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Trump busca poner fin a la ciudadanía de los hijos de extranjeros


10:30 En otra ofensiva contra los inmigrantes, cuando falta una semana para las elecciones legislativas en las que se juega el futuro de su presidencia, Donald Trump dijo que quiere quitarles por decreto el derecho a la ciudadanía a los hijos de extranjeros nacidos en el país.

Por: Rafael Mathus Ruiz
La movida de Trump -rechazada de plano por constitucionalistas, que la consideraron ilegal- imprimiría uno de los giros más profundos en la política migratoria de la primera potencia global, una “nación de inmigrantes” que históricamente les ha dado a los extranjeros la posibilidad de recorrer un camino hacia la ciudadanía, una oportunidad que, ahora, divide a la sociedad.

“Somos el único país del mundo donde una persona viene y tiene un bebé, y el bebé es esencialmente un ciudadano de Estados Unidos “, indicó Trump, en una entrevista con Axios. “Es ridículo. Es ridículo. Y tiene que terminar”, afirmó.

Estados Unidos es la nación de la OCDE que más inmigrantes recibe por año, por delante de Alemania y Gran Bretaña, y en el país viven alrededor de 11 millones de extranjeros sin papeles.

Durante la última campaña presidencial, la promesa de Trump para restringir la inmigración encendió como pocos otros temas a su coalición de votantes, que en cada acto solían gritar: “¡Construye el muro! ¡Construye el muro!” cada vez que el mandatario prometía reforzar la frontera con México.

Tal como ocurre en varios países de Europa, la inmigración es uno de temas que ampliaron y profundizaron la grieta que divide a Estados Unidos: mientras los demócratas quieren abrir más el país a los extranjeros, los republicanos quieren cerrarlo. Trump acusa a la oposición de promover una política de “fronteras abiertas” y vinculó a los inmigrantes con el crimen a pesar de que las estadísticas demuestran que los extranjeros cometen, en proporción, menos delitos que los nativos estadounidenses.

En 2014, unos 275.000 bebés nacieron en Estados Unidos de padres indocumentados, según el Centro Pew, alrededor del 7% de los nacimientos totales en el país, y por debajo del pico registrado en 2009, de 330.00 nacimientos. Los críticos del derecho a la ciudadanía al nacer los llaman despectivamente “bebés ancla”.

Enmienda

El derecho a la ciudadanía al nacer está garantizado por la 14º enmienda de la Constitución, que dice de manera explícita que todas las personas nacidas en el país son ciudadanas estadounidenses ( ius soli, derecho del suelo, por oposición a ius sanguinis, derecho de la sangre, que rige por ejemplo en España y Alemania).

Por eso, el anuncio de Trump fue visto, por muchos, como una mera movida electoral, ya que expertos legales advirtieron que el derecho a la ciudadanía al nacer no puede ser borrado con una firma en un decreto, sino que requiere una reforma constitucional del Congreso, que además debe ser ratificada por la mayoría de los estados. Pero Trump dijo que tal enmienda es innecesaria.

“Siempre me dijeron que necesitabas una enmienda constitucional. ¿Adivinen qué? No se necesita”, dijo Trump en la entrevista, que se emitirá por el canal HBO el próximo domingo.

Pero incluso el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan -máxima autoridad de los republicanos en el Congreso, que se retirará a fines de este año-, rompió lanzas con el presidente al contradecirlo en una entrevista radial.

“No se puede terminar la ciudadanía por derecho de nacimiento con un decreto”, dijo Ryan, que, con todo, se preocupó por coincidir con el mandatario en la cuestión de fondo. “Pero donde obviamente estamos totalmente de acuerdo con el presidente es en abordar el problema de raíz aquí, que es la inmigración ilegal sin control”, afirmó.

Así y todo, cuando falta menos de una semana para las legislativas en las que se definirá el control del Congreso, la entrevista del mandatario sirvió para mantener el tema de la inmigración en el debate.

Trump ya envió tropas a la frontera con México con el pretexto de impedir el ingreso de la caravana de migrantes que viaja desde América Central. Para sus críticos, se trata de otra mera maniobra electoral. Los migrantes están a más de 1000 kilómetros de su punto más cercano en la frontera y les tomará semanas llegar a cualquier lugar para intentar cruzar a Estados Unidos. (La Nación)

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