16:30 – (Por Rubén Lasagno) – Es probable que se trate de una operación destinada a limar opositores, típico del kirchnerismo más absurdo; pero también está la posibilidad de que sea verdad, atendiendo a la dualidad moral de nuestra clase política o al menos gran parte de ella. El kirchnerismo ha salido a reconocer su acercamiento al tigrense.
Sergio Massa, cuando se largó solo al ruedo de la política mayor, estuvo un tiempo balanceándose en la cuerda floja, entre las opiniones de quienes lo venían como un subproducto de una era kirchnerista en alza y una oposición ejercida por el bonaerense, precisamente, como represalia a su salida intempestiva del entorno de la ex presidenta a quien no dudaba en adular y justificar, mientras era su funcionario estrella y aquello que pensaban en el como una “renovación” opositora, tan necesaria.
Fue Massa quien le recortó poder a CFK en las elecciones del 2013 y capturó un voto “no positivo” para el kirchnerismo, lo cual impulsó al ex intendente de Tigre a encaramarse como una alternativa posible. Luego, la alianza Pro-UCR lo superó y Massa no tuvo la visión de aggiornarse a tiempo a un frente opositor, por cuanto creyó verdaderamente que él por si mismo (por méritos propios) concentraba las preferencias de un 24/25% del electorado y no estaba dispuesto a facilitárselo a Macri ni a ningún otro.
Pero luego, se dio cuenta de que los votos no son de nadie. Su electorado es flácido, cambiante. Va y viene. Cuando su oposición al kirchnerismo fue total, quienes corren por la avenida del medio y no tienen camiseta puesta, le pusieron un voto de confianza para colocarlo como opositor fuerte. Cuando vieron cierto egoísmo, una actitud más personalista, propia del canchero del barrio que se las sabe todas y se rehúsa a compartir la pelota en el potrero de la esquina con los muchachos, le quitaron fuertemente el apoyo.
Personalmente tengo buena onda con Sergio Massa y hasta antes de las elecciones nos chatéabamos por Whatsapp, después de haberlo conocido en un evento en Comodoro Rivadavia, donde nos manifestó ser asiduo lector de OPI y tenernos entre sus sitios de consulta “favoritos” en la tablets que lleva a todos lados. Sin embargo, el creador del Frente Renovador, me esquivó elegantemente cada vez que desee hacerle una entrevista telefónica. Claro, como es natural, no iba a quedarme solo con el discurso armado que dispara cuando un micrófono se le abre. Yo pretendía ir más allá y preguntarle por Santa Cruz, quiénes son sus representantes, por qué existe tanta apatía con esta provincia, por qué el FR carece de una representatividad más fuerte en temas de orden provincial y fundamentalmente por qué, siendo el principal referente nacional de ese nuevo espacio, nunca pisó esta provincia, aún cuando llegó hasta la vecina Chubut en varias oportunidades y por varios días.
En uno de los últimos cruces, a 4 días de las últimas elecciones en el 2017 y ante la imposibilidad de lograr una entrevista a la distancia, mi posteo fue: “Estimado Sergio: se que careces de tiempo para atenderme, pero quería hablar contigo por cuanto tengo en mis manos los resultados de una encuesta de Römer & Asociados, según la cual tus representantes en la provincia, van a poder meter a sus votantes en un placard. Prestá atención (si te interesa). Abrazo”
Sergio Massa “me clavó el visto”, pero nunca me contestó. Está claro que no le gustó, no le importó o no lo tomó en cuenta. Tampoco yo volví a escribirle. No es mi costumbre interactuar con nadie en calidad de obsecuente político.
El resultado de las elecciones 2017 fueron contundentes con el Frente Renovador en Santa Cruz, a pesar de ir dentro del paquete variopinto de “Cambiemos”. Salió anteúltimo en las preferencias públicas, arrojó un volumen de votantes de 6.632 votos alcanzando un escaso 4,23% (sobre un padrón de 289.000 anotados y 170.451 votantes), prácticamente lo doblaron en votos el Partido Obrero con 7,88%, Proyecto Sur con 7,94% y ni siquiera pudo superar al alto caudal de votos nulos 4,40% y en blanco, 3,45% que sumados hicieron la nada despreciable cifra de 7,85% de los votantes que negaron el sufragio a los partidos políticos ofrecidos en la oportunidad.
Como le había advertido, de acuerdo a los resultados de las encuestas que tenía a la vista desde hacía un mes atrás, sus votantes entraban en un placard y le permitía cerrar las puertas.
Esto, claro está, demuestra fácticamente todo lo que le estuve expresando al propio Massa y lo cual pretendía aclarar a partir de una conversación con él, respecto de la forma en que llevaba la campaña en Santa Cruz y cómo evaluaba la campaña desarrollada en esta provincia, donde claramente se veía un distanciamiento de la gente, con respecto al Frente Renovador en elecciones anteriores.
¿Vuelta a las fuentes?
No son casuales las cosas que pasan en política. En el mes de abril del 2016 y tal como lo relató Perfil en diciembre de ese año, en un campo cercano a Mercedes (Bs As) Sergio Massa llegó en un helicóptero junto con el empresario Daniel Vila y compartieron una reunión secreta con Eduardo “Wado” De Pedro y Máximo Kirchner.
El 4 de enero de 2018 (hace dos días), lo remarcan hoy los medios nacionales, Sergio Massa se reunió con el Intendente de Lómas de Zamora Martín Isaurralde y Máximo Kirchner, a consensuar un posible accionar conjunto del PJ con Unidad Ciudadana, es decir, Cristina Fernández de Kirchner.
Hoy en el programa “Crónica anunciada” de Fm La Patriada, el presidente del Partido Justicialista bonaerense, Gustavo Menéndez, aseguró que “ve posible” una reunión entre la ex presidenta y actual senadora, Cristina Fernández de Kirchner, y el líder del Frente Renovador, Sergio Massa.
“Veo posible una reunión entre Cristina Kirchner y Sergio Massa. Es necesario que se dé”, indicó Menéndez quien afirmó: “Necesitamos volver a hablar de las ideas”.
Inmediatamente después de las legislativas de 2017, Chiche Gelbrung dijo en varias oportunidades en el programa “Intratables”, que en poco tiempo más Massa y Cristina Fernández, volverían a relacionarse políticamente. Volverían a estar juntos. Todos se rieron cada vez que lo dijo y lo repitió.
Lo tóxico y lo indigerible
Dejando abierta la posibilidad de que todo se trate del “abrazo del oso”, esa metáfora de la palmadita en la espada que encubre la traición, la factura impaga y el esfuerzo del otro por pegarlo al descrédito propio, dejaremos correr los días esperando ver en los medios una respuesta clara de parte de Sergio Massa a estos hechos que lo ponen en el camino de regreso a sus fuentes.
De no ser así, quedaría convalidada por la omisión, las versiones sobre su nueva aventura kirchnerista. Sin duda perdería todo. No solo los votantes intermedios e independientes y aquellos peronistas que desprecian al kirchnerismo, sino también su círculo rojo de colaboradores. No veo a Margarita Stolbitzer coordinar proyectos políticos junto al procesado Máximo Kirchner, ampliamente denunciado por ella o al prestigioso Marcos Lavagna, siendo parte del reencuentro con la troupe corrupta de la que escapó, cuando le vio “la pata a la sota”.
Es decir, Sergio Massa podrá hacer las alianzas que quiera con quien desee, pero compartir espacios con el kirchnerismo, lo haría virtualmente desaparecer de la escena política nacional como un actor de interés electoral y arrasaría con todo vestigio incipiente del Frente Renovador en las provincias y particularmente en Santa Cruz. (Agencia OPI Santa Cruz)