” y “Padre Juan, mártir tucumano por su lucha contra las drogas”, eran las consignas escritas en algunos de los carteles que llevaban los manifestantes.

Viroche había denunciando en sus misas a grupos narcos que se instalaron en la zona este de la provincia. Debido a esas denuncias recibió amenazas. Quienes lo conocían dicen que por esa razón pidió ser trasladado a otra parroquia. El arzobispo Zecca confirmó ayer que se había reunido con el cura el miércoles de la semana pasada para escuchar el planteo y explicó que dos días más tarde firmó la orden de traslado y designó a un nuevo párroco.

“No me comentó el tema droga”

“Me contó que recibía amenazas telefónicas en contra de su vida y por eso estaba muy asustado, muy angustiado y tenía miedo por su familia. Dos días después firmé el decreto de traslado, pero él decidió quedarse porque quería terminar con la novena [un rezo que se efectúa durante nueve días consecutivos] que había empezado”, detalló Zecca, quien aclaró: “Él no mencionó específicamente el tema de la droga” cuando le contó sobre las amenazas que recibía.

Mientras, el fiscal Diego López Ávila, que investiga el caso, recibió ayer nuevos informes que refuerzan la hipótesis de que, por razones personales aún no esclarecidas, el cura se quitó la vida. Entre otra documentación, llegaron a manos del fiscal los resultados de los análisis toxicológicos, que dieron negativo, y el análisis del médico legista que, al igual que la autopsia, indicó que en el cuerpo de Viroche no había excoriaciones ni rastros que indicaran un forcejeo con alguien. López Ávila también recibió un informe planimétrico que descartó la posibilidad de que se hubiera producido un desplazamiento o daño de objetos en el lugar, previo al hallazgo del cuerpo.

En este sentido, se conoció la existencia de imágenes registradas por vecinos de La Florida en el interior de la parroquia, minutos después de finalizados los peritajes policiales, en las que se ve una mancha de sangre en el suelo. Según fuentes de la investigación, se trata de fluidos que se habían acumulado en la boca del sacerdote y que serían habituales en los casos de ahorcamiento como el suyo.

En las imágenes que el fiscal revisó también aparecen una figura de Cristo desmembrada, vidrios rotos y bancos de la parroquia dados vuelta. López Ávila informó que seguirá adelante con la investigación para tratar de confirmar o descartar si se trató de un suicidio inducido. Entre el miércoles y ayer el fiscal avanzó también sobre una pista relacionada con presuntos vínculos sentimentales que el cura habría tenido con dos mujeres. (La Nación)