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El pago de aguinaldos, otro factor que presiona el dólar a la baja

08:40 – A la oferta de exportadores se sumó la de las empresas que necesitan pesos para pagar el medio aguinaldo

Por: Javier Blanco

El plan de férrea astringencia monetaria que viene aplicando el Banco Central (BCRA) desde octubre, y endureció aún más tras el respingo inflacionario, logró que el pago del medio aguinaldo, un factor que en años anteriores solía empujar al alza la cotización del dólar, ahora le sume presión bajista al billete.

Así comenzaron a advertirlo en los últimos días operadores y analistas que venían indagando qué factores se juntaron para hacer que el peso, la moneda más vilipendiada del mundo en 2018 y una de las más devaluadas en el primer trimestre de 2019, haya pasado a convertirse en la más apreciada (ver gráfico): gana 5,5% en los últimos 30 días y 7% desde aquel punto de quiebre del mercado, a fines de abril.

El billete tocó ayer un nuevo mínimo en más de dos meses al cerrar a un promedio de $43,48 y $42,38 para la venta al público y mayorista, respectivamente. Eso supone bajas de 19 y 6 centavos en cada segmento y eleva a $2,62 y 2,38 la caída en lo que va del mes. Además generó las condiciones para que el BCRA convalide un recorte de 770 puntos a la tasa de interés de referencia, que cayó en el mismo lapso del 70,73 al 63,03% nominal anual.

La estabilización del dólar era esperada luego de que el BCRA logró el OK del FMI para librarse las manos a fines de abril por la combinación de una plaza con oferta estructural alta (por la cosecha) y robustecida además por la venta de US$1200 millones por mes que se comprometió a hacer el Tesoro.

Lo que sorprendió después fueron las novedades políticas (sobre todo el paso al costado de Cristina Kirchner y el ingreso de Pichetto en la fórmula oficialista), que cambiaron las expectativas y ayudaron a que lo que se presumía como una estabilización se transforme en una baja del dólar, ya que a la oferta sostenida de divisas se sumó una retracción de la demanda.

Luego volvió a soplar el viento de cola externo al comenzar a hacer los aprestos los grandes bancos centrales del mundo para embarcarse en una nueva guerra de tasas, lo que debilita a las divisas e impulsa un rebote de las monedas emergentes. Y, en ese contexto, el peso sumó presión al alza porque se reactivó el ingreso de capitales especulativos al país para sacar provecho de las altas tasas internas con un tipo de cambio que los inversores descuentan que el Gobierno (y el FMI) mantendrán en calma al menos hasta que se vote. Prueba de ello fue la reciente venta de US$400 millones que el Tesoro le hizo al BCRA para hacerse de pesos que le permitan pagar deuda (también en pesos) y con dinero obtenido mediante la reapertura de bonos emitidos en pesos pero comprados con dólares por fondos externos.

El factor extra

Lo que llamó la atención fue que la baja del dólar persista aun cuando el veranito financiero comenzó a agotarse, como muestra el rebote del riesgo país (ayer volvió a trepar otro 3% y llegó a 880 puntos).

La explicación vino por los dólares extra que volcaron las empresas que deben pagar aguinaldos. “Con la perspectiva de dólar estable, y para evitar tasas que están en 69% por adelantos para grandes empresas pero son más altas para el resto, muchas optaron por desatesorar dólares”, señala el economista y consultor Javier Alvaredo, de ACM.

Esa desdolarización se vio favorecida por la flexibilización que perdió la política monetaria en marzo cuando el BCRA eliminó el ajuste que permitiría un aumento del 2,45% en la Base Monetaria (BM) en junio para adecuar la oferta de dinero al aumento estacional que en la demanda provoca esa obligación de pago. El 14 de marzo (tras conocerse un salto del 3,8% del IPC en febrero) el BCRA extendió el congelamiento total de la BM hasta diciembre y tomó como punto de partida el promedio acumulado de $1.343.000 millones de febrero.

El aguinaldo lo cobra la mitad de la masa laboral: unas 10 millones de personas aproximadamente. Para hacer frente a ese pago se estima que las empresas reforzarán su posición de liquidez vendiendo unos US$500 millones, lo que comenzaron a hacer en los últimos días sumando presión bajista al dólar. (La Nación)

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