Volvió a caer la tasa de las Leliq y el BCRA evalúa bajar la mínima del 65%


13:30 La tasa de interés de referencia para la economía, establecida desde la vigencia del nuevo programa monetario y cambiario en la que cobran los bancos por comprarle Letras de Liquidez (Leliq) al Banco Central (BCRA), retrocedió ayer por séptima jornada consecutiva al caer del 66,65% al 65,77% anual (88 puntos básicos), con lo que marcó un nuevo mínimo desde la vigencia del nuevo esquema y volvió a niveles que no mostraba desde fines de septiembre.

Por: Javier Blanco
El retroceso llevó además a las autoridades del BCRA a analizar la posibilidad de bajar el mínimo indicativo del 65% nominal anual que ofreció hasta ahora en cada convocatoria a las subastas, al 60%, el nivel mínimo de tasa que la entidad se ha comprometido a mantener vigente hasta que no se verifique un descenso significativo en las expectativas de inflación a un año vista.

El ajuste a la baja en la tasa indicativa comenzó a discutirse en las últimas horas con la misión del FMI, encabezada por el italiano Roberto Cardarelli y el jamaiquino Trevor Alleyne, flamante representante residente del organismo en el país, quienes consideran la sostenida apreciación que registró el peso en las últimas semanas como una prueba de que la política monetaria se ha vuelto demasiado restrictiva. En este sentido, preferirían una recalibración de las tasas antes de que la relajación del plan monetario llegue por la vía de la compra de reservas (que se hubiera activado ayer de haber perforado el dólar los $34,3580), como un mecanismo tolerable de inyección de pesos en la economía.

La nueva baja de tasas llegó ayer en una jornada en la que el BCRA no encontró dificultades para renovar el total de Leliq que vencían (por $96.071 millones) e incluso absorber unos $14.500 millones extras, al colocar nuevos títulos por $11.981 millones. Pagó por ellos la tasa promedio de 65,77%, que es 7,75 puntos menor al pico de 73,52% que debió validar en la segunda semana de octubre.

El retroceso se da en un marco de calma cambiaria que no se ve alterada ni por el avance del 0,5% que el dólar mostró en la plaza ayer (cerró a $35,58 para la venta mayorista y a $36,42 al público minorista), ya que se dio en una jornada de mínimo volumen de negocios (apenas US$90 millones operados) por la incidencia que tuvo un feriado en Estados Unidos. El salto no fue convalidado siquiera por los contratos de futuros más cercanos en el tiempo, que cerraron estables o con mínimos repliegues y tasas implícitas del 66,7% y 53,2% para fin de mes y fin de año.

El BCRA tenía resuelto no dar ninguna señal de relajación monetaria hasta que el mercado hubiera tenido la posibilidad de digerir el dato de inflación de octubre, que se conocerá pasado mañana. Pero la dinámica que tomó el mercado cambiario en las últimas semanas lo obligó a evaluar el dilema de avanzar lentamente hacia esa relajación o dejar que se produzca por los propios mecanismos de compensación que tiene el plan, al permitir explícitamente la inyección de pesos si es resultado de la compra de reservas por considerarla una “señal genuina de recomposición” en la demanda de la moneda nacional.

La discusión llega cuando cada vez más voces del mercado le piden al BCRA que valide una baja en las tasas para favorecer la refinanciación de los pasivos de las empresas que se encuentran muy golpeadas por la caída en los niveles de actividad, y a la vez comenzar a testear el verdadero nivel de equilibrio del dólar, algo que solo se podrá corroborar, según el expresidente del BCRA Martín Redrado, “cuando las tasas de interés superen por solo 5 puntos a la tasa de inflación”, señaló ayer por Twitter. Solo entonces se sabrá si “este veranito cambiario se convertirá en estabilidad”. (La Nación)

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