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El silencioso trabajo del BCRA para sumar reservas tras las elecciones

Tras la derrota del Gobierno en las elecciones, el Banco Central invirtió el signo de su operación en el mercado de cambios. Hasta el viernes anterior al 27 de octubre pasado, llevaba 21 jornadas consecutivas vendiendo reservas para calmar al dólar. Desde entonces, dio vuelta su accionar y lleva comprados más de US$1300 millones, gracias a un elemento clave: el cepo cambiario.

Por: Esteban Lafuente

Con la demanda de dólares restringida hasta los US$200 mensuales para individuos y cerrada para empresas, a excepción del pago de importaciones o la cancelación de deudas, el Banco Central es el único que puede comprar dólares libremente en el mercado. De esta forma, la entidad aprovecha el superávit comercial y las obligaciones de liquidar divisas en el país para los exportadores que también impuso el cepo para fortalecer sus reservas, tema que generó enfrentamientos entre el Gobierno y Alberto Fernández.

“A Macri solo le pedí que cuide las reservas”, había dicho el entonces candidato presidencial del Frente de Todos a mediados de octubre, en referencia a una conversación que mantuvo con el Presidente antes de las elecciones. Los dólares en el Banco Central y la deuda son dos de los temas sobre los que el exjefe de Gabinete kirchnerista más insistió en campaña, y sobre los que intentó marcarle la cancha al Gobierno.

Consumada la derrota electoral, el oficialismo reaccionó y quedó, al menos en este aspecto, en sintonía con las demandas de Fernández. “El objetivo es preservar las reservas durante la transición”, dijo Guido Sandleris, presidente del Banco Central, en la conferencia del 29 de octubre en la cual detalló el endurecimiento del cepo cambiario y los motivos que impulsaron esa decisión.

El Banco Central aprovecha el cepo

“El escenario económico no cambió. Lo que sí cambió fueron las reglas de juego”, afirma Gabriel Caamaño, director de la consultora Ledesma, en referencia a las restricciones cambiarias que permitieron al Central volver a comprar dólares. “Es una consecuencia esperable de haber limitado buena parte de la demanda privada endureciendo el cepo”, precisa.

Además de los US$1105 millones que compró desde el 28 de octubre hasta el 8 de noviembre -último dato oficial-, el mercado estima que el BCRA sumó desde las PASO más de US$1380 millones por sus intervenciones. Ayer, por caso, compró US$80 millones, y hoy sumó otros US$120 millones.

De todas maneras, ese monto representa apenas un 17% del total de divisas que la entidad que conduce Guido Sandleris volcó al mercado entre las PASO y las generales (US$7456 millones) para intentar moderar la suba del dólar. En ese plazo, el tipo de cambio mayorista pasó de $45,40 (viernes 9 de agosto) a $59,72, un valor estable en las últimas jornadas que se explica casi exclusivamente por el cepo.

Pese a la compra de divisas, el volumen de reservas se compensa con el pago de compromisos de deuda en dólares y la desacelerada, pero persistente, salida de depósitos privados del sistema financiero. En ese contexto, la variación de las reservas en poder del BCRA desde las elecciones a la fecha (12 jornadas hábiles) arrojan un saldo negativo de US$79 millones. Casi nada en comparación con la caída de US$4406 millones acumulada en las 12 jornadas anteriores a las elecciones.

Al ritmo actual de compra de dólares, el BCRA necesitaría casi 61 jornadas adicionales para recuperar todas las divisas que volcó al mercado entre las elecciones. Claro que eso no le bastaría para retomar el nivel anterior de reservas: por el pago de deuda y la salida de depósitos, cayeron US$22.185 millones entre las PASO y las generales.

La manta corta de las reservas

Si bien la compra de divisas implica una mejora en el patrimonio del Banco Central, tanto para eventuales intervenciones en el mercado de cambios como para, fundamentalmente, el pago de deuda en moneda extranjera, la dinámica tiene sus consecuencias. Para comprar los dólares en el mercado, el BCRA emite pesos, situación que puede impactar sobre la inflación o, finalmente, en las brechas cambiarias (la relación entre el dólar oficial con otros tipos de cambio).

“La emisión ya se hizo en 2016, 2017 y a principios de 2019, y ya hubo problemas con aceleración inflacionaria. Hoy la demanda de pesos está en caída y la economía no puede absorberlo”, advierte el analista financiero Christian Buteler. “Ahora no vas a tener una corrida cambiaria, porque está el cepo, pero sí se puede volcar al blue o al contado con liquidación impulsando su cotización”, añade.

El efecto, a su vez, se complementa con la emisión de pesos generada por el desarme de instrumentos como pases (para bancos) y las Leliq a partir de la baja de tasas de interés, que cayó al mínimo del 63% establecido por el BCRA para este mes.

“La herencia no va ser una bola de Leliq, sino un montón de pesos presos del cepo. Para que dejen de ser considerados presos, tiene que haber una recuperación sostenida de la demanda de pesos, pero eso no es mágico. Hay que dar definiciones que anclen expectativas luego de casi dos años seguidos de divergencia sostenida de las expectativas”, afirma Caamaño.

“Si no hay una recuperación de la demanda de pesos cuando los factores transitorios se empiecen a revertir, el efecto esperado es que esa emisión te presione al alza sobre las brechas y sobre la inflación en bienes y servicios no transables, equivalente a una apreciación real del tipo de cambio”, concluye el economista. (La Nación)

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