Las cámaras de Diputados y Senadores repudiaron el “golpe de Estado en Bolivia”

Las cámaras de Diputados y Senadores repudiaron el "golpe de Estado en Bolivia"

En Diputados, en un debate intenso, oficialismo y oposición expusieron sus posturas sobre la crisis institucional en Bolivia, pero sin acordar una declaración común. Al final se impuso, por mayoría, el peronismo y su postura de que en el vecino país se perpetró un golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales; en minoría, Cambiemos sostuvo que, en rigor, hubo un “golpe a la democracia” enmarcado en un proceso electoral fraudulento.

Por: Laura Serra

La discusión dejó heridas abiertas entre los socios de Cambiemos. En un principio creyeron haberlas saldado con un texto común en el que combinaron la palabra “golpe” con “fraude electoral”, una fórmula urdida para no desautorizar al presidente Mauricio Macri y a la Cancillería argentina, que se resisten a calificar lo sucedido en Bolivia como un golpe de Estado. Pero con el calor del debate, distintos diputados del radicalismo se desmarcaron de la línea acordada para advertir, a viva voz, que lo sucedido en el vecino país fue “un golpe de Estado”.

Quienes lo plantearon con todas las letras fueron los diputados de Evolución, un sector de la UCR crítico del gobierno de Macri que lidera Martín Lousteau, muy cercano al presidente del partido, Alfredo Cornejo. En un proyecto propio, expresan sin tapujos su “repudio ante el golpe de Estado perpetrado en Bolivia” aunque, a diferencia del peronismo, cuestionaron “cualquier práctica inconstitucional cometida por los gobiernos electos para alterar las reglas democráticas y los resultados electorales”.

“No hay que tener temor de nombrar lo que se nombra ni caer en la tautología. Esto es un golpe de Estado”, enfatizó Carla Carrizo, lugarteniente de Lousteau, ausente por viaje.

Previamente, el diputado Facundo Suárez Lastra, de la UCR, había marcado la postura de su partido. “Me resisto a la discusión semiótica. Si queremos llamarle golpe, llamémosle golpe. Creo que es un golpe. Pero también llamamos a las cosas por su nombre. El peronismo habla de ‘errores’ en el proceso electoral. Eso se llama fraude y es un robo a la soberanía del pueblo”, sentenció Suárez Lastra.

Más allá de sus diferencias internas, Cambiemos se encolumnó detrás de la abstención a la hora de votar. La única excepción fue el diputado Daniel Lipovetzky (Pro) -cada vez más lejos del macrismo- quien votó con el peronismo. “Tenemos que defender la democracia en la región y repudiar el golpe de Estado. No hay mucho más para decir”, enfatizó.

El peronismo unido

En contraste con Cambiemos, el peronismo exhibió una unidad compacta entre todas sus vertientes a la hora de votar. Tanto peronistas como kirchneristas, a los que se sumaron los bloques de Consenso Federal -que lidera Graciela Camaño- y de Alternativa Federal -que encabeza Pablo Kosiner- coincidieron en que lo sucedido en Bolivia fue un golpe de Estado. No hicieron mención a las irregularidades en el proceso electoral que denunció la OEA.

El diputado Felipe Solá, mencionado como el futuro canciller argentino del gobierno de Alberto Fernández, arrancó el debate al advertir que el ahora expresidente Morales fue forzado a renunciar ante la ola de vandalismo, a su juicio orquestada por la oposición, que azotaba la capital del país.

“La renuncia de Evo Morales es de alguien absolutamente condicionado por las circunstancias físicas, no políticas -enfatizó Solá-. Si se lee el texto de la renuncia se verá que es el mismo que hubiera escrito con un revólver en la cabeza”.

Por su parte, Graciela Camaño coincidió en que en Bolivia se perpetró un golpe de Estado y cuestionó a la Cancillería argentina por su falta de “objetividad” a la hora de fijar posición. Asimismo, puso en tela de juicio la constitucionalidad de la designación de la nueva presidenta interina de Bolivia, Yanina Añez.

Agustín Rossi, jefe del bloque del Frente para la Victoria, también cuestionó la autoproclamación de Añez como presidenta interina de Bolivia. “Fue tal mamarracho que ni siquiera el canciller (Jorge) Faurie se anima a reconocerla”, ironizó. Rossi celebró que en sus discursos la mayoría de los diputados haya condenado el golpe de Estado en el vecino país aunque alertó sobre la presencia, cada vez más activa, de las Fuerzas Armadas en la región. “Eso es culpa de (Jair) Bolsonaro”, advirtió.

Sobre el final, el jefe del interbloque de Cambiemos, Mario Negri, sostuvo que si bien se debe condenar la intromisión de las Fuerzas Armadas en el conflicto boliviano, “hay que mirar la película completa”. Tras reseñar las maniobras que cometió Morales para amañar el proceso electoral y permanecer en el poder, Negri enfatizó que hay una sola vara, fundada en tres valores, sostener la democracia: la soberanía popular, la institucionalidad plena y elecciones libres sin fraude.

El Senado siguió los mismos pasos

La Cámara de Senadores de la Nación aprobó también un proyecto de declaración en el que repudió “el golpe de Estado perpetrado en Bolivia” que forzó la renuncia del presidente constitucional Evo Morales, luego de un extenso debate que estuvo a punto de fracasar por la falta de acuerdo entre las bancadas del Justicialismo y Juntos por el Cambio.

La iniciativa presentada por el peronismo fue aprobada con 29 votos a favor y ocho en contra, mientras hubo cuatro abstenciones.

La votación debió suspenderse durante unos minutos porque, ante la falta de acuerdo para unificar posiciones, el oficialismo decidió abstenerse en masa para no votar en contra.

Sin embargo, esa postura conspiraba contra la continuidad de la sesión, ya que las abstenciones no cuentan para el quorum.

Por ello, a las senadores radicales Silvia Giacoppo y Silvia Elías de Pérez se les sugirió que votaran en contra para mantener viva la reunión.

“Giacoppo y Elías de Pérez votarán en contra y políticamente constará como que se abstuvieron por orden de la Presidencia”, bromeó el presidente Provisional del Senado, Federico Pinedo (PRO).

El documento aprobado por el Senado expresó “su más enérgico repudio al golpe de Estado perpetrado” en Bolivia “contra el gobierno democráticamente electo del presidente Juan Evo Morales Ayma”.

“Como argentinos de profunda tradición de paz y de respeto a la voluntad popular, instamos al Poder Ejecutivo a pronunciarse contra de este golpe cívico-militar que ha interrumpido el orden democrático y constitucional”, señaló la declaración.

El oficialismo no habla de Golpe

En cambio, el oficialismo había presentado un proyecto para “repudiar los ataques contra el sistema democrático, sufridos por el Estado Plurinacional de Bolivia, las condenables intervenciones Policiales y Militares en el proceso político, como así también las groseras alteraciones a la voluntad popular que desembocaron en una nueva convocatoria a elecciones Presidenciales”.

Además, rechazaba “cualquier golpe contra la Democracia y todo tipo de violencia, apoyando las autoridades constitucionales y la alternancia democrática”.

El debate duró cuatro horas y tuvo algunos momentos álgidos en los que el peronismo cuestionó fuertemente la política exterior del gobierno de Mauricio Macri.

El presidente del bloque del Frente para la Victoria, Marcelo Fuentes, calificó como “una estupidez no entender cuál es el interés nacional que está en juego” y pronosticó que “este proceso recién empezó”.

“Son los Balcanes en nuestra frontera. Nuestro interés nacional es una Bolivia pacífica, unificada territorialmente”, aseguró el neuquino.

El jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, Luis Naidenoff, dijo que en el país del altiplano se está “ante un quiebre institucional: hay un mandato inconcluso, no se cumple con la manda constitucional de renuncia y aceptación y la renuncia del presidente viene de la mano de un planteo concreto de las Fuerzas Armadas”.

En ese sentido, agregó que “esto es un golpe democrático: es un golpe y hay que decirlo con todas las letras”.

“Así como se repudia el golpe democrático, no quita que nosotros claramente rechacemos el proceso fraudulento y la no convalidación del pueblo que mayoritariamente se expresó en aquel referéndum que rechazó una nueva reelección de Morales”, recordó Naidenoff.

Como contraparte, el formoseño rescató “el proceso democrático que se dio en la Argentina, con una elección en paz, con un resultado electoral contundente y con el reconocimiento del resultado electoral a las pocas horas por parte del presidente Mauricio Macri”.

En tanto, el presidente del bloque justicialista, Carlos Caserio, cuestionó el proyecto de declaración que pretendía aprobar el oficialismo.

“No es serio aceptar un golpe de Estado porque hay una denuncia de fraude. A Evo lo echaron, lo amenazaron, lo coaccionaron. Lo que hizo fue preservar su vida, la de su familia y la de sus adeptos. Hay que hablar claro”, afirmó el senador cordobés.

Además, consideró que “la actitud de los militares bolivianos fue de sedición” y que no debía “discutirse el proceso electoral” que fue considerado como fraudulento por el presidente de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro.

“Lo que discutimos es que un presidente electo tuvo que dejar el mandato porque los militares le pidieron que se vaya”, sentenció. (La Nación)

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