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La bomba contra Bonadio buscó incendiar su casa en represalia por las detenciones de militantes


11:10 La bomba que le pusieron al juez Claudio Bonadio buscaba prender fuego a su casa como represalia por sus investigaciones contra un grupo de detenidos violentos que atacaron con piedras y palos a la policía en la marcha contra la reforma jubilatoria del 18 de diciembre del año pasado frente al Congreso, según evidencias a las que accedió a La Nación e hipótesis de los investigadores del caso.

Por: Hernán Cappiello
De hecho la agrupación anarquista acusada del ataque está ligada a los que fueron presos esos días y se la vincula a otros dos ataques con explosivos contra la Policía Federal, además del bombazo contra la tumba del cementerio de La Recoleta de Ramón L. Falcón, exjefe de la Policía de la Capital, asesinado con una bomba por el anarquista Simón Radowitszky en 1909.

Los peritajes determinaron que el artefacto explosivo de la casa de Bonadio estaba compuesto por un caño relleno de pólvora, cerrado epoxi, que estaba envuelto en caño cobre flexible, como el usado para las instalaciones de aire acondicionado, de modo de generar esquirlas. A su vez este caño, estaba rodeado de dos aerosoles con cargas de gas butano, que estaban destinadas a ser el componente incendiario de la bomba.

Por qué falló la explosión

El detonador del artefacto era un petardo con mecha que penetraba en la estructura mediante una perforación. Un video de seguridad de la casa de Bonadio reveló que la mecha había sido encendida por el atacante, pero el artefacto no estalló porque el petardo se cayó al piso sin llegar a quemar la pólvora. Así de cerca estuvo el juez Bonadio de ver incendiada su casa de Doctor Rómulo S. Naón cerca de la avenida Olazábal, en Belgrano R.

De hecho, Bonadio explicó a la Justicia que no notó nada extraño en el interior de su casa hasta que escuchó afuera, en la vereda, cercana de la reja junto a su auto negro, una explosión, como el sonido de un disparo, que en realidad era el petardo al explotar. Salió entonces de su casa y allí dijo que sintió olor a pólvora en el aire, pero no advirtió nada más.

Según los expertos en explosivos que hablaron con el juez federal Julián Ercolini, la bomba estaba destinada a incendiar la casa del magistrado, lo que era probable dado que la estructura exterior es de madera y podría haber entrado en combustión con facilidad. Hasta que los bomberos llegaran al lugar todo puso haber ardido en llamas.

Tras el fallido ataque la policía detuvo en el lugar a Marcos Nicolás Viola, de 26 años y oriundo de Villa Bosch. Fue apresado por policías de la cercana Comisaría 12-C y agentes de seguridad privada ubicados en Washington y Olazábal.

Viola integraba una agrupación anarquista que tenía su base en una casa tomada en la calle Pavón al 2345, del barrio Constitución, donde la Policía Federal encontró pólvora, caños, un taladro como para perforar los caños, una amoladora y otros elementos que pudieron ser usados en la fabricación de estos artefactos.

Fueron detenidas 13 personas, de las cuales 11 quedaron presas y dos fueron liberadas. Se trata de ocupantes de la casa que adherían al grupo anarquista.

Los puntos en común con el otro ataque

Los primeros análisis de los expertos en explosivos determinaron que hay elementos en común entre la bomba que no estalló en la casa de Bonadio y el artefacto con el que volaron parte del monumento a Ramón L. Falcón. Se trataba de una bomba compuesta por cinco caños, tapados con epoxi en una punta, unidos con una abrazadera y rellenos de pólvora y metralla, de 34 por 25 centímetros. El detonador en este caso, era remoto. Es decir que la persona no necesitaba estar junto a la bomba para activarla como ocurrió con la de la casa de Bonadio. El detonador era un timer como los que se usan en las cocinas para calcular el tiempo de horneado, que consiste en un sistema a cuerda, lo que le permite al atacante darle cuerda y alejarse. Al terminar la cuerda, se cierra el circuito circuito eléctrico y genera una chispa que provoca la explosión.

Allí fue herida Anahí Esperanza Salcedo de 34 años, que permanece internada en terapia intensiva, con quemaduras en el rostro y en tres falanges. Su estado le impidió declarar ante la Justicia. La señora tenía en sus manos una cámara con la que supuestamente intentó sacarse una selfie. Junto a ella estaba Hugo Alberto Rodríguez, de 38 años, quien la acompañaba en una silla de ruedas, disfrazado, con pelucas y lentes, para evadir las cámaras de seguridad del cementerio.

Una curiosiodad de estos militantes anarquistas es que no se encontraron teléfonos celulares o computadoras en ninguno de los allanamientos, una suerte de protesta antisistema que además impide conocer datos sobre sus relaciones o comunicaciones.

Lejos de ser los cuadernos de la corrupción el móvil del ataque contra el juez Bonadio parecen ser sus investigaciones sobre narcotráfico y sobre los grupos violentos que atacaron el Congreso el año pasado. De hecho el domicilio de la calle Pavón al 2900 donde cayeron la mayoría de los detenidos había sido allanado tiempo atrás por el propio Bonadio en una causa por drogas. Además, Viola está entre las personas que visitaban a los detenidos por los ataques a la policía en el Congreso en diciembre del año pasado.

En enero, la policía ya había encontrado una bomba casera con amenazas contra el juez Bonadio y contra la ministra de Seguridad Patricia Bullrich en un puesto de la Municipalidad de Tres de Febrero, ubicado en Triunvirato y El Payador. No llegó a detonar porque se produjo una falla con el timer. A pocos metros fueron halladas unas placas metálicas con mensajes intimidatorios: “Bonadio, vamos por vos y tu familia” y “Bullrich, liberá ya a los presos del Congreso. Otra referencia a los detenidos.

Los investigadores creen que el grupo puso a Bonadio en la mira porque fue quien dispuso las prisiones preventivas de los acusados por los ataques en el Congreso, los que fueron liberados tras un fallo de la Cámara de Casación. Los investigadores les adjudican a este grupo anarquista otros tres ataques a la policía, como el que ocurrió en enero pasado cuando efectivos policiales encontraron una bomba casera en un Destacamento de Villa Bosch y otra en la puerta de la Comisaría 3ra. de Santos Lugares.

En el caso de Villa Bosch las cámaras registraron a la persona que dejó la bomba como alguien vestido con un ambo blanco como si fuera un enfermero, la misma vestimenta con la que fue detenido Viola en inmediaciones de la casa de Bonadio.

El otro hecho que la policía vincula con este grupo ocurrió el 5 de enero cuando, un desconocido en una moto dejó dos bombas caseras debajo de un camión antidisturbios estacionado en la puerta del Departamento Central de la Policía Federal. La bomba no estalló por un problema técnica pero se encontraron panfletos firmados por el Partido Obrero que reclamaban la libertad de los detenidos en el Congreso. El Parrido Obrero negó enfáticamente cualquier vinculación con el episodio por el que la policía detuvo en ese momento a un indigente que vivía en la calle. Ahora parece conectar todos estos ataques con el grupo anarquista que tenía a Bonadio y a la policía como blanco. (La Nación)

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