11:00 – La ignorancia y la soberbia nunca fueron buenos consejeros del poder, pero son inherentes a él. Creer que uno sabe como hacer la cosas y que su método es único e irrepetible, creerse el innovador, el revolucionario, pretender que los errores pasados son parte de la incompetencia de otros y nada de eso volverá a ocurrir, constituye el ABC de nuestra dirigencia política. Nos pasó con todos y cada uno de quienes accedieron al poder en cada rincón del país, independientemente del partido y la ideología. Es la propia soberbia con la cual nos recarga la función pública y el macrismo, no podía ser la excepción.
Valga esta introducción para volver a un tema recurrente: CPC y la construcción fallida de la autopista Comodoro-Caleta Olivia. Hoy, luego de que el gobierno nacional dejara de lado, vaya a saber por qué intereses que desconocemos, las alertas públicas sobre la corrupción instalada en el grupo de empresas de Cristóbal López, tanto el Ministro de Transportes Guillermo Dietrich, como el titular de Vialidad Nacional Javier Iguacel, haciendo gala de su más profunda ignorancia, montados en la soberbia de tener en sus manos la batuta que marcaría el ritmo de la obra pública en el país, a pesar de los evidentes signos de corrupción explícita del dueño de la constructora chubutense, Cristóbal López y la situación anómala de la empresa kirchnerista que tantos favores había recibido de Cristina Fernández y Echegaray, le volvieron a dar la concesión de la obra inconclusa, abandonada y cobrada en su totalidad por Austral Construcciones SA, a CPC, la otra “Austral” que todos advertimos, menos las autoridades. Y por supuesto, el final fue el mismo.
La obra de la autovía sigue inconclusa. Los obreros permanecen, como en épocas de Lázaro Báez, tirados en la ruta, bloqueando los obradores con las máquinas en su interior, exigiendo que CPC les pague las tres quincenas que les deben. La ausencia de responsables de la empresa, es otro típico accionar de la inefable “Austral” del kirchnerismo y la falta de respuesta de parte de las autoridades contratantes de la constructora, léase el señor Iguacel o el propio Ministro Dietrich, es también, igual a la que vivíamos en épocas de Cristina en el poder.
Como aquella tristes imágenes de los obradores de Austral Construcciones abandonados a la vera de la ruta, hoy los campamentos de CPC están tomados por los obreros, quienes colocaron carteles de “Venta de máquinas y equipos” y en otros casos ofrecen “Herramientas y equipos en alquiler”, como forma simbólica de pedir el cobro de la deuda de los trabajadores, a una empresa atravesada por la corrupción, la evasión y la cual jamás debiera haber formado parte de una nueva licitación pública, ya sea por los antecedentes desfavorables que arrastraba mezclada en el fraude de los peajes y autopistas, como por la estafa multimillonaria que generó contra el Estado, su propietario, el zar del juego, hoy preso junto a su mano derecha, Fernando De Sousa.
En declaraciones de los propios trabajadores, están allí en el Obrador Nº 2 sobre ruta nacional Nº3, tratando de resguardar los bienes, para que no se produzca el vaciamiento, como ocurrió años anteriores cuando Austral Construcciones SA abandonó la obra. De hecho, los obreros que “custodian” las pesadas máquinas y camiones, le hicieron presente al periodismo que mediante su accionar, impidieron que carretones enviados desde CPC, pudieran llevarse las maquinarias y el patrimonio, tal como ocurrió días pasados.
Este “resguardo” que hacen de los bienes, tiene como fin obligar a la empresa a que les abonen las tres quincenas que les deben más el aguinaldo, horas extras y otros ítems menores, por este motivo y para hacer más visible y original la protesta, los obreros iniciaron ayer esta “feria de máquinas y equipos”, acción que comenzó cuando advirtieron que algunos choferes, enviados desde CPC, habían comenzado a retirar maquinarias de gran porte.
Como sucedió con Austral Construcciones, donde nadie se hizo presente del gobierno nacional, en esta oportunidad ni el titular de Vialidad ni autoridades del Ministerio de nación, se constituyeron allí para tomar nota de lo que está ocurriendo. Tampoco lo hicieron las autoridades provinciales ni las municipales de Caleta Olivia, quienes, junto al gobierno nacional, ratificaron a CPC en el 2016, elaboraron discursos altisonantes de la capacidad de trabajo que tenía la empresa y el futuro venturoso que le esperaba a Caleta, con las cinco obras que CPC tenía a su cargo y hoy están en ruinas.
Nadie da la cara, ni piden explicaciones. Los únicos enfrentando el frío y el viento sobre la ruta 3, siguen siendo los trabajadores. Hoy como antes, la historia se repite y los actores, en su mayoría son los mismos y los nuevos, aquellos que como dijimos al principio de la nota llegaron montados en la ignorancia y la soberbia, no dan la cara y muchos menos, explicaciones. (Agencia OPI Santa Cruz)
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