A cuatro años de una nota que intentó sacudir la modorra del Estado en relación con los femicidios o violencia de género en la provincia

El 5 de octubre de 2016 con motivo de un aberrante crimen ocurrido en Río Gallegos, donde un sujeto con “restricción perimetral” ató a su ex mujer en la cama y la prendió fuego, asesinándola de esta manera brutal (si hay alguna manera de asesinar que sea mejor o peor), producto de un sadismo inhumano, frente a su hija de 5 años a la cual secuestró, desde OPI escribí una columna que bien podría ser repetida hoy en relación al crimen de Piedra Buena, donde una docente fue asesinada a golpes y el 90% de las posibilidades, de acuerdo a las fuentes, el autor fue su propio ex mardio, policía de la Comisaría 2º de esa localidad.

La nota en esa oportunidad la titulé “El mejor remedio contra el femicidio en Santa Cruz es una Glock calibre 40”, haciendo referencia a un arma, la única posibilidad que le puede salvar la vida a una mujer amenazada, habida cuenta que la justicia está ausente en la mayoría de los casos y desde el gobierno no se toman acciones reales y concretas para preservar la vida de quienes sufren maltrato, amenazas y/o ataques de parte de sus ex parejas o la pareja con la cual conviven.

Salvando el hecho de que esta nota la escribí hace 4 años, partiendo de un caso particular que elevó el malhumor social por aquellos días, la voy a transcribir al pie porque el concepto general de lo que allí expreso, se mantiene hasta nuestros días. Sin embargo, paradójicamente o tal vez porque este caso de la señora Romina Barría fue la excepción en la justicia provincial, su asesino Jorge Huenumil fue condenado a cadena perpetua, sentencia que quedó firme en el 2018 luego que la Jueza Dra. Valeria López Lestón entendierea que la ex pareja de Romina Barría debía ser juzgado por “homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género en concurso real con daño”.

Un femicidio más en Piedra Buena sobre una docente de 30 años y las sospechas recaen sobre su ex marido policía

Sin embargo antes de aquel horrendo homicio hasta hoy, que nos volvemos a encontrar con otro caso de muerte de una madre con un hijo pequeño, pasaron muchas muertes de mujeres indefensas y a las cuales el Estado, de alguna manera, desprotegió. Por este motivo, escencialmente, decíamos allí que la única protección posible, era la que la propia mujer pudiera proveerse y de allí  el título bastante movilizador que buscamos para encabezar la nota.

Texto completo de la nota del 5 de octubre de 2016

El mejor remedio contra el femicidio en Santa Cruz es una Glock calibre 40

¿A Ud le suena fuerte el título?, pues lo lamento, es la única verdad que cabe en una provincia donde jueces y fiscales duermen la siesta, el gobierno es incapaz y entre incapacidad, inutilidad y miedo por cuidar el sillón, las mujeres siguen muriendo en manos de delincuentes comunes que no son encerrados, no son evaluados y deambulan sueltos como bestias al acecho. El gobierno se llena la boca hablando de “femicidio” y lo potencian, lo estimulan y no lo combaten. La única receta hoy, por hoy en la provincia con mayor cantidad de casos, es la autoprotección. El Estado, en todas sus manifestaciones, está ausente. (Por Rubén Lasagno)

Un consejo personal y casi de padre que le doy a las mujeres junto a sus hijos, que hayan sido o sean víctimas de agresiones, brutalidad o ataques de parte de hombres que generalmente imponen algún grado de temor a las autoridades judiciales timoratas, abúlicas y garantistas de los criminales que abundan en al provincia de Santa Cruz, es que se instruyan en el manejo de un arma, obtengan el correspondiente permiso de tenencia y/o portación, todo legal obviamente y aseguren su vida y la de sus hijos dentro de sus hogares, porque si esperan que el Estado las proteja, continuarán muriendo y el ranking de femicidios seguirá siendo privilegio triste de esta provincia. Al menos de esa forma, tendrán una oportunidad de salir vivas; hoy están expuestas a morir en el 99% de los casos.

Me fastidia enormemente, que mentirosos sagaces, inimputables incorregibles de la política provincial que están en el gobierno, utilicen dentro de sus discursos demagógicos y procaces, la defensa del derecho de la mujer y los niños, e inmediatamente y de manera descarada no hagan absolutamente nada para cumplir con lo que profesan. El Estado, en todas sus facetas, está ausente en la seguridad pública, ya lo sabemos, pero cuando se trata de crímenes de género, es el principal cultor del debate, de los spots televisivos y de las “charlas de concientización” y cuanta farsa puede implementar para facturar, por un lado y parecer que hace algo por el otro; pero en el fondo, es inhábil para ocuparse de un tema tan profundo y preocupante.

El suceso ocurrido ayer en Río Gallegos donde un hombre ató a su mujer de 30 años en la cama y prendió fuego la casa, matando a la joven y huyendo con la hija de 5 años, genera una indignación proporcional al nivel de impotencia que cada uno de nosotros sentimos cuando nos vamos enterando de los detalles previos que rodearon el caso de esta chica, una persona muy querida en la ciudad y que tuvo este horroroso final en manos de un depravado, enfermo y psicópata lo cual estaba en conocimiento de las autoridades que no hicieron nada, excepto, “cumplir” con los trámites de rigor y dejarlo libre como una fiera hambrienta.

No hay prevención, no existe capacidad de evaluación, el Estado no tiene capacidad de reacción y es un músculo inerte que no sirve para nada en materia de seguridad pública. Esto lo podemos trasladar a todo el país, donde vivimos un verdadero calvario de muerte y desintegración de familias, culpa de jueces como Oyarbide que hoy muestra la televisión platinado y con un saco rojo, ridículo y desfachatado; así es la justicia que tenemos hoy y particularmente en Santa Cruz, de donde nos queremos ocupar por este tema en particular que nos ha conmocionado a todos.

Jorge Huenumil, que así se llama este criminal suelto en las primeras horas luego del asesinato de su esposa, fue apresado en cercanías de Cdte Luis Piedrabuena, pero no por la sagacidad judicial y el apresuramiento de la logística policial, sino por el tsunami de información, fotos e imágenes y datos que se volcaron en las redes sociales, lo cual permitió que esta bestia pudiera ser apresado junto a su pequeña hija, de la cual muchos temían podría ser agredida por este asesino.

Ya ni siquiera el Estado puede estar presente en la captura del criminal, porque es incapaz hasta para actuar en lo básico. Y esta bestia que caminaba tranquilo por las calles, había sido denunciado por su mujer en varias oportunidades, sin embargo, nadie hizo nada. Hoy, la vida de esta chica se ha transformado en una nueva marcha pidiendo respuesta frente al Juzgado, como siempre; una justicia que nunca llega.

Santa Cruz figura entre las primeras provincias en el ranking de femicidios, si no es la primera y al gobierno y a los jueces no se les mueve un pelo. Crean la “Comisaría de la Mujer”, la “Secretaría de la mujer” e inventos similares, crean estructuras burocráticas donde asientan sus gordos traseros históricas funcionarias que van boyando de un lado a otros, según pasan los gobiernos, tratando de no perder la dieta para nada frugal que cobran del estado benefactor, “inventan” el botón anti pánico y el eslogan “Ni una menos”, aparecen en las fotos de cuanto diario pago existe y la efectividad en la materia que realmente las debiera ocupar: resultado cero.

Se acumulan denuncias, se amontonan más denuncias de las que ya han denunciado y la justicia permanece quieta y ajena al fenómeno. Jueces con bajo o ningún criterio sobre la seguridad pública, arguyen que “deben apegarse a los Códigos” y en virtud de ello, actúan en el límite de la lógica y el razonamiento, tratando de no exponerse demasiado, no sea cosa que por no garantizar a los delincuentes, alguien les haga un Jury y pierdan el jugoso sueldo con el que piensan jubilarse. No juzgan la conducta criminal, los antecedentes, no realizan prognosis, no analizan, no proyectan, no evalúan ¿O lo hacen mal?; si es así deben dejar de ser jueces.

Emiten fallos exculpatorios contra criminales potenciales, desestiman denuncias por la cara del cliente, la policía minimiza muchas denuncias de mujeres que acuden a relatar sus padecimientos ¿Y quién es la policía?. Con todo el respeto que me merece la institución, el receptor de esa denuncia es el primer escalón de un proceso que debe terminar en la decisión de un juez, sin embargo, por declaraciones de muchas mujeres que han acudido a una comisaría, ha sido el agente que la atendió, quien primero la desalentó a seguir con el trámite.

Nadie va preso por lo que puede llegar a hacer, aún cuando la tendencia psicópata, enfermiza y criminal, sea evidente. Los jueces solo se limitan a aplicar “restricciones”, como si se tratara de una valla física que nadie puede traspasar y haciendo abstracción de que la locura enfermiza de estas bestias, supera por varios cuerpos cualquier decisión burocrática, con la cual un tipo con cargo detrás de un escritorio, cree que es suficiente contención para restringirlo al criminal y hacerlo desistir de sus actos aberrantes.

La violencia intrafamiliar no está contemplada debidamente por la justicia. Generalmente cuando actúa es sobre los hechos consumados y aún así, no siempre cierra el círculo. El controvertido Juez Quelín, tan de moda en estos días, dejó libre en algún momento por falta de mérito, a un descuartizador confeso y en el año 2013, desde el programa “Contracara” por Fm News, los conductores del espacio al dar a conocer en vivo lo que estaba pasando a bordo de un auto en el barrio docente, le salvaron la vida a una mujer cuyo marido la estaba golpeando dentro del vehículo. Tenían la radio encendida y cuando este cobarde escuchó su nombre y los datos del auto, se dio a la fuga. Fue apresado y debe ser uno de los pocos a quien un juez tuvo la valentía de dejarlo preso hasta hoy.

El único consejo real y concreto que le podemos dar a las mujeres y sus hijos que estén transitando por este drama, es que forjen su autoprotección. Deben pensar que en un estado de indefensión como el que vivimos, son ellas y nadie más, quienes pueden asegurar su vida y la de sus hijos, dentro del perímetro de sus casas. Los criminales, como éste que apresaron ayer, no son estúpidos. Saben que atacan a un blanco fácil, desprotegido y de quien nadie se ocupa (ni preocupa).

Si cuando vulneran las “restricciones” para asesinar a sus víctimas, lo espera la negra boca de un arma, cejarán en el intento; se amainarán o morirán ellos, no los buenos. Las madres víctimas deben tomar la decisión de protegerse y para que no haya “ni una menos”, hoy por hoy, la única forma es creando su “propia restricción” alrededor de su hogar, defendiendo su vida con sus propias manos y no esperando nada de quienes cobran grandes sueldos, con la excusa de que la protegen.

¿Es una medida extrema?, posiblemente, pero vida hay una sola y si Romina Barría ayer se hubiera podido defender, tal vez hoy estaría viva. Ahora es tarde, está muerta y posiblemente ya habrá algún juez zafaroniano que le encontrará alguna vuelta para devolver a esta alimaña, a la sociedad indefensa. (Agencia OPI Santa Cruz)

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